El olivo y las Religiones
Un olivo creció en la tumba del propio
Adán; una pequeña rama llevada en el pico de una provisoria paloma
anunció a Noé el principio del resurgir del mundo vivo que él rescató.
Esta creencia se encuentra inicialmente en las leyendas asirias y
después en la del Noé bíblico recopilado, así mismo, por el Corán. Jesús
de Nazaret, lloró en el huerto de olivos ante la proximidad de su
muerte que se consumaría en una cruz de olivo, según antiguas versiones
cristianas.
Jesucristo entró en Jerusalén y fue
recibido con palmas y ramos de olivo. Tal era el símbolo universal de
paz y abundancia que el olivo representaba en todas las culturas
mediterráneas, que continúa jugando ese papel universal al lado de la
paloma.
El aceite de oliva fue para los judíos
no solo un combustible para alumbrar la noche con los candiles, sino que
tenía también una connotación religiosa. El aceite sagrado que
representaba el papel de ungidor en la cultura hebrea fue adoptado por
los cristianos.
La veneración por el aceite se encuentra
mostrada en estas poéticas y bellas frases del Corán: «Dios es la luz
de los cielos y la tierra. Su luz es como la de un candil en una
hornacina….Se enciende gracias al árbol bendito del olivo, el árbol que
no es oriental ni occidental, cuyo aceite alumbra casi sin tocar el
fuego: es luz de la Luz».
El olivo símbolo de la paz y la amistad
Cuando Noé soltó una paloma, ésta
regresó hasta su arca o navío con un ramo de oliva en el pico. Da a
entender que el Olivo fue la única especia vegetal que no sucumbió al
diluvio. Quizás así, el olivo se convirtió para los antiguos cristianos
en representación de la paz, como hoy sucede con la figura de una paloma
con un ramo de oliva en su pico. La paloma con la rama de olivo se
reconocen universalmente como representación de la paz tras las grandes
guerras sufridas a lo largo del siglo XX.
El aspecto solemne y noble del
aceitunero representaba las categorías que los hombres esperaban de la
vida tranquila. Son innumerables las citas referentes al olivo como
árbol de la paz: Virgilio en la Eneida refiere cómo Eneas cuando llega a
la región del río Tiber es preguntado por Palante, hijo del rey
Evandro, si sus intenciones son pacíficas o viene a hacer la guerra.
Eneas responde con una rama de olivo que le muestra desde la popa de su
barco. Orestes hace lo propio al dirigirse a Apolo como suplicante.
El Olivo en Egipto
Hacia el año 2000 a. C. ya hay
constancia del cultivo del olivo en Egipto. Según la mitología egipcia,
Isis, la esposa de Osiris, fue la que transmitió el procedimiento de
extracción del aceite de oliva. La importancia del olivo en Egipto es
tal que numerosas momias, como la de Tutankamon, fueron amortajadas con
una corona elaborada con ramas de olivo. Su aceite era también utilizado
en la momificación a través de ungüentos en los que éste era mezclado
con otras esencias.
Fundación de Atenas
La mitología griega también recoge el
olivo en sus textos. De hecho, cuenta que, en una ocasión, una colonia
griega era pretendida a la vez por Poseidón y por Palas Atenea. Para
intentar dilucidar la cuestión, los dioses del Olimpo solicitaron a
ambos competidores la donación de un presente a los ciudadanos de la
colonia. Así, Poseidón, con un poderoso golpe de tridente, consiguió que
surgiera del suelo un caballo, ejemplo de vigor, con él que haría a los
ejércitos invencibles.
Por su parte, Palas Atenea hizo brotar
un olivo de donde se obtendría el aceite, alimento de los hombres,
fuente de luz, símbolo de la abundancia, remedio para las heridas y óleo
de unción. Ante tales donaciones, los dioses del Olimpo dictaron
sentencia a favor de Palas Atenea, diosa de la sabiduría, en cuyo honor
se fundó la ciudad de Atenas.
El Olivo y las Olimpiadas
Los vencedores en los juegos olímpicos
griegos eran coronados con ramas trenzadas de olivo; originalmente, la
rama no provenía de cualquier olivo sino justamente del árbol sagrado de
la Acrópolis, cuya historia está ligada a los orígenes de la cultura
griega. Sin embargo, no siempre fue así: desde la primera Olimpiada a la
séptima se utilizaron coronas trenzadas de manzano hasta que Pausanias
consultó al oráculo de Delfos, quien le indicó que abandonara el manzano
y en su lugar utilizara las ramas de un árbol que crecía en los
alrededores y que estaba cubierto de telarañas. Pausanias encontró ese
árbol; se trataba de un acebuche.
El monte Testaccio de Roma
En época romana la Bética, provincia
romana que coincide básicamente con el territorio andaluz, fue la
principal provincia productora de aceite de oliva durante los siglos de
esplendor del imperio romano. Muestra de la gloria de la que fue una de
las provincias más ricas y fecundas del imperio romano, es la colina del
Testaccio, en Roma.
El Testaccio, o monte de los tiestos, es
una colina artificial de 250 x 150 metros en su base y de más de 50 m
de altura, formada por los millones de restos de ánforas olearias(de
aceite de oliva), arrojadas en él durante casi trescientos años, desde
la época de Augusto, hasta mediados del siglo III, donde más del 90%
corresponde a ánforas baeticas.
La tradición popular de la capital de
Italia, que recoge historias de la colina como testimonio de la gloria
de Roma, conserva la leyenda de que se trataría del lugar donde se
arrojaban las ánforas que contenían el tributo de todas las provincias a
la ciudad imperial. En la enormidad del monte de tiestos, los
habitantes de la ciudad veían un símbolo del poder de la Roma antigua y
de la bonanza económica de su gran imperio. No obstante la tradición
popular yerra en su identificación: el Testaccio está formado por las
ánforas que contenían el tributo y la riqueza del aceite de una sola
provincia, la Baetica.
Los Templarios trajeron las arbequinas
En 1264, en la Torre Sala (Les
Garrigues, Lleida) -una especie de granja fortificada, cuyo maestre
dependía del castillo de Gardeny (en Lleida)-, los templarios ya se
ocupaban de la elaboración de aceite, obtenido de las aceitunas
arbequinas, variedad que fue traída de Tierra Santa por los mismos
caballeros de la Orden del Temple.
El S.I.G y las estrellas del universo
El Sistema de Información Geográfica
Oleícola (S.I.G) nació a partir de una solución utilizada por el
Instituto Astrofísico Canario para contar estrellas. A partir de ahí se
desarrolla un software capaz de contabilizar el número de olivos
existentes en las parcelas dedicadas a este cultivo.
Almazaras
La Cooperativa del Pilar de la localidad
Jiennense de Villacarrillo está considerada como la almazara más grande
del mundo. Las cifras son mareantes: 1669 socios de la cooperativa, 61
millones de kilos de aceituna procesada de media por campaña, 13
millones de kilos de aceite producido de media por campaña y una
facturación por campaña que supera los 29 millones de Euros.
La fábrica bien parece más un aeropuerto
que una de las más de 300 almazaras que salpican el olivar de la
provincia, dispone de 18 líneas de recepción y 160.000 metros cuadrados
de instalaciones. No en vano es la tercera industria de la provincia de
Jaén después de Santana Motor en Linares y Valeo iluminación en Martos.
La almazara más pequeña del mundo está
en un pueblo de Jaén llamado Alcalá la Real. Su dueño apodado “el
sereno”, elabora allí un aceite de calidad que regala a sus amigos y
visitantes.
El “Abuelo” de Jaén
Cuenta la leyenda que un anciano fue
acogido durante una noche de Agosto de 1590 en una casería a las afueras
de la ciudad, y al ver un grueso tronco de olivo a la entrada dijo a
los dueños que “buen nazareno saldría de ahí”. Ante el comentario del
anciano, le preguntaron “¿usted sería capaz de hacerlo?”, él asintió y
pidió únicamente que lo dejaran trabajar a solas en una habitación sin
herramienta alguna, pues no tenía necesidad de ellas.
Los sorprendidos dueños accedieron a tan
singular petición y dejaron al abuelo a solas con el tronco de olivo.
Pasaron las horas y ningún ruido salía de la habitación. Preocupados,
tocaron a la puerta por si le había pasado algo y al no obtener
respuesta decidieron entrar… en la habitación no había rastro del abuelo
y en lugar del tronco de olivo se encontraba ésta hermosa talla de
cuerpo completo de Nuestro Padre Jesús el Nazareno. De ahí viene el
nombre de esta procesión, conocida como «El Abuelo».
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Las culturas mediterráneas están trenzadas a este
árbol que ha sido venerado, cultivado y expandido desde los mismos
tiempos en que se originan sus propias culturas. Ya sea en forma
mitológica o histórica el origen de las civilizaciones o episodios
destacados de su historia están vinculados al Olivo.
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