La mitología griega esconde cientos de interesantes historias. Algunas
de ellas son muy conocidas, pero otras no tanto quizá porque sus
personajes principales no son tan “glamorosos” como los dioses y los caballos alados o no encierran enseñanzas importantes como por ejemplo el mito de
Ícaro. Sin embargo, también son en muchos casos apasionantes.
Acompáñanos a conocer la leyenda mitológica de Glauco, el pescador que se convirtió en Tritón.
Glauco nació mortal y se volvió inmortal; a partir de ese momento su
misión fue acudir al rescate de marineros y pescadores durante las
tormentas toda vez que él también había sido uno de ellos.El adjetivo “glauco” proviene de la palabra latina “glaucus” que a su vez deriva del griego antiguo γλαυκός (glaukós) que quiere decir “verde mar” y este significado tiene mucha relación con el mito de Glauco.
Glauco era el hijo mortal de Poseidón y una náyade llamada Nais. Vivía como simple pescador en Antedón, Beocia (una región de la Antigua Grecia) y un día, casualmente, frotando un pescado con unas hierbas, descubrió que la planta que tenía la propiedad de devolver la vida. La hierba al parecer había sido sembrada por Cronos para revitalizar a los agotados caballos de Helios, el dios Sol. Glauco, que no sabía nada, decidió probarla y ver qué efecto tenía sobre sí mismo. La ingirió y al poco tiempo vio como su cuerpo empezaba a transformarse. Los cabellos y la barba se volvieron de color verde mar, le salieron aletas y sus piernas se convirtieron en la cola de un pez. Se había convertido en un tritón.

Glauco ayudó a los argonautas y se decía que acudía a socorrer a marinos y pescadores que estaban en peligro durante las tormentas, recordando que él también había sido uno de ellos.

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