- Determinados eventos son celebrados por igual independientemente del país o cultura y uno de ellos es el solsticio
- La diosa celta Dana, el dios Frey, la celebración japonesa del Nagoshi No Harae... ¿qué relación tienen con el verano?
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El solsticio del verano de 2021 ya está aquí y el mundo entero celebra su llegada. Determinados eventos son celebrados por igual independientemente del país, religión o cultura y uno de ellos es esta fecha: el sol como protagonista de un solsticio (ya sea en verano o invierno).
En esta ocasión le damos la bienvenida a la estación con las temperaturas más altas y, sobre este hecho, existen muchas leyendas. Puede que la más famosa sea la de Perséfone: vuelve a la Tierra en primavera y verano y retorna al Inframundo en otoño e invierno.
Mitología y ceremonias de verano
En la mitología griega, además de la leyenda de Perséfone, tenemos a Theros. Su nombre, literalmente, significa ‘’verano’’ y es representada con una corona de espigas indicando la recogida de la cosecha en esta época. Es hermana de Eiar (primavera), Pthinoporon (otoño) y Cheimon (invierno).
En la mitología celta existe una deidad llamada ‘Dana’ a la que asocian el sol y denominan como la Diosa del Verano. Se la identifica con colores como el rojo, el naranja o el dorado y con la llegada del solsticio del verano se le hacen peticiones quemando laurel o flores como la camelia. Se dice que tiene la posibilidad de cambiar lo bueno por lo malo y su presencia se nota más en la noche de este evento. También se la conoce como ‘Diosa del Éxito’.
En Japón se denomina como ‘’Geshi’’ al periodo que abarca del 21 de junio al 6 de julio, a la llegada del solsticio. En el país nipón, aunque no se celebre el mismo día del solsticio, se conmemora el Nagoshi No Harae, un ritual que da la bienvenida al verano. Se celebra en los templos de culto, en santuarios, y en él se limpian de todo lo malo, de los pecados que hayan podido hacer en la primera mitad del año. Se trata de un rito con raíces sintoístas y también se pide por la salud. Otro modo de celebrar este evento que da la bienvenida al verano es encender velas por toda la casa y apagar las luces durante esa noche.
Dentro de la mitología nórdica, entra en juego un dios que fue muy importante para sus creyentes: el dios Frey, dios nórdico de la lluvia, del sol, de las cosechas y de la fertilidad. Poseía la Summarbrander, la ‘’espada del verano’’. Se casó con Gerör, una gigante considerada diosa de la tierra. Por otro lado, suele mencionarse la presencia de Baldur como dios de la luz, la pureza y del sol del verano, hijo del mismísimo Odín.
Por último, los nativos americanos, en especial las tribus Innu (también conocidas como Montagnais) tenían la creencia que dos hermanos eran quienes jugaban con el cambio de las estaciones: Nipinoukhe era el encargado de traer las buenas temperaturas y el verano y Piponoukhe, aquel que se encargaba de traer de vuelta al invierno. El primero de ellos se pensaba que vivía en el sur y el segundo, en el norte, lugares donde predominaban los climas que controlaban.
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