jueves, 31 de agosto de 2017

Silfos

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El Silfo es un tipo de Trasgo o gnomo que proviene de la mitología Germana.

Esta criatura habita en cuevas de bosques muy en cerrados ya que la luz del sol les hace daño.

Se cree que los silfos son las criaturas más sabias de la Tierra ya que su memoria comprende antes de la creación del mundo. También que son espíritus elementales puros, se les atribuye el aire, a los gnomos la tierra, a las nereidas el agua, y a las salamandras el fuego.Se dice que los Silfos tras vivir 10.000 milenios cambian su color de cabellos a blanco pues la sabiduría de las eras consume el color de pelo negro de la juventud.

Pueden viajar a grandes velocidades sin problema, aunque tras yacer con un humano, su poder de volar desaparece y se convierten en humanos. A diferencia de los elfos no poseen lengua hablada ni escrita sino el poder del pensamiento.

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Los Silfos no tienen la visión melancólica de los demás seres inmortales (exceptuando hadas y dragones) que eran hijos de los mismos seres del cielo y la luz.

Los silfos son indiferentes con los elfos como los elfos con los hombres, al considerar aburridas y sin importancia las teorías de los elfos sobre el apego a lo inmutable. Los Silfos en cambio consideran al progreso como algo a que debe ser dejado proseguir su camino.En la mitología de J.R.R. Tolkien son criaturas que habitan en cuevas. Su primer encuentro es con la Comunidad del anillo cuando cruzan por moria (las minas de los enanos).En la mitología Rusa se les llaman Gremlins son criaturas endemoniadas que hacen maldades y en otros casos pueden llegar a matar.Otras creencias afirman que se trata de espíritus del vientos bondadosos, que podían volar a gran velocidad.

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En algunas obras aparecen como seres longevos que vivieron tiempo antes de los elfos, descendientes de los seres de la luz, primeros que vieron personalmente la luz y la adoraron.

miércoles, 30 de agosto de 2017

Crono

De acuerdo a la mitología Griega, Crono es el dios del tiempo que reinaba antes que el universo fuese creado, suele conocérsele también por el nombre de Eón o Aión, es un dios primigenio, es decir, uno de los primeros en nacer, es quien conduce la rotación de la tierra, los cielos y el transcurrir del tiempo, de igual forma promovió la creación del universo.

Crono y el origen del universo

Crono
Se dice que gracias a la unión entre Crono y Ananké (diosa de lo inevitable) el huevo primigenio fue separado en tres partes, tierra, mar y el cielo, dando como resultado la creación del universo de manera ordenada.
De allí se reconoce que esta unión eterna representa las fuerzas del destino y del tiempo.
Por ello se les considera el origen de otros dioses, incluyendo al poderoso Zeus, padre de todos los dioses.

Sus hijos

De la unión con Ananké nacieron 3 hijos, Eter, Erebo y Fanes, todos eran considerados dioses primigenios.
Otras fuentes indican que las Horas, Hemera y Kairos, son sus hijos.

Iconografía


Se representa como un dios con serpentario con tres cabezas, una de un hombre, otra de león y la otra en forma de toro, por su parte, en las imágenes grecorromanas se podía ver a crono como un hombre girando la rueda zodiacal.
También puede verse como un hombre muy anciano con una larga barba blanca, asociando su imagen a la de Zeus.

Crono versus Chrono

Es muy fácil confundir a Crono con Chronos el rey de los titanes y dios del tiempo humano.
La confusión viene dada por la traducción del latín de sus nombres, Κρόνος se traduce como Cronus refiriéndose al dios del tiempo, al pasar al español queda como Crono, a su vez χρονος que se traduce como Khronos se refiere al titán, y al pasar al español queda Chronos.

martes, 29 de agosto de 2017

Mito de Tamuz o de las estaciones

Muerte de Tamuz
En Babilonia, nació uno de los más antiguos y más bellos mitos entre los varios que simbolizan la alternancia de las estaciones y se inspiran en el misterio de la vida cuando ésta despierta en la primavera tras el largo sopor invernal. Es el mito de Tamuz, que en sustancia, es el siguiente:
Entre las divinidades menores de Babilonia, había un dios joven, hermoso y bondadoso, el cual vagaba por las verdes campiñas, por los campos cultivados y los bosques salvajes, complaciéndose en la contemplación de la Naturaleza lozana y tocando dulcemente la flauta. Se llamaba Tamuz y siempre tenía la sonrisa en los labios; su misión era la de proteger a los pastores y a sus rebaños, procurar prósperas cosechas y asegurar la salud y el vigor a todo cuanto vive: hombres, animales y plantas.
Gracias a este jocundo numen, la Naturaleza estaba siempre risueña, las plantas florecían y los recién nacidos lloriqueaban en los hogares.
No es, pues, de extrañar que un buen día, Ishtar, la diosa del amor, comenzó a suspirar por el hermoso joven y trató de seguirlo por todas partes; y tanto hizo, que finalmente, logró casarse con él. No había errado en la elección, ya que también ella protegía la lozanía de la vida; a ella, se dirigían las madres y los padres para que sus hijos fueran hermosos y robustos, y los pastores, a fin que los rebaños prosperaran y se multiplicasen. Ishtar se casó, con Tamuz, y jamás una esposa divina fue más afectuosa y fiel que ella.

Duelo imprevisto entre los dioses y los hombres.

Dios Tamuz
Dios Tamuz
Un día, Tamuz paseaba por un bosque vecino a la ciudad sagrada de Eridu, cuando un feroz jabalí salió inesperadamente de un matorral y se lanzó sobre él. Tamuz era un dios, no hay duda, pero no de los de primer orden; hermoso y querido por todos, pero no muy poderoso, algo semejante a la criatura humana. Por consiguiente, podía ser alcanzado por la muerte. Gravemente herido por las garras de la fiera, el divino joven vio, cómo se oscurecía la dulce luz del Sol; se sintió atraído hacia el oscuro reino de las sombras, a las entrañas de la tierra; un frío súbito le penetró los huesos y le apretó el corazón. En una palabra: murió cual si hubiese sido un simple mortal.
Una profunda tristeza difundióse en seguida por doquier y un velo gris pareció amortiguar la luz del día y envolver las cosas. Las plantas se lamentaban, que ya no daban frutos, como las mieses, que ya no sacaban espigas. Los ríos estaban tristes, al sentir que menguaban sus caudales, y tristes estaban los lagos y las lagunas, que ya no sentían nacer más peces en sus entrañas. Y se quejaban los cañaverales y las malezas, y los jardines, donde las abejas ya no iban a libar en las flores; y las viñas, que ya no daban vino; los arriates, en que la flor de la mostaza se marchitaba; y en fin, los palacios de los príncipes y los reyes, donde ya no se oían las canciones y los alegres clamores de los banquetes, y la vida languidecía, estaban de luto. Así lo cuenta, más o menos, un antiguo himno babilónico al evocar el triste caso.
Pero más profunda que todas fue la aflicción de Ishtar. La bella diosa comprendió que su inmortalidad le sería inútil e insoportable sin su esposo, y decidió irlo a buscar al mundo subterráneo donde había desaparecido, al Aralu, la oscura morada de los muertos.

Ishtar, en los infiernos.

Descendió al Aralu, pero se encontró con que la puerta estaba cerrada; y el guardián se negó a abrirla estimando que no era conveniente que la diosa de la vida entrara en la mansión de los difuntos. Ishtar rogó e insistió inútilmente, hasta que, presa de desesperación, golpeó furiosamente la puerta gritando:
—¡Abre, guardián; de lo contrario, hundiré estos batientes, libertaré a los muertos que custodias y los conduciré conmigo sobre la tierra para que devoren a los vivos!
El guardián, asustado, corrió junto a la Reina de los infiernos en demanda de instrucciones, y la Reina, que conocía el poder de Ishtar, y sobre todo, la fuerza de su amor, permitió que la diosa entrara a condición de que se despojara de uno de sus ornamentos cada vez que pasara por una de las siete puertas del infierno.
En aquel momento, poco le importaban a Ishtar sus ornamentos, y aceptó sin vacilar. En la primera puerta, se quitó la corona, en la segunda, los ricos pendientes, en la tercera, el collar, en la cuarta, los brazaletes, y así sucesivamente: cuando llegó a la presencia de la Reina de los infiernos, no llevaba más que la camisa. Pero no había pensado en que, como reina de la belleza y del amor, los ornamentos formaban parte de su personalidad y de su poder, y al verse de tal manera desnuda, quedó tan humillada, que la Reina del infierno se sintió más fuerte que ella, y sin la menor generosidad, comenzó a burlarse, y ordenó que fuese encarcelada sin dilación.
¿Cómo podría proseguir la existencia sobre la tierra, cuando las dos divinidades de la vida estaban, muerta una de ellas y la otra encarcelada? Dejaron de nacer hombres y animales, las plantas se marchitaban, la Naturaleza entera iba camino de extinguirse. Los dioses se preocuparon del caso, y sin pérdida de tiempo, acudieron a Ea, el cual, con uno de sus enérgicos encantamientos, obligó a la Reina infernal a libertar a Ishtar.
Ishtar en el mundo de los muertos
Ishtar en el mundo de los muertos

Vuelve la felicidad junto a Tamuz

Esta vez, la bella diosa se sintió la más fuerte e impuso sus condiciones: estaba allí, para llevarse consigo a Tamuz y no se iría sin él; si querían que reanudara su benéfica actividad sobre la tierra, debían restituirle a su esposo. La Reina de los muertos se vio obligada a plegarse una vez más, a rociar a Tamuz con el agua de la vida y a dejarlo partir con Ishtar. Mágicamente, las siete puertas se abrieron una tras otra ante los dioses, y en cada una de ellas, recogió Ishtar sus joyas y vestidos, hasta que con su marido emergió a la luz del Sol y entonó a plena voz su himno jubiloso y triunfal:
—¡Me regocijo en mi esplendor, y llena de felicidad, avanzo, excelsa y divina! Soy Ishtar, la diosa de la tarde, soy Ishtar, la diosa de la mañana: soy la que siempre triunfa en el cielo y en la tierra.
En realidad, todo le fue a pedir de boca: había vencido a la Reina que pretendió humillarla, había recuperado a su amado Tamuz, y también sus alhajas, y ahora, podía cantar su himno de victoria.
Con todo, no se desciende impunemente al reino de los muertos: Ishtar se dio cuenta de ello más tarde, cuando vio que todos los años Tamuz, cual si hubiese quedado en él una maléfica atracción hacia las tinieblas donde había caído, en un momento determinado, tenía que descender otra vez a las mansiones infernales, y ella se veía obligada a seguirlo cada vez a la oscura morada y libertarlo si quería continuar promoviendo sobre la tierra, junto con él, el amor y la continuidad de la vida.
No es difícil reconocer en esta fábula el mito de la primavera: Tamuz es la lozanía estival que todos los años se amodorra en el sueño invernal y todos los años despierta con la nueva estación. Casi todos los pueblos han imaginado un mito de este género, no tanto para explicarse la alternancia de las estaciones, como para glorificarla en una interpretación mágica y poética, a través de la cual, sienten y tratan de expresar el misterio y el milagro de la Naturaleza.


martes, 22 de agosto de 2017

Los eclipses en la mitología de los pueblos

Durante milenios, los eclipses solares han sido fuente de mitos, en ocasiones violentos, para numerosos pueblos. La ciencia explica que el Sol obscurece porque la Luna pasa delante de él, pero antes de eso, la gente imaginaba todo tipo de razones para lo que sucedía en el cielo.
Las leyendas revelan mucho más acerca de los pueblos que las crearon que sobre el Sol o la Luna, dice Anthony Aveni, autor del libro “In the Shadow of the Moon: The Science, Magic, and Mystery of Solar Eclipses”.

“No es mito. No es ciencia. Es cultura”, dijo Aveni, profesor de física y sociología en la Universidad de Colgate.
Son a menudo historias morales que advierten sobre contravenciones de todo tipo, desde mentir hasta incesto, dijo Aveni. Pueden ser sangrientos y de miedo y por ello enseñan lecciones. Después de todo, ¿qué va a asustar más que el Sol desapareciendo en medio del día?

Violencia

Quizás la leyenda más sangrienta sobre eclipses proviene de India “y no es para timoratos”, dijo el director de planetario Mark Littman, de la Universidad de Tennessee.
Un demonio llamado Rahu trató de robarse el néctar de inmortalidad de los dioses, pero el Sol y la Luna lo reconocieron. Rahu comenzaba a beber el néctar cuando Vishnu le lanzó un disco que “le cercenó el cuello”, dijo Littmann. El néctar estaba en la boca de Rahu, pero el resto del cuerpo desapareció. La cabeza inmortal persigue al Sol y la Luna por los cielos y “cuando los alcanza da un mordisco”, pero como no tiene cuerpo, cuando se traga a la Luna o el Sol, estos reaparecen.

Comidas

Como el Sol desaparece como una galleta siendo devorada lentamente, abundan los mitos relacionados con alimentos. Los nórdicos tenían un lobo que mordía el Sol. En otras partes ha sido un perro, un dragón, un pájaro y una serpiente del infierno. A menudo la bestia escupía el Sol porque es demasiado caliente.

Furia

Littmann dice que los indígenas Pomo en California hablaban de un oso que estaba caminando cuando se encontró con el Sol. Los dos se pelearon sobre quién tenía derecho a pasar y el oso, enfurecido, mordió al Sol y siguió mordiendo hasta que llegó la Luna al salvar el día.

Cálculos

Pero no todo en la antigüedad era superstición y mito. Los babilonios, los mayas y los chinos notaron miles de años atrás que había un patrón matemático en la ocurrencia de los eclipses y comenzaron a calcularlos. Notaron que el regreso de un eclipse a un mismo lugar tomaba 18 años y 11 días. “Si puedes predecir algo, no te asusta”, dijo Littmann.

sábado, 19 de agosto de 2017

Harpálice

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Harpálice (en griego antiguo Ἀρπαλύκη), según la mitología griega, fue hija del rey Harpàlic, de Tracia .

Su madre murió cuando ella era muy pequeña y su padre la alimentó con leche de vaca y de yegua, y la acostumbró a combatir. Como no tenía descendencia masculina, Harpàlic quería encontrar en esta hija un sucesor. Harpálice encontró que esta vida le iba bien y se convirtió en fuerte y diestra en el uso de las armas. Durante un ataque contra Harpàlic por parte de los getas (los bárbaros de las llanuras del Danubio, o quizás por los compañeros de Neoptólem cuando regresaban de la guerra de Troya, El rey se encontró rodeado por el enemigo y le hirieron gravemente. Pero harpálice apareció y entregó su padre de una muerte segura. Más tarde, Harpàlic fue expulsado de su reino por una sedición que él mismo había provocado, debido a su carácter cruel. El rey se retiró al bosque con su hija. Ella ayudaba a su padre en todo lo que necesitaba: cazaba y hacía incursiones en los establos vecinos. Los pastores, cansados ​​del saqueo, van pararle trampas como si fuera una fiera salvaje, la capturaron con una red y la mataron. Pero su muerte provocó peleas sangrientas. Cuando se apoderaron de harpálice, la chica llevaba un cabrito, procedente de su último robo. Los pastores se pusieron a discutir por el cabrito de una manera tan encarnizada que algunos de ellos murieron. Se erigió una tumba para la chicos y se le rindió culto. En las fiestas que se celebraban en su honor se hacían simulacros de luchas, en recuerdo, según decían, de las luchas que habían seguido a la muerte de la chica.

Otra harpálice es la que comete incesto con su padre clima . Según las versiones, harpálice desesperada después del hecho, se transformó en pájaro nocturno, o bien se suicidó o clima la mató.

Un satélite harpálice , lleva su nombre.

jueves, 17 de agosto de 2017

El misterio del centro de la tierra y los dioses sumerios



Todas las diferentes mitologías que han surgido a partir de diversos pueblos y culturas cuentan en su panteón de dioses con un señor de la muerte que, más que decidir sobre la vida y la muerte de los seres vivos, rige sobre el inframundo o reino de los muertos, dependiendo de la estructura de la cosmogonía de cada mitología.
Así, en el caso de la religión sumeria, y su posterior extensión a las culturas asiria, acadia y babilonia, el encargado de presidir sobre las almas de los muertos era una mujer: la diosa Ereshkigal, cuyo nombre traducido literalmente la definiría como ‘’Reina de la gran Tierra’’.
Esta figura representaba a la deidad suprema en el reino de los muertos y la única con autoridad para administrar juicio y establecer las leyes por las que se regían sus dominios. Se consideraba que no había retorno posible de este reino llamado Irkalla y, en muchas ocasiones, se utilizaba este sustantivo para designar al propio reino y a su señora.
El misterio del centro de la tierra y los dioses sumerios 
El infierno sumerio era un reino bajo tierra donde continuaba la existencia.

Pero estos dominios no eran tenidos como un lugar tenebroso cuyo regente se responsabilizaba de asignar justo castigo para las acciones cometidas en vida sino que se entendía como un lugar en el que continuaba la existencia tras la muerte, de forma subterránea, con otro regente, y en el que no se impartían castigos ni administraban recompensas.

En Irkalla los muertos mantenían el mismo cuerpo que habían tenido en vida pero éste se seguía descomponiendo según el proceso normal. Para la antigua sociedad mesopotámica la existencia continuaba sin más tras el importante acontecimiento de la muerte si bien, para acceder a este reino, había que conseguir atravesar siete puertas y para lograr atravesar cada uno de estos portales, debía dejarse una prenda en pago.

Todo el reino era regido por Ereskigal, hija de Anu, el dios supremo anunnaki. En otro tiempo fue también una diosa del panteón celeste pero fue raptada por el dragón Kur, que es considerado el primer dragón del mundo en la mitología sumeria, y así fue llevada a Irkalla, lugar del que acabó convirtiéndose en su reina gobernando el otro mundo en solitario durante largos años.
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Detalle que muestra a Ninurta enfrentándose al dragón Kur.

Hasta que se dio una ocasión en la que los dioses decidieron celebrar un banquete en el que, al igual que los seres celestes no podían descender al inframundo, los dioses subterráneos no podían ascender al cielo. De modo que los primeros mandaron un emisario a Irkalla que se presentó ante Ereshkigal con una invitación en la que se le instaba a enviar un representante que daría cuenta de la comida de los dioses en su nombre.

Para tal labor la reina de los muertos escogió a su visir Namtar que, a su vez, era un dios menor asociado a la enfermedad. Un mito le hace responsable de haber creado y enviado al mundo 60 enfermedades diferentes que tomaban forma de demonios y se internaban en los hombres.

Así que el visir de la reina se dirigió a las dependencias celestes en donde tenía lugar el evento, para lo que tuvo que subir una extensa escalera y al llegar, se presentó en nombre de la respetada diosa del reino del otro mundo a lo que el resto de dioses, como señal de gran respeto, se levantaron de sus asientos y se arrodillaron ante el visir del mismo modo en el que lo hubieran hecho de haberse encontrado ante la presencia de Ereshkigal. Todos los dioses mostraron su respeto a excepción de Nergal que permaneció en su asiento ya que no le tenía aprecio al visir.
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Representación de Nergal con características animalescas.

Nergal era hijo del dios Enlil y la diosa Ninlil, y fue engendrado en el propio inframundo cuando Enlil engañó a la diosa y la tomó en contra de su voluntad. También era considerado como una de las manifestaciones oscuras del dios del Sol Shamash.

El hecho de que Nergal no se levantara de su asiento fue considerado como una de las mayores ofensas por lo que se le impuso, como castigo, que debía de descender al inframundo para presentar sus disculpas ante Ereshkigal en persona.

Antes de su partida, Enki le previno y le advirtió para que no tomara ningún asiento en el reino de los muertos, ni probara de la bebida o de la comida de este mundo y que tampoco debía yacer con Ereshkigal pues esta diosa era conocida por su gran belleza e intentaría tentarle.

Nergal descendió junto a siete escorpiones y un presente para la diosa y cuando se halló ante su presencia, ésta quedó prendada de su invitado. Le ofreció bebida, alimento y que tomara asiento pero Nergal rechazó todos los ofrecimientos siguiendo el consejo de Enki, si bien no consiguió atender a este consejo de forma absoluta pues sucumbió ante los intentos de seducción de la diosaque le provocó dejándose ver mientras se bañaba.
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Otra representación del consorte de Ereshkigal.

Yacieron juntos durante seis días y seis noches tras los cuales, a la mañana del séptimo día, Nergal abandonó sigilosamente el lecho y el reino de Irkalla volviendo al cielo como era su obligación.
Cuando Ereshkigall despertó fue informada de la razón de la ausencia de su amante y lloró amargamente su marcha. Mandó de nuevo a su visir al reino celeste con el objeto de dar con él pero Namtar no pudo encontrarle debido a que Enki había cambiado su aspecto físico para que pudiera pasar desapercibido.

Cuando la señora del inframundo se dio cuenta del engaño montó en cólera y amenazó con enviar a todos los habitantes de su reino a convivir con los vivos por lo que en número los primeros superarían ampliamente a los segundos.

Al enterarse de esta amenaza Nergal se llenó de ira y descendió de nuevo al inframundo. Rompió los siete portales yse presentó amenazante ante la diosa con la intención de darle muerte decapitándola. Pero en el último momento ambos entendieron que se amaban y decidieron permanecer juntos en Irkalla. Así el dios de las plagas se convirtió en el consorte de Ereshkigal y en dios de los muertos.
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Figurilla que representa a Anu.

Pero la entrada a este reino suponía el no retorno, a excepción de contadas ocasiones en las que algún mensajero entraba a dar una misiva y volvía a salir. Existe un mito en torno a este tema llamado ‘’el descenso de Inanna’’ que narra el viaje de esta diosa, hermana de Ereshkigal al inframundo y que se plasmó por escrito en diversos poemas.

Inanna era la diosa de la fertilidad y del amor en oposición a su hermana: la vida y la muerte. Decidió descender al mundo subterráneo aunque la motivación para tomar tal riesgo no queda muy clara en los fragmentos de los textos recuperados.

Parecía ser muy consciente del riesgo que entrañaba su viaje pues dejó instrucciones a su visir acerca de cómo proceder en caso de que ella misma no hubiese regresado al cabo de tres días desde su partida. Además, se atavió con ropa de gala, joyas y diversos talismanes de poder.

Se dirigió con determinación a las puertas de entrada al inframundo y le transmitió al guardián de las mismas su solicitud para ser recibida por su hermana y poder tratar los asuntos en los concerniente al funeral de su cuñado (el primer marido de Ereshkigal). Al enterarse de la petición la señora de los muertos se enfureció pues sospechó de un engaño e Inanna no vestía apropiadamente para el periodo de duelo, por lo que dudó de las verdaderas intenciones de su visita. Dispuso entonces que cada una de las siete puertas de entrada se cerrara con candado estableciendo en ese momento la condición de que para poder atravesarlas debía de entregarse una prenda o abalorio como pago del peaje.
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Inanna pasó a ser conocida como Ishtar en Babilonia.

De este modo, Inanna se presentó en las estancias de Ereskigal completamente desnuda e indefensa ya que se había desprovisto de su vestido y sus amuletos mágicos y ambas se enfrentaron en combate, la diosa de la fertilidad delata sus verdaderas intenciones manifestando su deseo de hacerse con el trono. El desenlace de esta contienda en algunas versiones termina con Inanna condenada a muerte y, en otras, con ella muriendo a manos de su hermana. En cualquiera de los casos, Inanna fallece como consecuencia de su viaje.

Para un muerto no existía retorno posible de la morada de los muertos, por lo que Innana queda atrapada en Irkalla pero al cumplirse el plazo estipulado, el visir de la diosa del amor procedió como le había sido indicado y realizó las lamentaciones apropiadas apelando y rogando al resto de dioses para que intercedieran a su favor. Los dioses se negaron ya que la desafortunada suerte de Inanna le había acaecido como consecuencia de sus propios actos, movida por la ambición. De entre todos los dioses, únicamente Enki se apiadó e ideó un plan para traer a Inanna de nuevo con los vivos.
Algunos dioses podían traer a los muertos de nuevo a la vida siempre y cuando no hubieran pasado muchos días desde el fallecimiento.

Creó dos seres que fueron recibidos por Ereshkigal, a la que engañaron para que accediera a hacerles entrega del cuerpo de la recientemente fenecida diosa. Una vez se hicieron con él, lo impregnaron con ‘’el agua de la vida’’ que Enki les había entregado y la diosa revivió.
Pero alguien tenía que suplir a Inanna entre los muertos y se le instó a que escogiera un sustituto para tal fin. Debía de determinar quién moriría en su lugar. Cuando volvió a la tierra se encontró con que su marido Dumuzi no estaba cumpliendo con el pertinente duelo por su muerte y además había ocupado su puesto, así que entregó a su consorte.

Parece que los dioses actuaban de forma muy humana dejándose llevar por celos y ambiciones pero también hacían gala de sus capacidades sobrehumanas siendo incluso capaces de o de crear a otros seres para que les sirvan en sus empresas o de traer de vuelta a la vida a un muerto saltándose las leyes de la existencia:
“Ereshkigal es la reina soberana aquí y aquellos que la adoran no podrán nunca salir.

miércoles, 16 de agosto de 2017

El atemorizante Gidim o Espíritu de Muerte en Mesopotamia

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Así como las sombras de los fallecidos que rondaban el inframundo, según las creencias de la mitología antigua clásica -griega y romana-, existían en las religiones de Sumeria, Babilónica, Asiria y de otros pueblos mesopotámicos, unos espíritus merodeadores similares.

Se trataba de los gidim, como eran denominados en sumerio y eṭemmu en acadio. La palabra sumeria puede analizarse como compuesta por gig, que significa “estar enfermo” y dim que representa demonio” o por gi “negro” y dim “acercarse”.

En la antigua Mesopotamia, los vivos y los muertos estaban estrechamente conectados. Era una creencia indiscutible que la mortalidad era una de las características definitorias de los seres humanos.

Cualquier persona que moría joven era considerada maldecida por los dioses, mientras que aquellos que eran saludables eran vigilados por espíritus beneficiosos, y cuando esa protección se desvanecía, terribles cosas podían ocurrir.

Una vez que una persona moría, se convertía en un gidim, o “espíritu de muerte”. El espíritu era una criatura sombría que a veces se aparecía a amigos, familiares y seres queridos y siempre reconocible como la persona que habían sido en la vida.
El atemorizante Gidim o Espíritu de Muerte en Mesopotamia
Sin embargo, los gidim no aparecía al azar, sino que podía ser invocado por los vivos. Los montículos de entierros en Mesopotamia eran más que un lugar donde los restos de las personas eran sepultados para el paso a la otra vida.

Eran un lugar importante porque allí los restos también eran cuidados en caso de que alguna vez fueran necesarios para llamar a un gidim desde el inframundo.

No se sabe cuál era el proceso para enterrar correctamente un cuerpo, pero se cree que variaba según el rango de la persona. Los reyes y las reinas podían tener períodos de luto más largos que los plebeyos, y sus montículos de entierro a menudo  se les llamaba “palacio de descanso” o “casa de la eternidad”.

La existencia de los gidim en la siguiente vida era triste, y por eso era responsabilidad de los vivos dar ofrendas a los muertos. Sin los dones de los vivos, los gidim eran condenados a la sed eterna y a alimentarse de comida amarga y casi inconsumible.

Otras historias dicen que los gidim no comían nada más que polvo y que existían en un reino gobernado tiránicamente por la reina Ereshkigal y su consorte, Nergal.

martes, 15 de agosto de 2017

La fascinante mitología Inuit

La mitología fue la forma en la que los pueblos antiguos explicaron los fenómenos presentes en su vida cotidiana y dieron sentido a su existencia. Familiarizados con la mitología romana y griega, puede que hayamos pasado por alto la de otras civilizaciones, como la mitología Inuit, transmitida de generación en generación por los ancianos para enriquecer e iluminar a sus comunidades. Descúbrela con nosotros.

El increíble mundo dentro de la mitología Inuit

Los inuit son un pueblo originario de la inmensidad del Ártico canadiense, perteneciente a una familia mucho más grande que se extiende desde el Mar de Bering a través de Alaska y por el norte de Canadá hasta Groenlandia.
Se trata de un pueblo imaginativo, resilente y con un modo de vida particular, del que destacada una rica cultura donde el arte, el canto, la danza, los mitos y leyendas juegan un importante rol.
Siendo un repositorio de la cultura Inuit, la mitología de este pueblo es transmitida por los ancianos a través de generaciones. La mitología inuit ha experimentado un renacimiento en popularidad, ya que los grupos comunitarios se han dedicado a preservar las enseñanzas tradicionales, como una forma de solidaridad cultural y política.
Los Inuit designaron los poderes del Bien y del Mal a las deidades, que vivían en un mundo espiritual estrechamente entrelazado con el hermoso paisaje del norte, donde ellos hacían vida.
La fascinante mitología Inuit que muy pocos conocen
La transmisión oral ha sido uno de los métodos más importantes a la hora de preservar las costumbres tradicionales de la sociedad Inuit, mediante las que se verbalizó un claro sentido del bien y del mal a partir de las primeras historias de los dioses. Estos primeros cuentos estaban intrínsecamente ligados al chamanismo Inuit.
Un principio fundamental de la mitología inuit es la creencia en otros mundos bajo el mar, dentro de la Tierra y en el cielo, donde algunos angakkuqs (chamanes) dotados tienen el poder de viajar en trances y sueños, visitando lugares que los mortales ordinarios sólo experimentarían en El Más Allá.
mitología inuit
Los sueños siempre han jugado un papel importante en la vida de los Inuit, tal vez sirviendo de base para algunos mitos. Cada elemento dentro de los sueños, se interpreta con cuidado en búsqueda de significados que revelen algo importante para la persona que los tiene. Se dice que los sueños de osos polares tienen connotaciones sexuales y los de comadrejas sugieren problemas, mientras que los sueños del pájaro advierten sobre la llegada de ventiscas.
Entre los mitos inuit más famosos está la leyenda de la diosa del mar, conocida por varios nombres como Sedna, Nuliayuk, Taluliyuk, Taleelayuk. En el mito, resumiendo, una joven es lanzada al océano, donde termina convirtiéndose en la guardiana de todos los mamíferos marinos.
Sedna, mitología inuit
Otra muy importante es la leyenda de Lumiuk (Lumak, Lumaag), la cual habla de un niño ciego, víctima de abusos, que se refugia en el mar, donde recupera la vista y termina su sufrimiento.
La leyenda de Kiviuk (Kiviok, Kiviuq), una figura mitológica importante en la misma esfera que Sedna, explica la abundancia de pescados y la ausencia de árboles en la tundra ártica; mientras que la leyenda de Tikta’Liktak cuenta la historia del viaje de un joven cazador a casa después de perderse en un témpano de hielo.
Todas ellas fueron pensadas para dar un cierto sentido a un escenario hostil y frío, como es el que habitaban los Inuit, y para transmitir la idea del Bien y del Mal.

lunes, 14 de agosto de 2017

Cardea, la ninfa violada por el dios Jano que se convirtió en diosa

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En la mitología griega y romana abundan las historias no aptas para menores. Asesinatos, incestos, venganzas…y como no, violaciones. Las mujeres no suelen salir bien paradas en esas leyendas y Cardea, la ninfa violada por el dios Jano que se convirtió en diosa, es un ejemplo de ello.

Cardea, la ninfa violada y el dios Jano

Cardea era una ninfa que habitaba en el “Lucus”, el bosque sagrado de los romanos. Era parecida a Diana, pero no utilizaba un arco, sino una lanza y una red. Cardea tenía muchos pretendientes que no le interesaban y como no aceptaban fácilmente un “no”, utilizaba una treta para despistarlos. Cuando la asediaban, esgrimía la falta de intimidad del bosque y los encaminaba hacia una cueva. Los hacía pasar primero y en cuanto podía los despistaba escondiéndose en la espesura. El truco le funcionó hasta que topó con Jano.
Cardea, la ninfa violada por el dios Jano que se convirtió en diosa
Jano es el dios de las puertas, de los principios y finales, de las entradas y las salidas y de él deriva el nombre del mes de Enero y se le representa con dos caras. Jano quería “ligar” con Cardea y ella utilizó el mismo truco que con los otros pretendientes, pero esta vez le falló. El dios con sus dos caras podía ver el pasado y el futuro y enseguida supo dónde estaba escondida la ninfa. Llegó hasta el escondite y según la mitología mantuvo con ella relaciones no consentidas, es decir, la violó.
Cardea, la ninfa violada por el dios Jano que se convirtió en diosa
Tal como eran los dioses de la mitología griega y romana, el hecho de que no hubiera consentimiento no parecía tener importancia y Jano, agradecido porque ella le había entregado su virginidad la elevó a la categoría de diosa. Es la diosa de las “bisagras”, umbrales y pomos, compañera del dios de las puertas. Aunque ser diosa de las bisagras parece una broma, en realidad era muy importante entre los romanos ya que con su poder, según Ovidio, “abre lo cerrado y cierra lo abierto”. Además Jano le dio una rama mágica de espino blanco que tenía la virtud de repeler el mal y proteger las entradas de las casas. Los romanos colocaban estas ramas de espino blanco en las puertas para cerrar el paso a  los malos espíritus que quisieran entrar en sus hogares.

Los romanos, tal como explica Ovidio, creían que en el exterior de sus casas habían espíritus malignos con forma de criaturas aladas, que acechaban para entrar volando y chupar la sangre de los bebés mientras dormían. El espino de la diosa Cardea amparaba y defendía las puertas de los romanos de esos seres.
¿Qué te ha parecido la historia de Cardea? El machismo de la mitología griega y romana hace que las historias de sus dioses nos resulten alucinantes en muchas ocasiones.

viernes, 11 de agosto de 2017

Súcubos e íncubos

Súcubo, de Stanley Lau
Muchos creen que los súcubos y los íncubos son como esos típicos demonios alados, con cuernecitos y cola. Nada más lejos de la realidad. Son demonios horribles, sí, pero su aspecto cuando se mueven por nuestro mundo no les delata en absoluto.
Demonios súcubos
Estos demonios poseen siempre el aspecto de una mujer de belleza extraordinaria, piel perfecta y cabello oscuro o rojizo. Posiblemente, el mismo aspecto de Lilith, Reina de la Oscuridad y la Noche, de quien se cree que descienden todos los demás súcubos.
Súcubo, de SelenadaSe esconden tras esta atractiva fachada para conseguir atraer y tentar a los mortales que se cruzan en su camino. Su única misión es atraer primero para atormentar después.
Sus movimientos son ágiles y precisos. Su forma de caminar es muy seductora y cuentan con una gran presencia y carisma. Ese tipo de carisma que fascina y casi deja hipnotizado a su interlocutor, aunque un espectador avispado podría saber que se trata de un demonio por ese destello en su mirada de oscuro y enfermizo deseo.
Hablan varios idiomas, por lo que no tienen problemas para entablar conversaciones y establecer nuevas relaciones sociales. Podrían considerarse la compañía ideal si no fuese porque, en ocasiones, se dejan llevar y sacan su lado más lascivo.
Los demonios súcubos no necesitan mostrarse agresivos y, además, rehúyen los conflictos. Prefieren usar su capacidad de persuasión y don de gentes para conseguir sus propósitos. Además, en caso de necesidad, no dudarán en adoptar el papel de víctima o de damisela en apuros. Incluso pueden enredar y poner a unos en contra de otros por simple diversión.
Una vez tienen elegido al mortal procuran alejarse con él de la multitud, y entonces usan su capacidad de sugestión, muy parecida a la de los vampiros, para hacerle creer prácticamente cualquier cosa que deseen. Cuando la víctima entra en ese estado hipnótico pasa a ser atacada por el súcubo, que consume la energía de la víctima mientras mantienen relaciones sexuales.
Estos demonios se nutren de la energía vital del mortal, energía que también les permite mantener ese aspecto joven y encantador.
Tras el estado de inconsciencia, las víctimas pasan a un sueño profundo del que suelen despertar agotadas, deprimidas y con la sensación de haber vivido una horrible pesadilla, aunque si el súcubo se excede extrayendo energía es posible que no consigan despertar y acaben muriendo.
Algo que divierte mucho a estos demonios súcubos es atacar a hombres virtuosos o que han hecho voto de castidad. Les encanta atormentarlos al despertar del sueño con recuerdos de orgías y perversiones que los hacen sentir muy avergonzados.
Aunque no es habitual, en ciertas ocasiones los súcubos muestran su verdadero aspecto mientras mantienen relaciones con sus víctimas. Los ojos de serpiente, los colmillos, las alas de murciélago y la cola son un “extra” de martirio del que disfrutan cuando su víctima no les gusta especialmente.
Demonios íncubos
El demonio íncubo es la contrapartida masculina del súcubo. Un hombre joven, muy atractivo y fuerte que seduce y atrae generalmente a mujeres, a las que atormenta de la misma manera que suelen hacerlo los súcubos.
Existe la teoría de que estos demonios son descendientes de ángeles caídos que han degenerado en succionadores energéticos. Aunque también se dice que, en realidad, los íncubos y los súcubos son el mismo tipo de demonio, que adopta la forma de hombre o mujer según los gustos de su víctima.
Merlín, hijo de íncubo. De Sebastián GiacobinoSuelen acercarse a todo tipo de mujeres; mayores o jóvenes, casadas, solteras o viudas, aunque comparten con los súcubos su debilidad por las mujeres religiosas y de férrea moral, sobre todo las novicias. Disfrutan sabiendo el dolor y la vergüenza que causarán a sus víctimas al despertar de su espantoso sueño.
Muchas de estas mujeres pueden incluso quedar embarazadas. Cuando esto ocurre existe la posibilidad de que el bebé nacido sea un engendro a disposición de las fuerzas del mal, o un poderoso humano mágico que se decline por hacer el bien. Un ejemplo de este último caso es el del mago Merlín, de quien se cuenta que nació de la oscura seducción de un íncubo a una monja.
Encantamientos de cama
Los súcubos e íncubos tienen la capacidad de realizar un encantamiento al lugar donde se produce el ataque sexual, generalmente, la cama de la víctima, de manera que cada vez que ésta descansa sobre dicha cama se drena parte de su energía, que pasa directamente al demonio aunque esté lejos del lugar.
Este poderoso hechizo puede acabar con la vida del mortal mientras que hace más fuerte al demonio. Así, cuantas más víctimas consiga, más poderoso se vuelve.

jueves, 10 de agosto de 2017

Diosas Lunares de la Peninsula Ibérica


diosa luna mar 
En la Ora maritima , Avieno hace referencia en unos versos a una isla mediterránea, cercana a Málaga, dedicada por los tartesios a la diosa Noctiluca (la luz nocturna).  Estrabón afirma que los celtíberos y los otros pueblos que lindan con ellos por el norte, todos los cuales tienen cierta divinidad innominada a la que, en las noches de luna llena, las familias rinden culto danzando, hasta el amanecer, ante las puertas de sus casas. Tanto Avieno como Estrabón mencionan un santuario próximo a Sanlúcar de Barrameda, consagrado a “lux divina” donde se ha querido ver un culto lunar.
En el Norte Peninsular la diosa Hargi, la diosa luna, forma parte de una consecuencia de nombre otorgado a este astro por los Vascos como Ilargi (la más corriente y que significa luz de los muertos), Idargi, Irargi, Iretargi, Iguetargi, Iratargi, Argizagi, Argizari, Argizi y Goikua (literalmente: “el de arriba”). Se piensa que la luna y el sol son de sexo femenino.


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En las fórmulas y rezos se lo llama Ilargi amandre (luna-dama madre). Cuando sube al este, se le dice:
“Ilargi amandrea, zeruan ze berri ?”
“Luna abuela, quien de nuevo en el cielo?”
“Lune grand-mère, quoi de neuf dans le ciel ?”
La conexión de la luna con el ámbito funerario se hace patente en las representaciones de ciertas estelas procedentes, sobre todo, de la mitad norte peninsular. Una de las divinidades que ha aparecido asociada a la luna ha sido Ataecina, por lo que hay quien sostiene la teoría de que ésta tenía un aspecto salvaje identificado con Diana. Además, en representaciones de la luna en varias estelas, ésta aparece relacionada con el mundo funerario, que es precisamente el ámbito de Ataecina.


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En España, hay muchos mitos y leyendas dedicadas a la luna, una de ellas es la canción Hijo de la Luna del álbum Entre el cielo y el suelo, perteneciente al grupo español de música tecno-pop Mecano. La letra esta basada en las supersticiones y cosmovisiones de las creencias del pueblo gitano.

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miércoles, 9 de agosto de 2017

LOS LOTÓFAGOS

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Los lotófagos eran un pueblo del nordeste de África, llamados así porque eran considerados "los que comen loto". La planta dominante de la isla era el loto, y los habitantes del lugar se alimentaban con su fruto. 
Durante el regreso de Troya, las naves de Odiseo y sus hombres fueron desviadas por el viento, llevándolas hasta la tierra de los lotófagos. Éstos ofrecieron la planta a algunos de los recién llegados, que se aficionaron a él como si de una droga se tratase, olvidándose de su patria.
Se cree que ese loto podía ser el llamado "trigo de Zeus" (Diospyros lotus). Según la tradición, este alimento provocaba la pérdida de memoria. Además de la citada, se han propuesto diversas especies, basándose en parte en lo que Heródoto contaba sobre los lotófagos en el cuarto libreo de sus  
 
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Historias:
177
La parte marítima de dichos Gindanes es
habitada por los lotófagos, hombres que se
alimentan sólo con el fruto del loto, fruto que
es del tamaño de los granos del lentisco,
pero en lo dulce del gusto parecido
al dátil de la palma: de él sacan su vino los 
lotófagos.
178
Por las orillas del mar siguen a los lotófagos 
los Maclíes, que comen también el loto, si 
bien no hacen tanto uso de él como los
primeros. Extiéndense hasta el Tritón, que
es un gran río que desagua en la gran laguna 
Tritónida, donde hay una isla llamada Fla, la
cual dicen que los lacedemonios, según 
un oráculo deben ir a poblar.
Finalmente, Odiseo consiguió que los nuevos comedores de loto regresasen a sus naves para proseguir con su finalidad de llegar a Ítaca.
ODISEO EN LA ISLA DE LOS COMEDORES
DE LOTO

martes, 8 de agosto de 2017

Los Dioses Olmecas hacen parte de las actividades místicas y religiosas propias de una cultura que geográficamente al día de hoy puede ubicarse justamente en los terrenos de los estados de Tabasco y Veracruz. Es así como una civilización conformada por grupos humanos provenientes tanto de Guatemala como de México logra dar origen a la mitología olmeca y con ella a la serie de entidades divinas sobre las que a continuación vamos a conocer un poco más.

Teniendo en cuenta que dentro de las creencias olmecas se aseguraba que cada individuo disponía de un espíritu animal, es posible encontrarse con divinidades que bien sea con poderes curativos u oscuros mantienen también una inclinación hacia lo animal. Todas estas deidades hacen parte valiosa del panteón de dioses mesoamericanos, así que definitivamente nos estamos refiriendo a una sociedad con un sentido religioso muy interesante.

Dios jaguar

En primer lugar, el dios jaguar también es conocido como Ek Balam (jaguar negro o estrella negra), este para los mayas tenía relación con la noche y el sol nocturno, debido a que, cuando un astro en su tránsito pasa por la bóveda celeste este atraviesa el inframundo.

Dios jaguar

El dios jaguar fue uno de los símbolos más importantes para la cultura maya debido a que los gobernantes, guerreros y sacerdotes le rendían homenaje a este felino, no solo por ser el depredador más grande de América, sino también por poseer rasgos que lo relacionaban con la naturaleza; además, de que no solo formaba parte del rito de la creación sino también que los reyes y las personas nobles descendían de él.

Símbolo

Para los dioses olmecas, el dios jaguar representó el símbolo principal de su religión, porque es el representante totémico de todos los espíritus de la naturaleza y una de sus expresiones fue la de la mítica raza de los hombres jaguar.
Asimismo, su simbología se relacionaba mucho con la serpiente acuática, ya que esta fue la representante del agua de la tierra, es de allí, que surge la serpiente- jaguar, es decir, que estos dos connotaban la fecundidad y el nacimiento.
Ahora bien, el dios jaguar destacaba por ser un felino hermoso, con diversas características como lo son:
  • Gran cabeza.
  • Ojos enormes y con un color exuberante.
  • Colmillos sumamente pronunciados.
  • Labio superior engrosado.

Mito del hombre-jaguar

Según se narra en uno de sus mitos, una mujer mantuvo relaciones con un jaguar y de esta unión nacieron los hombres-jaguares; es por ello que, hoy en día, se piensa que los olmecas descendían de este felino debido a sus características físicas, ya que son típicamente felinos.
Para finalizar, a este dios se le adoraba en templos ceremoniales dedicándoles ofrendas como: figuras antropomorfas, zoomorfas, hachas, collares, etc.

jueves, 3 de agosto de 2017

NGURUNDERI

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Ngurunderi descendió el río Murray en el sur de Australia en busca del gran pez del Murray (pondi). Le lanzó una lanza y éste se alejó nadando, golpeando con la cola y ensanchando el río hasta su gran tamaño actual.

Ngurunderi envió una señal a su cuñado Nepele. Este esperó al pez y lo capturó cerca de McLeay (Raukkan). Los dos hombres c ortaron el pez y lanzaron trozos en el lago Alexandrina, poniendo nombre a todas las especies de peces que ahora se encuentran allí. Con el último trozo dijeron: "Tú seguirás siendo el pez pondi".

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Ngurunderi persiguió entonces a sus dos esposas que habían huido de él tras una discusión. En el lugar llamado Larlangangel, levantó su canoa y la colocó en el cielo, donde se convirtió en la Vía Láctea.

Tras seguir persiguiendo a sus esposas, las encontró en la bahía Encounter. Creó una gran tempestad que ahogó a las mujeres y éstas se convirtieron en las dos pequeñas islas llamadas Pages, situadas frente a la isla Kangaroo. Después, Ngurunderi cruzó y llegó a esta isla.

Tras sentarse bajo un árbol, se metió en el agua para purificar su espíritu, luego murió y se fue al cielo.

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