Las valquirias son diosas de la mitología nórdica, hijas de Odín y poderosos espectros guerreros.
Tienen el aspecto de una joven y bella guerrera nórdica; alta, con
marcada musculatura, ojos grandes y azules, cabello rubio, largo y
trenzado. Les gusta ir ataviadas con cascos de guerra con cuernos.
Suelen cabalgar a lomos de caballos voladores y son unas amazonas
fabulosas. Son hábiles con la lanza, con el arco y con la espada. Su
fuerza es sobrehumana, divina, al igual que su resistencia y agilidad.
Habitan entre el plano de los vivos y el de los dioses, conocido como
Asgard. En este plano existe un lugar llamado Valhalla, el salón de los
muertos en combate, donde son recibidos los héroes que perecen durante
una batalla.
Las valquirias presienten la muerte de los guerreros valerosos, de
modo que cuando se libra una batalla se presentan en el plano de los
vivos. Desde el cielo contemplan la lucha y cuando ésta llega a su fin
las valquirias eligen a los muertos que serán conducidos hasta el
Valhalla. Pero no sólo acompañan a los muertos en su viaje a Asgard,
sino que también los cuidan durante su estancia en el Valhalla, tal y
como lo dispone Odín.
La valquiria y el héroe. Imagen de Pablo Fernández
Las valquirias están capitaneadas por Brunilda, la más fuerte y
poderosa de las valquirias. Cuando descienden de los cielos y encuentran
una batalla Brunilda las dirige y las lidera.
Brunilda tiene la capacidad de convertir a las valquirias en musas de
la guerra, inspirando a los guerreros para luchar, aumentando su sed de
sangre, y haciéndolos entrar en frenesí, de manera que no sienten dolor
ni sangran por sus heridas. Una vez termina el combate el frenesí
desaparece y el guerrero muere.
Se dice que algunas valquirias pasan grandes temporadas en el plano
terrestre, dejando su habitual forma de guerrera espectral para vivir
bajo la forma de un enorme y bello cisne.