miércoles, 26 de junio de 2019
Mitología del solsticio de verano
Víspera de San Juan. Tarde del solsticio de verano, o casi, porque el astronómico fue el 21. Los antiguos sabían que estos días eran los que tenían más rato el sol brillando durante la jornada, así que celebraban la venida del sol radiante, del calor y de las cosechas abundantes. Seis meses exactos desde el solsticio de invierno. Los chamanes religiosos siempre han sido muy listos a la hora de elegir símbolos. El de invierno, el nacimiento de Cristo, aunque no haya registro alguno de ello. El de verano, dedicado a su primo Juan, el bautista. Quizá menos dado a la manipulabilidad de la iglesia.
Cuentan las viejas leyendas que en fechas como hoy, la víspera de San Juan, el día más largo del año, era el momento idóneo para conseguir atrapar a los diminutos duendes galtzagorri de calzón rojo, como su propio nombre indica. Hay que dejar un alfiletero en un matorral esta noche y ellos solos se meterán dentro. Los galtzagorris dentro del alfiletero, te ayudarán a realizar innumerables tareas sin esfuerzo.
Como a muchos les sonará, no es más que una leyenda de esas tan abundantes que existen en otros lugares como Asturias con sus trasgus o Irlanda con sus leprechaun, quizá tenga un origen celta por lo que se ve, aunque también recuerdan a esos famosos duendes del zapatero que le hacían el curro por la noche sin cobrar pluses de nocturnidad, ni seguridad social ni nada de nada. Otra vieja leyenda venida de muy antiguo que aún no ha desaparecido y se mezcla con las creencias de la religión oficial y la vida modennna.
Trasgus, duendes, iratxoak, gorritxikiak, mamurrak o galtzagorriak, la leyenda dice que esta noche es cuando se atrapan para que te ayuden el resto del año.
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