Kitchi Manitú, también
conocido como Manabozho o el Gran Espiritu era para los indios de las
praderas de Norteamérica el ser esencial creador de todo lo que existe,
y el Dador de Vida.
Hay una bonita leyenda sobre como Manitú enseñó a un pequeño guerrero indio su sabiduria.
El pequeño Ojibwa deseaba que
todos en la aldea lo respetaran como a un gran cazador, así que había
presumido de ser el mejor de todos. Su abuelo entonces le retó a cazar
un reno para demostrarlo y él salió al bosque muy contento… Pero aquello
no era tan fácil.
En primer lugar, el reno se le
había escapado corriendo más deprisa que él, después había huido cuando
oyó a Ojibwa pisar unas hojas secas y, por último, cuando estaba a punto
de darle caza, su flecha se desvió al asustarse cuando sonó un
relámpago.
Estaba pensando todo esto cuando apareció Kitchi Manitú ante él y le dijo:
__ Para ser un gran cazador debes
entrenarte y ser ágil, flexible, fuerte y más rápido que tu presa. Debes
ser más sigiloso que el tigre en la noche y debes aprender a superar tu
miedo. Pero sobre todo debes volver a tu aldea y reconocer ante tu
abuelo que estabas equivocado, que eres aún demasiado joven e inexperto
para ser un gran cazador. Solo así habrás aprendido la humildad que necesita el mejor guerrero.
lunes, 23 de octubre de 2017
MANITÚ… El gran Espiritu.
Kitchi Manitú, también
conocido como Manabozho o el Gran Espiritu era para los indios de las
praderas de Norteamérica el ser esencial creador de todo lo que existe,
y el Dador de Vida.
Hay una bonita leyenda sobre como Manitú enseñó a un pequeño guerrero indio su sabiduria.
El pequeño Ojibwa deseaba que
todos en la aldea lo respetaran como a un gran cazador, así que había
presumido de ser el mejor de todos. Su abuelo entonces le retó a cazar
un reno para demostrarlo y él salió al bosque muy contento… Pero aquello
no era tan fácil.
En primer lugar, el reno se le
había escapado corriendo más deprisa que él, después había huido cuando
oyó a Ojibwa pisar unas hojas secas y, por último, cuando estaba a punto
de darle caza, su flecha se desvió al asustarse cuando sonó un
relámpago.
Estaba pensando todo esto cuando apareció Kitchi Manitú ante él y le dijo:
__ Para ser un gran cazador debes
entrenarte y ser ágil, flexible, fuerte y más rápido que tu presa. Debes
ser más sigiloso que el tigre en la noche y debes aprender a superar tu
miedo. Pero sobre todo debes volver a tu aldea y reconocer ante tu
abuelo que estabas equivocado, que eres aún demasiado joven e inexperto
para ser un gran cazador. Solo así habrás aprendido la humildad que necesita el mejor guerrero.
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