jueves, 27 de abril de 2017

El “Sumiciu”

El “Sumiciu” se parece al diañu burló y al trasgu en que es un duende que vive cerca de los seres humanos y gusta de hacer desaparecer objetos  que los niños tienen en la mano. 
El Sumicio es muy similar en todo al trasgu/trasno, pero con una clara diferencia, que es la de ser invisible físicamente, a la par que hace desaparecer las cosas y puede ser dañino para las personas; este carácter dual, que encarna la eterna lucha entre el bien y el mal, es consustancial al mito y lo podremos constatar en todos los estudiados.
Decíamos que el Sumicio acostumbra a hacer que las cosas desaparezcan de manera especial aquellas que, en un determinado momento, resultan imprescindibles. Así, cuando se precisaban unas tijeras o un cuchillo en la casa y no aparecían, la malhumorada ama murmuraba:

"Paez que lo llevóu el sumicio". Así lo hemos oído multitud de veces en nuestra propia casa y así lo atestiguan algunas curiosas historias, como aquella en que la devota señora que entra en la iglesia y va a rezar el Rosario y no halla el suyo, estando segura de haberlo traído con ella, por lo que exclama: "En mi vida nunca oín qu'en la iglesia entrase´l trasno; pos si él nun entra eiquí, quen me garróu el rosario".

Trasgu
Pero el Sumicio no se conforma con hacer desaparecer las cosas, que no pasaría de ser el lado más o menos desenfadado de su actuación, sino que tiene poder suficiente para hacer daño, "sumiendo" a las personas, casi siempre niños ("sumir" es sinónimo de desaparecer, pero en sentido de progresión, no con carácter instantáneo). De ahí procede el conocido dicho popular, muy repetido aún entre nuestras gentes: "Mal sumicio te suma" (o esta otra variante: "Mal sumicio te lleve"). Por tanto, está provisto de unos efectos dañinos y letales, como si de un poderoso virus se tratase, lo que le asemeja a otro mito poco conocido, el de los "Malinos", sobre el que Alberto Álvarez Peña ha hecho decisivos estudios.
Aunque el Sumicio es más perverso que el trasno y resulta muy difícil deshacerse de él, siempre hay una posibilidad y en este caso, se trata de la oración de San Antonio, la cual, si va acompañada de una dádiva, da un resultado sorprendente, ya que se halla pronto lo perdido, que se atribuye por las gentes no a un mero mecanismo de estimulación mental, sino a la acción benéfica del milagrero santo, que bloquea los perversos poderes del Sumicio. Bien sabido que al rezar la oración no se puede cometer ningún error, pues entonces el objeto deseado nunca más aparecerá. En Somiedo y otros lugares, aparece en acción la "riestra" de ajos, ya que, en el trasfondo de nuestros mitos siempre se encuentran las ánimas, las brujas y... los diablos. 

 Mouros
Hemos de decir, previamente, que el mito del Sumiciu (en el occidente, Sumicio) es un mito muy discutido por los folkloristas tradicionales y provocó enconados debates entre los que defendían su existencia y asturianismo, como Rogelio Jove y Bravo o, más recientemente, Constantino Cabal; o aquellos que se empeñaron empecinadamente en negarle tal carácter, considerándole cuanto menos un producto de la fértil imaginación de los primeros estudiosos, postura defendida ardorosamente por Aurelio del Llano, que incluso propone como posibles mixtificadores a Tomás Agüero y Gumersindo Laverde, dos de los pioneros en el estudio de los mitos astures. Nuestra postura, lejos de las viejas disputas ideológicas de entonces, tiene un carácter ecléctico; es decir, sin contradecir los argumentos de los que niegan la existencia de este mito, entendemos que un mito existe cuando el pueblo cree en él y le nutre de leyendas, cuentos, etc., lo que le confiere una personalidad y una existencia; quizá Aurelio del Llano acierta, al menos parcialmente, en el fondo del asunto, -decimos sólo parcialmente, porque este mito no es sólo propio de nuestra región, luego no se trata de un invento-, pero en cualquier caso el pueblo le ha conferido una apariencia real y lo ha colocado así en nuestro particular Olimpo de los mitos.
Podríamos definirlo diciendo que el Sumicio es muy similar en todo al trasgu/trasno, pero con una clara diferencia, que es la de ser invisible físicamente, a la par que hace desaparecer las cosas y puede ser dañino para las personas; este carácter dual, que encarna la eterna lucha entre el bien y el mal, es consustancial al mito y lo podremos constatar en todos los estudiados.
Decíamos que el Sumicio acostumbra a hacer que las cosas desaparezcan de manera especial aquellas que, en un determinado momento, resultan imprescindibles. Así, cuando se precisaban unas tijeras o un cuchillo en la casa y no aparecían, la malhumorada ama murmuraba:
"Paez que lo llevóu el sumicio". Así lo hemos oído multitud de veces en nuestra propia casa y así lo atestiguan algunas curiosas historias, como aquella en que la devota señora que entra en la iglesia y va a rezar el Rosario y no halla el suyo, estando segura de haberlo traído con ella, por lo que exclama: "En mi vida nunca oín qu'en la iglesia entrase´l trasno; pos si él nun entra eiquí, quen me garróu el rosario".

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Pero el Sumicio no se conforma con hacer desaparecer las cosas, que no pasaría de ser el lado más o menos desenfadado de su actuación, sino que tiene poder suficiente para hacer daño, "sumiendo" a las personas, casi siempre niños ("sumir" es sinónimo de desaparecer, pero en sentido de progresión, no con carácter instantáneo). De ahí procede el conocido dicho popular, muy repetido aún entre nuestras gentes: "Mal sumicio te suma" (o esta otra variante: "Mal sumicio te lleve"). Por tanto, está provisto de unos efectos dañinos y letales, como si de un poderoso virus se tratase, lo que le asemeja a otro mito poco conocido, el de los "Malinos", sobre el que Alberto Álvarez Peña ha hecho decisivos estudios.
Aunque el Sumicio es más perverso que el trasno y resulta muy difícil deshacerse de él, siempre hay una posibilidad y en este caso, se trata de la oración de San Antonio, la cual, si va acompañada de una dádiva, da un resultado sorprendente, ya que se halla pronto lo perdido, que se atribuye por las gentes no a un mero mecanismo de estimulación mental, sino a la acción benéfica del milagrero santo, que bloquea los perversos poderes del Sumicio. Bien sabido que al rezar la oración no se puede cometer ningún error, pues entonces el objeto deseado nunca más aparecerá. En Somiedo y otros lugares, aparece en acción la "riestra" de ajos, ya que, en el trasfondo de nuestros mitos siempre se encuentran las ánimas, las brujas y... los diablos.
Es un Trasgu invisible que hace desaparecer las cosas y puede ser dañino para las personas. De ahí los dichos populares: "Parez que lo llevou el sumiciu" o "Mal sumiciu te suma". Uno de sus principales divertimentos consiste en hacer desaparecer aquel objeto que se acaba de depositar en la mesa, y en el momento preciso en el desea utilizarse. En ciertas lugares de la región existe una táctica para que este duende domestico devuelva lo robado:

- Rezar una oración a San Antonio de forma rápida y sin equivocarse, puesto que si esto sucede el Sumiciu nunca devolverá lo que se llevo.

Otra de sus aficiones consiste en cambiar el vino de los barriles por agua.

miércoles, 26 de abril de 2017

Melusina


Algunos expertos en mitología aseveran que Melusina es una antigua divinidad de la naturaleza y la fertilidad. Aseguran que tiene relación con la Vuivre, una gran serpiente alada, cuyo cuerpo está cubierto de fuego, que domina los cuatro elementos, puesto que es el resultado de una armoniosa fusión de los cuatro espítitus elementales y posee una gigantesca joya sobre su cabeza. Cuando la Vuivre se baña, se desnuda y deja su piel de serpiente y su joya y se transforma en una hermosa mujer con el cabello muy negro o rubio rojizo. Guarda los tesoros y fertiliza la tierra, el cielo y los ríos. Trae la primavera y reina sobre las serpientes del aire, agua, tierra y fuego.

Hablar de Melusina significa tomar lo que quedó de las leyendas, el folklore y los cuentos orales, transformados hacia finales del siglo XIV en un romance. Los escritos más famosos fueron realizados por Johan d'Arras y Coudrette. Se han escrito muchos cuentos y novelas sobre Melusina, sobre la base del mito transformado en romance. Según d'Arras, Melusina significa prodigio o prodigiosa. Lo que explicaría algunos de sus talentos.


La leyenda:
La historia cuenta que Elinás, el rey albanés (actualmente Escocia), estaba cazando en el bosque y se acercó a una fuente a beber, donde vio a una hermosa mujer. La saludó con humildad y le pidió su amor. Ella le respondió, "Si deses que te despose, debes jurar que nunca tratarás de verme cuando esté dando a luz, ni cuando esté bañando a nuestros hijos".
Elinás aceptó el trato, se casó con el hada Persina y ambos fueron muy felices juntos. Tuvieron tres hermosas hijas: Melusina, Melior y Palatina. Pero Mataquas, hijo de Elinás de su primer matrimonio, obligó a su padre a romper la promesa empujándolo a entrar a la habitación donde Persina estaba bañando a las tres niñas.
Furiosa, Persina abandonó al deshonesto rey y fue a buscar refugio a la isla de Avalon con sus tres hijas. Allí Persina y las niñas vivieron por quince años. Cada mañana visitaban la montaña Eléonos, donde podían ver el distante reino de su padre. Un día, Melusina y sus hermanas decidieron vengarse de su padre y encerrarlo en la montaña encantada de Northumbria, llamada Brumbeloy. Su madre se puso furiosa, decidió castigarlas y ninguna de ellas volvió a verse jamás.
La hermosa Melusina fue castigada y se convertiría en serpiente desde la cintura para abajo, todos los sábados. Sin embargo, si encontraba un hombre que quisiera casarse con ella bajo la condición de no verla nunca ese día, podría vivir la vida de una mujer "normal". Melusina caminó por bosques profundos en busca de su destino hasta llegar a la región francesa de Poitiers.
Un día pasó por la fuente que Melusina habitaba, un joven caballero herido, llamado Raymodín, de quien se enamoró inmediatamente. Se casaron, se fueron a vivir a la región de Lusignan, de donde él era el señor y tuvieron ocho hijos, hermosos, poderosos y fuertes, auque todos tenían una marca (otros dicen deformidad) que dejaba ver su ascendencia sobrenatural. 
Mientras Raymondín viajaba por Bretaña, Melusina, con la ayuda de genios y hadas empezó a construir castillos, pueblos, torres iglesias y abadías, para que cuando su esposo regresara, se maravillara con lo que había hecho su esposa. 
Sin embargo, tanto amor, abundancia y alegría generó una terrible envidia en el hermano de Raymodín, el Conde Forez quien le dijo: "¿Dónde está tu esposa? Dicen que cada sábado que desaparece está fornicando con otro hombre." Raymondin, arrebatado por la furia de los celos, con su espada hizo un hueco en la puerta de la habitación prohibida y miró con curiosidad. Dentro de una gran tina de madera, estaba Melusina, con el cuerpo desnudo desde el ombligo hacia arriba, peinando su hermosa cabellera y con una gigantesca cola de serpiente que le rodeaba.
Con un grito desesperado Raymond dijo, "Oh, mi amada esposa, te he traicionado por las mentiras de mi hermano". Con una gran tristeza Melusina tuvo que despedirse por siempre de su amado, puesto que la maldición de su madre le obligaba a no verlo nunca más, y salió volando por la ventana, con un grito desgarrador. Según dicen, cada noche regresaba al castillo para cantar dulces canciones a sus hijos. Raymondín se convirtió en un ermitaño en Montserrat y volvió a ver a su esposa tres días antes de su muerte, sobrevolando el castillo de Lusignan.
El hada Melusina es un símbolo complejo que combina el poder de los cuatro elementos, a la vez es un hada acuática, como su madre. También es medio humana, una bruja que se educó en Avalon y aprendió los secretos profundos de la Magia que allí se aloja. Es parte de la tradición de las hadas constructoras de monumentos sagrados. Según Cirlot, ella sería "el arquetipo de la intuición genial, en lo que ésta tiene de advertidor, constructivo, maravilloso, pero también enfermizo y maligno".

Si Melusina aparece en tu vida, será para enseñarte a vivir más intensamente, a sostener tu palabra, tus promesas y a respetar los compromisos afectivos. Tienes que aprender a cuidarte, con profundidad, lealtad, amor, rectitud e intensidad. Posiblemente es hora de aprender las leyes mágicas y también anuncia una poderosa energía creativa.

lunes, 24 de abril de 2017

JUTURNA

Templo de Juturna en Largo di Torre Argentina (Roma).
Diosa romana, venerada especialmente por las doncellas y las demás mujeres para obtener la primeras un feliz y pronto casamiento y las segundas un parto favorable. Se creía que Juturna, que era hija de Dauno y hermana de Turno, rey de los rútulos, había sido dotada de una rara hermosura y que Júpiter, en agradecimiento a sus favores, le había concedido la inmortalidad, transformándola en una fuente.

viernes, 21 de abril de 2017

Triptólemo, héroe cultural, enseñó a la humanidad a usa el arado.

Triptólemo en el carro
 
Triptólemo, héroe cultural, enseñó a la humanidad a usa el arado.
El papel de los dioses como entregadores del conocimiento que posee la humanidad está presente en todas las mitologías.

Prometeo en Grecia, los ancéstros en Australia, Quetzacoatl entre los Aztecas, Maui en la polinesia... ellos reciben culto por haber enseñado cómo vivir en el mundo.

Junto a estas figuras hay otras que hicieron docencia mediante el ejemplo: ya sea por sus virtuddes, su valentía, su perseveracia... o incluso por sus debilidades.

En el mito de Deméter (ver mitologiagrecorromana), el episodio en el que habiendo alcanzado cierta posición en una casa real mientras buscaba a su hija, la diosa coloca al principe, a cuyo cuidado estaba, en un fuego divino para que se quemen sus partes mortales y adquiera la vida eterna. Sin embargo, ésta es detenida antes de concluir el ritual.

En Egipto (ver mitologiaegipcia) existe un un m ito análogo en el que la Isis se convierte en niñera de un príncipe mientras busca a Osiris, su esposo. Mientras que en el mito egipcio el niño muere, en el griego, Triptólemo, se convierte en benefactor de la humanidad, un héro cultural, cuando Deméter le da granos, un arado y el conocmiento de la agricultura para que se los enseñe a la humaniad.
Triptólemo tenía en Eleusis su propio culto y templo.

jueves, 20 de abril de 2017

Dioses más disolutos y libertinos de la mitología

Mitologia

Algunos eran abiertamente viciosos. Otros encubrían su lujuria bajo la capa de honorabilidad que daba un alto cargo en el gobierno. Otros eran legalmente incestuosos. Acompáñanos a amonestar a los dioses más disolutos de la mitología.


El siempre impaciente Zeus


Dioses


Al parecer, cuando Zeus no estaba en la cama con su esposa y hermana Hera, lo estaba con una de sus muchas amantes. Con la inmortal Hera concibió a Ares y a Hefesto. No hay una cuenta exacta del número de amantes que tuvo Zeus, pero también fue un gran conquistador de mujeres mortales.

Con su amante mortal Sémele, tuvo a Dionisos, dios del vino. A otra de sus amantes de vida finita, Europa, la sedujo convirtiéndose en toro. Minos, uno de los hijos de Zeus con Europa, dio su nombre a la civilización minoica.


libertinos


Otra de las supuestas hijas de Zeus fue Helena. A la mujer que detonó la Guerra de Troya la habría concebido con Némesis, la diosa de la justicia. La actividad de Zeus era tan grande, que le alcanzó hasta para tener gemelos de ambos sexos: Apolo y Artemisa, habidos con Leto.

En la mitología griega, la bisexualidad no era cuestionable. El príncipe troyano Ganímedes era tan apuesto que Zeus se convirtió en águila para raptarlo. Lo hizo su amante y asistente, con la obligación de servirle las copas.


El más discreto Apolo


disolutos


«De casta le viene al galgo» es un refrán español para significar que los hijos salen a los padres. No fue exactamente así con Apolo, hijo del siempre desmandado Zeus. Lo que no quiere decir que el guapo dios griego de la perfección y de la belleza fuese casto ni mucho menos.

Tuvo varias amantes, entres estas Casandra, quien siendo su sacerdotisa se le ofreció a condición de que le otorgara el don de la profecía. Otra de sus enamoradas fue Calíope, una de las musas que estaban bajo su mando y protección en el Olimpo, con quien tuvo a Orfeo, el músico más importante de la mitología, capaz de tranquilizar a las fieras más feroces con su cítara. Incluso la esposa de un rey troyano visitó la cama de Apolo. Con Hécuba, mujer de Príamo, el apolíneo dios tuvo a Troilo, haciéndolo medio hermano de Héctor, Paris y Casandra, la que compró la facultad de profetizar.

Dioses más disolutos y libertinos de la mitología


Apolo también se lió con dos amantes de su mismo sexo, Cipariso y Jacinto. Ya desde la mitología, los amantes han tratado de impresionarse mutuamente. Apolo y Jacinto estaban jugando lanzándose un disco. El dios quiso impresionar al joven lanzándolo con demasiada fuerza y Jacinto no quiso ser menos e intentó atraparlo, muriendo por el impacto.

Pero o Apolo era más prudente que su feroz y ardoroso padre o sus altruistas obligaciones han permitido cubrir con un manto de respetabilidad su muy activa vida sexual. Aparte de supervisar a las musas de las artes y de las ciencias, Apolo tenía la obligación moral de concientizar a los hombres sobre sus pecados, un papel que Zeus quizá nunca hubiera aceptado.


Júpiter no pudo ser menos

Mitologia


La mitología romana es hija de la griega y Júpiter no pudo haber sido menos que Zeus, aunque del segundo se hable más. Con su pareja legal, Juno, tuvo a dos famosos varones, Marte y Vulcano. Uno de sus más sonados adulterios fue con Ceres, la diosa romana de la agricultura, que dio su nombre a los cereales.

La pareja concibió a Proserpina y el padre le dio un importante cargo a su hija: la puso a reinar en los Infiernos. Latona fue otra dama mitológica que compartió lecho con Júpiter. De su relación nació Diana, la diosa de la caza.


Los egipcios por lo menos no eran tan atolondrados

Dioses


En la mitología, la mezcla de sangre era mal vista y los hermanos se casaban con sus hermanas. Esto también aseguraba el poder en casa, sin correr riesgos de perderlo llevando extraños al palacio de gobierno.

Los hermanos Geb, dios de la Tierra y Nut, diosa del Cielo, concibieron dos parejas, una de varones y otra de hembras. El primer varón, Osiris, casó con su hermana Isis y el segundo, Seth, matrimonió con su hermana Neftis. Seth asesinó a su hermano, arrojándolo al Nilo.

Por ese fratricidio, Osiris representa al bien y Seth al mal en la mitología egipcia. Osiris fue resucitado por su mujer a fuerza de amor. La pareja concibió a Horus, el dios del Cielo, que es representado con cabeza de gavilán. El faraón era su encarnación en la Tierra.

miércoles, 19 de abril de 2017

La obsesión egipcia por mutilar a sus dioses: de cuando Anubis despellejó al Señor del caos

La obsesión egipcia por mutilar a sus dioses: de cuando Anubis despellejó al Señor del caos
La mitología de cada pueblo es una fotografía exacta de cómo veían y entendían el mundo que les rodeaba. Las virtudes, injusticias, prodigios y crueldades que percibían en la creación y en los propios seres humanos terminaban proyectadas en sus dioses. Lo sorprendente, no obstante, en el caso egipcio era la ligereza con la que los seres divinos se mutilaban y castigaban hasta alcanzar niveles de crueldad fuera de lo común. La guerra entre divinidades era un elemento fundamental del relato.

Un ejemplo de esta brutalidad familiar está en la enemistad entre Horus, dios celeste, y Set, Señor del caos, que implicó a otros importantes miembros del panteón egipcio como Anubis, dios de la muerte. En las primeras versiones de este enfrentamiento, fundamental en la mitología egipcia, Set y Horus eran hermanos luchando por la herencia paterna, pero más adelante fueron considerados tío y sobrino.
De modo que tras la muerte de Osiris, padre de Horus y hermano de Set, ambos iniciaron una lucha por la sucesión en la que el segundo usurpó el trono de los dioses en la tierra. Es más, el mito consideraba a Set el responsable de la muerte de Osiris, ya fuera después de transformarse en toro y pisotearle; en un mosquito y picotearle mortalmente; o en un cocodrilo y morderle cuando nadaba. En cualquier caso, el dios chacal Anubis se encargó de embalsamar y vendar el cuerpo del dios rey, siendo la primera momia que inició la más característica tradición egipcia.

La batalla entre tío y sobrino llegó a las manos en varias ocasiones, lo que puede hacer referencia a eclipses lunares o a fases menguantes de la luna, como la película «Dioses de Egipto» (2016) relató de forma libre recientemente. Durante uno de los combates Horus hirió a Set en los testículos y éste a Horus en ambos ojos. El mito incluía, no obstante, la historia de cómo Horus recuperaba sus ojos (su ojo en forma de luna, en algunas versiones) posteriormente. Como dios del cielo Horus adoptaba la forma de halcón, mientras que Set adquiría con frecuencia la mitad de un cerdo hormiguero y parte de un asno salvaje.

Juicios, retos y venganzas

Ambos pretendientes al trono acudieron durante la lucha a un tribunal divino, presidido por el dios supremo Ra, que se inclinó porque fuera Horus quien reinara. Sin embargo, el propio Ra dudaba del criterio del tribunal y retrasó la sentencia por tiempo ilimitado. En un momento dado accedió a que el consejo se trasladara a una isla para que la diosa Isis, madre de Horus, no pudiera interferir en la disputa.

Así y toda, la diosa se disfrazó de anciana para alcanzar la isla, donde se transformó en una muchacha de gran belleza para seducir a Set. El enamoramiento sirvió para que el Señor del caos, compungido por una historia inventada sobre una injusticia vivida por esa supuesta muchacha, terminara reconociendo que era una injusticia que alguien se vieran privado de la herencia de su padre.
El mito relata que la Enéada (los dioses fundacionales) ordenó castigar a Horus por los pecados de su madre, a lo que Set se tomó la justicia por su cuenta y le arrancó los ojos a su sobrino mientras dormía
La confesión privada de Set no resolvió gran cosa, salvo que advertió de la presencia de Isis en la isla, quien además de engañar a su cuñado había sobornado con un anillo de oro a uno de los miembros del tribunal, Nemti. Como castigo por aceptar un soborno, a Nemti le fueron cortados los dedos de los pies. Más heridas.
Harto de que se dilatara una y otra vez la decisión, Set retó a Horus a que ambos se transformaran en hipopótamos por turnos e intentaran permanecer durante tres meses bajo el agua. Horus aceptó, pero también aquí Isis, temiendo que perdiera su hijo, hizo todo lo posible para boicotear la prueba. Lanzó un arcón de cobre al agua golpeando a Horus y a Set, que salvó la vida por poco. Fuera de sí, Horus castigó las trampas de su madre cortándole la cabeza. Otra mutilación.

En paralelo a estos sucesos, el mito relata que la Enéada (los dioses fundacionales) ordenó castigar a Horus por los pecados de su madre, a lo que Set se tomó la justicia por su cuenta y le arrancó los ojos a su sobrino mientras dormía. La diosa Hathor le devolvería la vista de nuevo usando leche de gacela.

La guerra entre la agricultura y el desierto

La disputa finalizó definitivamente cuando Horus escribió al difunto Osiris, que permanecía en los infiernos, pidiendo justicia. Osiris dio la razón a su hijo y amenazó con enviar demonios a la tierra si no entregaba a su primogénito lo que era suyo. Ra accedió al fin a que Horus fuese rey y, para ahogar su furia, llamó a Set para que viviera junto a él en el cielo y fuese dios de las tormentas. Esto es, que le ayudara en su tarea como dios del Sol, en la que todos los días atravesaba el cielo en su barca y cada noche entraba en los infiernos a enfrentarse a los demonios encabezados por la gigantesca serpiente Apep. Una tarea ingrata que, creían los egipcios, se alargaría hasta que se sintiera tan triste como para que él y su obra se disolvieran en el caos y volviera a comenzar el ciclo de la creación.
Fotograma de la película Dioses de Egipto
Fotograma de la película Dioses de Egipto
El relato sobre la lucha de Horus y su madre contra Set implicó a muchos dioses y, a nivel real, supuso el choque entre los partidarios humanos de ambos dioses. Los dominios de Set eran los desiertos y todos los animales de carácter salvaje. Horus y su padre representaban la agricultura. Según la tradición egipcia, los bueyes y los burros fueron castigados por pisotear la cebada, vinculada a Osiris, a ser apaleados eternamente. Y es que Set siempre trataba de maltratar los cultivos adoptando la forma de diversos animales. En una ocasión adoptó la forma de pantera, pero Thot (dios de la sabiduría, y los hechizos) le batió con hechicería cuando trataba de arruinar unas tierras fertiles.

A continuación, Anubis lo ató, lo marcó con un hierro y lo despellejó. Cuando intentaron liberarle sus seguidores, fueron decapitados por el propio Anubis.

El contraataque de Set y sus seguidores, una vez se recuperó de las heridas, se saldó con la muerte de cientos de ellos y las montañas teñidas con su sangre. Porque detrás de cada accidente geográfico los egipcios solían percibir el brutal paso de alguna divinidad.

martes, 18 de abril de 2017

La mitología asturiana es tremendamente rica en leyendas y tradiciones sobre diversas criaturas fantásticas.

Almas en pena: Muy frecuentes son estas apariciones en la tradición asturiana que con sus quejumbrosas peticiones de misas o reparación de faltas, aterrorizan a los familiares. Los relatos sobre almas en pena suspendían el ánimo, inevitablemente, en las reuniones invernales al amor del hogar.
Alma en pena
Ayalgues: Las Ayalgas o les Ayalgues, son ninfas o hadas hechiceras que viven en las cuevas cristalizadas, tienen un pequeño cuerpo con alas como de mariposa, transparentes como el agua, apenas visibles a no ser por su destellos. Son las guardianas de los tesoros que en la antigüedad dejaron escondidos saqueadores y ladrones las cuevas de los montes. También dicen que son doncellas a la que encantaron para dejarlas para dejarlas en cuevas guardando sus botines y que ellas llaman con sus destellos y sus cánticos para atraer a alguien que encuentre el tesoro y así rompa su encantamiento.
Ayalgue
Bruxes: Ancianas feas, arrugadas y de malas intenciones que conocen todos los secretos de la magia y de la brujería. Según la creencia, con sus miradas pueden hacer enfermar a los que las han agraviado o a quienes les caen mal. También se conocen todas las pociones y ungüentos habidos y por haber, que crean en ollas o grandes cacerolas. Suelen vestir siempre de negro, acompañadas por gatos igualmente negros y con escobas que la cultura popular ha dotado del poder de volar. Viven habitualmente solas en una cabaña en mitad del bosque, donde pocos pueden llegar, ya que no les gusta que les molesten si no es estrictamente necesario.
Bruxa
Busgosu: Es un ser híbrido, mitad hombre, mitad carnero. Posee densas caballeras, cuernos, patas de carnero y cara humana al igual que el torso y los brazos. Suele ser representado con un traje y un sombrero verde. Dependiendo de la región asturiana en la que nos encontremos, el mito del Busgosu tiene dos frentes. En la zona oriental es considerado un ser benefactor que ayuda a los pastores cuando se pierden e incluso a reparar sus cabañas. En cambio, en la zona occidental se dice que esta criatura es el señor del bosque y por lo tanto, enemigo acérrimo de los leñadores y los cazadores, a los cuales persigue sin descanso hasta que logra tirarlos por los acantilados. También se cuenta que rapta a las mujeres para llevarlas a su cueva.
Busgosu
Carru de la Muerte: Es un carro que vuela por los cielos nocturnos asturianos buscando a los moribundos para recoger el alma de éstos cuando fallecen. En algunas historias se cuenta que de él baja la Güestia. En otras, el carro va tirado por dos caballos invisibles y vaga por los caminos con ruedas de corcho para que no se le oiga ir por los caminos. Va conducido por la última persona en fallecer ese año en la parroquia, quien se para enfrente de la casa del moribundo y dice la siguiente frase: “Sal fulano que aquí lo buscan”. Si el moribundo sale, lo hace subir al carro, llevándoselo después al Más Allá.
Carro de la Muerte
Cuélebre: Es una serpiente gigantesca con alas y una crin en la cabeza. La leyenda cuenta que estas criaturas son las que guardan los tesoros a las Xanas (les Xanes). Como son inmortales, con el pasar de los siglos las escamas se le vuelven tremendamente gruesas e impenetrables, y le salen alas de murciélago, pareciéndose más a un dragón que a una culebra. No se suele mover mucho del sitio que custodia, cuando lo hace es para comer ganado e incluso seres humanos, habitando principalmente en cuevas y hondonadas de terreno cercanas a zonas de agua como lagos, ríos y manantiales. Se les suele añadir además la capacidad hipnótica e incluso la de hablar. Hay muchas historias en las que se narra cómo los campesinos logran vencerlo mediante engaños y así se ven libres de tener que alimentarlo, como por ejemplo la que cuenta que unos monjes, cansados de tener que darle de comer para evitar que se llevara los cadáveres del convento decidieron darle un pan con alfileres que le causó la muerte. En el pasado el Cuélebre exigía cada cierto tiempo una doncella virgen para devorarla a cambio de no desatar su furia sobre las gentes. Así era hasta que una de las doncellas que iba a ser sacrificada invocó al apóstol Santiago. Este se enfrentó a la bestia y el Cuélebre herido en el pecho, se comenzó a retorcer, soltó una nube de azufre por la boca y herido y humillado, regresó a su cueva no volviendo nunca a pedir tributo a la gente. Cuentan la leyendas que el Cuélebre tras tantos siglos de longevidad ya ha perdido gran parte de sus poderes, especialmente en la mágica Noche de San Juan cuando no son efectivos sus encantamientos. Por el contrario, la noche de San Bartolomé sale de su cueva con sus poderes acrecentados, provocando tempestades y desatando el terror.
Cuélebre
Curuxa: Lechuza que si se posa o ronda la casa de un enfermo significa que este enfermo va a fallecer. También se oye en Asturias que este mensaje lo realiza la corneja y el cuervo. Otra historia cuenta la aparición en el pueblo de un perro negro que nadie había visto antes, que se para delante de la casa de un enfermo y se pone a aullar, ronda la vivienda hasta el fallecimiento del enfermo y luego le acompaña hasta que éste es enterrado, desapareciendo luego para siempre. La Curuxa es también una de las figuraciones de la Guaxa.
Curuxa
Diablecos: Duendes domésticos de pequeño tamaño que pueden realizar tareas imposibles para las personas. Se les concede el poder de adivinar el futuro, pero en caso de volverse en contra de los humanos con los que habita, son lo bastante vengativos para hacerles enfermar a su conveniencia o en casos más graves, de poseerlos como si de un demonio se tratase.
Diablecos
Diañu Burlón: Es uno de los personajes más conocidos de la mitología asturiana. Normalmente se le describe como un caballo pero puede adoptar la forma de otros seres, incluso es capaz de convertirse en humano (al menos en apariencia) de poca estatura. También es descrito como una criatura con patas de cabra y apariencia humana de cintura para arriba. Actúa principalmente por las noches y se dedica a realizar bromas pesadas más que otra cosa. Asustar a caminantes, desorientar a campesinos, estropear las redes de los pescadores, trenzar las crines de los caballos, etc. También deja que el fatigado caminante se monte sobre su lomo, para entonces cabalgar a una velocidad endiablada en ir aumentando en tamaño. El asustado jinete, al realizar una invocación a alguna potencia celestial, por lo general: “¡Xesús, Xosé y María!”, se libera de la siniestra cabalgadura para dar con sus huesos en una riega.
Diañu Burlón
Espumeru: L’espumeru es una especie de pequeño duendecillo, que vive en cuevas en las orillas del mar. Suele vestirse con algas, caracolas y otros objetos que encuentra por la playa. Su pasatiempo favorito es deslizarse sobre las olas o detrás de la estela que dejan los barcos en el agua. A veces cuando el tiempo es malo y la niebla esta baja en la costa, hace sonar una caracola para alertar a quien esté pescando, para avisarles que se acerca una tempestad y que es peligroso acercarse a los arrecifes.
Espumeru
Fiera Cuprecia: Bestia de extraño aspecto parecido a la quimera de la mitología griega, con cuerpo de harpía provisto de cuatro mamas, cola, boca de león y cuernos de toro. Este ser se dedica a asustar a los niños que encuentra por los bosques.
Guaxa: La Guaxa es el vampiro de la mitología asturiana por excelencia. Es descrita como una anciana que en las noches penetra por las cerraduras o las rendijas de las puertas cuando nadie está despierto para clavar su único diente y succionar la sangre de sus víctimas quienes paulatinamente languidecen y enferman con el transcurso del tiempo. Sus víctimas son principalmente mujeres jóvenes y niños. De día se esconde agazapada en cuevas o en los troncos huecos de los árboles. Generalmente es invisible, pero si se deja ver su aspecto es el de una anciana delgada, arrugada y encorvada con ojos como el búho y una gran boca de la que sobresale de su mandíbula superior el diente con que ataca a sus víctimas. La tradición señala que el remedio contra la Guaxa es el uso de amuletos como la higa o cigüa, o mano negra de azabache, amuleto muy usado desde la antigüedad en Asturias, o la piedra de San Pedro o quiastolita, así como rituales como dar a la víctima un preparado a base de alicornio u otro que se elabora dejando al sereno durante nueve noches seguidas una medida de agua en la que se ha puesto a macerar tozos de astas de ciervo y alguna porción de plata.
Guaxa
Güercu: Es la aparición en un lugar de una persona que está viva pero que un futuro cercano será ya un difunto, normalmente de su familia, que más tarde al hablar con este niega reiteradamente que él se encontrase en ese lugar, esto anuncia la muerte de esta persona en los próximos días. Se dice de él que vaga por cementerios, y que a veces adopta la terrorífica forma de un perro negro con cuernos.
Güestia: Se trata de la Santa Compaña de Galicia pero en la tradición asturiana. Estamos ante una larga procesión de espíritus que avisan de la muerte. Portan huesos en vez de velas que misteriosamente desprenden llamas y nadie sabe a dónde se dirigen. Para una persona el hecho de ver esta procesión significaría la futura muerte. Siempre van exclamando “Andai de día que la noche ye mía“, y allá en las casas donde se paran, una muerte en ellas sucede a los pocos días. Quien lleva la procesión, sin embargo, no es un espíritu, sino un vivo que está condenado a salir por las noches a comandarla, y a encontrar a otra persona a quien pasar la maldición antes de que ésta le vaya palideciendo lentamente hasta morir, creándose así un eterno círculo vicioso. En conclusión es un signo de mala suerte y mal augurio, para librarse del fatal destino la persona ha de trazar un círculo en el suelo y meterse dentro de él nada más verla y si la Güestia se cruza por su camino, la persona debe tirarse al suelo delante de ella aunque le pise y le aplaste.
Güestia
Ingalius: Estos duendes de la región de Ibias sienten una especial predilección por molestar a los niños, a los que les impiden crecer mediante una delgadez muy acusada, o volviéndolos muy pálidos. Cuando un niño está encanijado se dice que tiene los ingalius y para curarle se reúne la familia y le atan las piernas con un hilo de lana hilada en casa. Acto seguido, una persona lo lleva a la encrucijada de dos caminos por los cuales haya pasado o pueda pasar el viático. Allí se sienta con el niño entre sus brazos y a la primera persona que pasa le entrega unas tijeras y le dice: “Hombre que vienes con fortuna, corta los ingalius a esta criatura“. El hombre (o mujer) corta el hilo que ata las piernas del niño y con esto queda cortada la enfermedad. Para que la operación surta efecto, ha de hacerse en silencio, y las personas que intervienen en ella tienen que separarse sin despedirse.
L’Home Marín: Un siniestro personaje que merodea por las costas en busca de barcos pesqueros, divirtiéndose con ellos rompiendo sus aparejos de pesca al crear grandes oleajes o aprovechando las tormentas que puedan coger al barco desprevenido antes de que éste pudiese volver a puerto. Otra de sus diversiones es destrozar los propios barcos, dejando a los marineros en mitad del mar.
Llavanderes: Conocidas como Lavandeiras en Galicia, les Llavanderes son mujeres viejas y arrugadas que lavan ropa en los ríos por la noche. Aunque es fácil escucharlas es muy difícil verlas. Aquel que logre verlas será invitado a lavar la ropa con ellas, pero el que rechaza la invitación, o las mira directamente a la cara o lavase la ropa apuntando hacia alguna de ellas, será ahogado en el río por ellas (o apaleado hasta la muerte con las palas de lavar, según otra versión del mito). Tienen una parte positiva al ayudar a apagar incendios en los bosques al desviar los cursos de los ríos.
Llavanderes
Lloberu o Llobera: Hombres y mujeres que se crían entre lobos, llegando a mandar en las manadas. Son distintos a los casos de licantropía, donde el individuo se convierte en lobo. De este último se cuenta que es la maldición de un padre a su hijo por comer demasiada carne, entonces este se va de casa y se revuelca por la tierra, convirtiéndose en lobo, se encarga de que los lobos no se coman el ganado ni ataquen a las personas, pasados siete años, se revuelca de nuevo en la tierra y la maldición se va. Está documentado históricamente el proceso llevado a cabo por el Santo Oficio contra Ana María García, la Llobera de Llanes, fechado en 1648.
Lloberu
Malinos: Espíritus invisibles que pueden adoptar aspecto de sombras u ocultarse en ellas y que no son más grandes que una mosca. A pesar de su diminuto tamaño, pueden realizar casi cualquier tarea, por imposible que parezca. Los Malinos pueden introducirse en el cuerpo de las personas por la boca para después atormentarlas con diversas dolencias y enfermedades como la locura o esquizofrenia e incluso controlando su voluntad. De dichas dolencias no se libran hasta que son sometidos a un exorcismo que logra expulsarlos del cuerpo del poseído, viéndose débilmente como una especie de humo o vapor que sale del cuerpo. Se dice que a los Malinos hay que llamarlos al aire libre y en un lugar solitario, en compañía de varios gatos negros o frente a un tocón de un árbol sobre el que se hayan extendido hojas de helechos. Si se pronuncian los juramentos adecuados, vienen (siete Malinos) y se introducen en una caja de madera que deberemos portar, a partir de ahí realizarán las tareas que les ordenemos. Cuando no pertenecen a nadie, vagan por los bosques cometiendo fechorías.
María Cuchillas: Cuenta la leyenda que María era una joven de clase humilde que vivía en Oviedo en el Siglo XVIII – XIX y que estaba enamorada de un hombre rico, lo que impedía que él se fijase en ella. Para ayudarla, El Diablo se le apareció y le dijo que si quería conquistarlo llevase a su hermano recién nacido a una cueva, donde lo matase a cuchilladas hasta desangrarlo, y con su sangre hacer una pócima o un conjuro para enamorar a su amado. María obedeció pero su hombre fue avisado de lo ocurrido y encontró a María tras cometer el crimen, maldiciéndola y condenándola a limpiar la sangre de la cueva hasta que sus lágrimas se mezclasen el agua de lavar, indicando así su arrepentimiento. Otra versión de la historia la considera patrona de los crímenes sin resolver, y se aparece por las noches portando cuchillos manchados de sangre.
María Cuchillas
Mouros: Los mouros o moros son una raza de seres mágicos que vivían en Asturias desde el principio de los tiempos, por una razón desconocida se vieron obligados a vivir debajo de la tierra, ejerciendo el oficio de la minería, la metalurgia o la orfebrería. Son los constructores de los dólmenes y de los castros, debido a su forma de vida tienen grandes tesoros que son protegidos por cuélebres o por hechizos. Rara vez salen al exterior a no ser para recoger comida, y solo salen al anochecer o por la noche o en días muy señalados como la noche de San Juan. No se suelen mezclar con los humanos, a no ser en encuentros casuales.
Mouros
Nuberu: Es un personaje que según la mitología asturiana (también presente en la gallega y cántabra) domina las tormentas. Controlan el tiempo a su voluntad y se divierten provocando tormentas y tempestades, lanzando centellas a los animales y arruinando las cosechas de los hombres con el granizo. Estos hacedores y rectores de inclemencias no dudarán en utilizar los rayos como armas si son atacados o molestados. El Nuberu viste ropas raídas, un manto de pieles y un sombrero negro de ala ancha. Posee una poblada barba grisácea y se cuenta que al igual que Odín, es tuerto de un ojo. Habitualmente se desplaza montado sobre una nube mientras “pastorea” otras nubes, haciéndolas descargar su contenido a voluntad y sin importarle lo más mínimo las consecuencias. El Nuberu tiene cierta ambivalencia, ya que puede resultar tanto una fuerza maléfica, como cuando descarga granizo sobre las cosechas, como también benéfica, provocando lluvias que ayuden precisamente a los campesinos. Según la tradición popular, la manera más efectiva de alejar al Nuberu es pidiendo ayuda a un sacerdote o haciendo tañer la campana de la iglesia, ya que parece que dicho sonido le resulta extremadamente desagradable. También colocar un carro con las patas hacia el cielo, un hacha con el filo hacia arriba sobre el tejado de la casa o quemar laurel y romero pueden resultar ser métodos efectivos para poner en fuga al Nuberu.
Nuberu
Papón: Tiene su nombre debido a su enorme papada. Tiene el vientre muy hinchado, un gran abdomen y una apariencia bonachona, pero tras esa fachada se oculta un glotón al que le encanta raptar a los niños llorones que no se duermen. Se los lleva de sus casas por las noches, a los que luego se come. Otro personaje emparentado con éste es Xuan Canas, que vive en los pozos de los ríos y si algún niño pasa por allí lo rapta y lo esconde para siempre en el fondo del río.
Papón
Pataricu: Seres gigantescos que viven en la legendaria isla de Eonavia o Eonaviega (entre las costas del Eo y de Navia) que tienen un solo ojo y un finísimo sentido del olfato que les permite detectar náufragos de los cuales se alimentan. La isla solo era accesible para los barcos que habían sufrido un naufragio, llegando a sus costas arrastrados por la marea, de modo que los supervivientes se veían atrapados en la isla al no tener barco con que escapar de ella, siendo también víctimas del hambre de estos enormes cíclopes.
Pataricu
Pesadiellu: Espíritu maligno, que no tiene forma determinada y relacionado con el diablo. Se suele aparecer a los caminantes, que sienten como una presión extrema en el cuerpo que puede llegar al desfallecimiento y debe recurrir a los rezos para deshacerse de él. Otra historia nos cuenta que se presenta como una enorme mano peluda o como un macho cabrío.
Pesadiellu
Príncipe Aliatar: Personaje mítico característico de la época navideña. Presentado como su alteza real el príncipe Aliatar, actúa como mensajero o guía que acompaña o precede a los Reyes Magos, y que visita las ciudades y pueblos días antes que éstos para recoger las peticiones de los niños. En las Cabalgatas de Reyes de Asturias siempre abre paso a los Magos de Oriente este personaje.
Serenes: Son seres híbridos, mitad mujeres mitad pez, viven en el mar y en los ríos cantando hermosas canciones. Suelen tener un carácter negativo y perverso. Se las asocia con la seducción de marineros a los que atraen con sus cantos a las costas peligrosas para que naufraguen o mueran en ellas.
Sirena
Sumiciu: Otro duende burlón de la mitología asturiana aunque menos conocido que el Trasgu pero quizá más maligno y que puede convertir en pesadilla el hecho de convivir con él. El Sumiciu es un duende hogareño relacionado con los despistes y las desapariciones de objetos en las casas siendo muy habitual en Asturias oír la expresión “llevolo el Sumiciu” o “páez obra del Sumiciu”. Es de un tamaño sumamente pequeño o incluso invisible. Pero la acción del Sumiciu no se limita a eso. Este duende es más perverso que el trasgu, llegando incluso su poder a ser capaz de “sumir” a las personas, especialmente a los niños, haciéndolos desaparecer poco a poco. Aun así, la manera de librarse del Sumiciu y recuperar los objetos perdidos es simple: Se dice que hay que rezar una oración a San Antonio pero sin cometer ni un solo error, si no, los objetos perdidos, jamás se recuperarán.
Sumiciu
Trasgu: El Trasgu es el duende hogareño por excelencia de la mitología y tradición asturiana. Vive en las casas y es sumamente travieso, llegando a ocasionar grandes destrozos y causando graves trastornos en la vida familiar en aquellas casas que habita, molestando al ganado, tirando cosas al suelo, impidiendo que las personas duerman por las noches, etc. El Trasgu suele manifestarse normalmente en las primeras horas de oscuridad, cuando la familia se encuentra reunida cenando o junto al fuego, sonarán ruidos extraños, pisadas, pero solamente será cuando los habitantes de la casa duerman el momento en el que este pequeño duende campe a sus anchas. Sin embargo, si se le trata bien, y siempre y cuando este de buen humor, el Trasgu puede recoger y limpiar las casas, aunque suele ser más dañino que benefactor. Es tal la molestia que causa, que en ocasiones las familias tienen que mudarse. No obstante es sumamente difícil deshacerse de él, acompañando normalmente a la familia en la mudanza, suelen anunciarse diciendo: “Yo también ando de casa mudada”. Hay varias maneras según el mito de deshacerse de él, la principal es retarle a ejecutar tareas imposibles aunque también puede resultar el encargarle que traiga agua en una cesta, o que convierta un pellejo de carnero negro en blanco, al no poder hacerlo se marcha avergonzado. Otra manera de deshacerse del Trasgu es dejándole un puñado de grano en el suelo, como no los puede coger porque se le escapa por el agujero de la mano se enfada y se va. El mito del Trasgu está emparentado con otros mitos de duendes comunes en toda Europa y el resto del mundo.
Trasgu
Ventolinos: Parientes del Espumeru, son unos duendes o genios del aire de tamaño diminuto que revolotean por las aldeas, bosques y acantilados durante la noche. Son muy difíciles de ver, se cuenta que solamente pueden ser vistos es a través de los rayos de la Luna, ya que normalmente son invisibles a las personas adultas, solamente los niños (con los que los ventolinos tienen una afinidad especial) son capaces de ver a estas criaturas. Tienen facciones muy agradables y son hermosos, tienen además unas alas transparentes en su espalda. Se cuelan en las casas y entre otras tareas, transportan los suspiros de los amantes por el aire, duermen a los niños con la armonía de sus voces y llevan el último adiós de los padres a los hijos que están lejos. También se cuenta que llevan la inspiración a los poetas al posar sus pequeñas manos sobre sus cabezas mientras duermen. En la Noche de San Juan, los ventolinos cantan a las Xanas para que estas bailen en coro alrededor de la hoguera.
Ventolinos
Xanes: O las Xanas, son unos de los personajes más conocidos en la mitología asturiana. Mujeres hermosas que suelen habitar en zonas de agua pura, cristalina y en movimiento (arroyos, cascadas, etc). Según la tradición, parece que están ligadas a sus fuentes, cuevas y manantiales y no los pueden abandonar, por lo que buscan la ayuda de caminantes, labradores o cazadores que sean capaces de liberarlas. Aparte de muy bellas como se ha mencionado anteriormente, suelen ser descritas como mujeres rubias y de ojos azules o verdes, que ocupan sus días tejiendo urdimbres de oro que amontonan en cestas. La presencia del oro es frecuente en muchas de las leyendas alrededor de las Xanas, atribuyéndoles la posesión de auténticos tesoros que ofrecen como recompensa si son liberadas de su hechizo. También hay que destacar que a pesar de su aspecto agradable, las Xanas pueden castigar de forma cruel e implacable a quienes las traicionan o se acobardan en el último momento en la labor de salvarlas de su encierro.
Hilas y las ninfas
John William Waterhouse – Hilas y las Ninfas (1896).
Xinxinos: Cuenta la leyenda que había un niño que era muy desobediente y maleducado con su propia madre, a la que encantaba fastidiar cuando tenía que ayudarla con las tareas domésticas. En cierta ocasión en que estaban cortando leña, Xinxinos cargó una pila de ella a la espalda y le preguntó a su madre donde debía dejarla, pero la madre, exhausta de la mala conducta de su propio retoño, le exhortó a que la pusiera en los cuernos de la luna. La maldición se hizo efectiva, y el niño fue condenado a vagar por los bosques sin descanso, apareciéndose en las noches de Luna llena cargando con una pila de leña que no sabe dónde dejar.
Xuan de la Borrina: Llamado también Xuan Blancu (Juán el Blanco), Xuan de Madruga (Juan el de la Madrugada), Xuan de Riba (Juán el de Arriba) Xuan Barbudu (Juán el barbudo) o Xuan de la niebla, este venerable anciano merodea por montes y valles acompañado de su perro lanudo y de su esposa, de quien curiosamente se dice que también tiene barba. Se aparecen solo dentro de la niebla como figuras borrosas y algo lejanas, de modo que nadie puede verlos de forma nítida. La leyenda le atribuye el don de traer la niebla así como de hacerla desaparecer, volviéndola hacia el cielo. Los pastores consideran a Xuan una especie de pastor con poder de dominar a la niebla, y al que pedían protección para sus rebaños cuando ésta cubría los valles en donde ellos estaban.
Xuan de la Borrina
Zamparrampa: Mujer de aspecto deforme y cruel, a la que le gusta sembrar todo tipo de caos y desorden en las cosas en donde entra. Le encanta a asustar a los niños y provocar desastres domésticos, volviendo locas a las mujeres de la casa.
Zamparrampa
Anexo (Parques Naturales): El Principado de Asturias es un