Se llama así al Sol último de la tarde que envían los difuntos... Muy reverenciado antaño, se
- le rezaba una oración al oscurecer... cara al poniente... honrándole con una fiesta anual... Benditos sean los muertos buenos y las almas arrepentidas; benditos sean nuestros difuntos, nuestras obligaciones y las almas del purgatorio que esperan la gracia de Dios. Que el sol de los muertos aplaque todos sus tormentos y sus dolores. Amen.
Ya no se dice esta jaculatoria. En la miés y en el prado, un poco antes del anochecer, cuando salía el sol de los muertos, rezaba la gente esta oración, mirando hacia la parte de Asturias, que es por donde el Sol dicen que va a la otra banda del mundo.
Ese sol de los muertos, le hace dios para que nos acordemos de la hora de la muerte, en que se acaba el mundo. El sol nace por la mañana, lo mismo que la vida y todas las cosas de la tierra. Nacemos para morir, como el mismo sol, y por eso el sol de los muertos sirve para decirnos todos los días que sea lo que sea de nosotros, el día menos pensado.............
Decían los viejos, que ese sol le mandaban los difuntos, con permiso de Dios, a las personas que rezaban por ellos al acostarse y al levantarse. Fuera lo fuera el sol de los muertos era reverenciado por la gente; pero ahora las cosas han cambiado mucho.
Antes las mozas que iban a las fiestas, guardaban un poco de hierbabuena, que ponían en el vestido el día en que se casaban y en el gorro del primer mozo que tenían.
Ese sol de los muertos, le hace dios para que nos acordemos de la hora de la muerte, en que se acaba el mundo. El sol nace por la mañana, lo mismo que la vida y todas las cosas de la tierra. Nacemos para morir, como el mismo sol, y por eso el sol de los muertos sirve para decirnos todos los días que sea lo que sea de nosotros, el día menos pensado.............
Decían los viejos, que ese sol le mandaban los difuntos, con permiso de Dios, a las personas que rezaban por ellos al acostarse y al levantarse. Fuera lo fuera el sol de los muertos era reverenciado por la gente; pero ahora las cosas han cambiado mucho.
Antes las mozas que iban a las fiestas, guardaban un poco de hierbabuena, que ponían en el vestido el día en que se casaban y en el gorro del primer mozo que tenían.
En otras partes de Cantabria se llama así al sol que surge entre la llovizna... afirmando que tal agua no moja... y que es entonces cuando resucitan los muertos... y llueven ranas y sapos del bardal.
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