Atamante,
rey de Orcómeno, se había casado con Néfele, la Nube. De este
matrimonio nacieron dos hijos, un varón, que recibió el nombre de Frixo,
y una niña llamada Hele.
Por un tiempo la familia real vivió en paz,
pero Atamante empezó a desear a Ino, hija de Cadmo de Tebas. Repudió
entonces a Néfele y tomó a Ino como esposa. Con ella tuvo dos hijos. Ino
fue una cruel madrastra para los primeros hijos de Atamante.
Deseando
deshacerse de ellos, ideó una estratagema. Persuadió a las mujeres del
país para que tostaran los granos de trigo destinados a la siembra.
Cuando los hombres sembraron el grano, nada brotó de la tierra.
Amenazado el país por el hambre, Atamante envió emisarios para que
consultaran al oráculo de Apolo en Delfos.
Cuando los emisarios
regresaron, Ino los interceptó y los sobornó, para que dijeran al rey
que los dioses exigían el sacrificio de Frixo como ofrenda para hacer
crecer el trigo. El pueblo exigió entonces que se realizara el
sacrificio, y Atamante se vio obligado a preparar la muerte de su hijo.
Frixo, acompañado por su hermana, fue conducido así a un altar donde
debía ser sacrificado.
Pero su madre velaba por ellos, y cuando Frixo estaba a punto de morir les envió un carnero de vellón de oro, que le había regalado el dios Hermes. Rápidamente los jóvenes subieron a lomos del carnero, que se elevó por los aires y los alejó de los verdugos.
Pero su madre velaba por ellos, y cuando Frixo estaba a punto de morir les envió un carnero de vellón de oro, que le había regalado el dios Hermes. Rápidamente los jóvenes subieron a lomos del carnero, que se elevó por los aires y los alejó de los verdugos.
Los
hermanos volaron así hacia oriente. Pero en cierto momento Hele miró
hacia abajo para ver el mar, y al verse a gran altura se mareó y cayó a
las aguas, en una región llamada desde entonces Mar de Hele, o
Helesponto (actual Estrecho de los Dardanelos).
Frixo llegó sano y
salvo a Cólquide, y pidió asilo en la corte del rey Eetes. El rey lo
acogió hospitalariamente, y le dió a su hija Calcíope como esposa. Frixo
sacrificó al carnero dorado como ofrenda al dios Zeus, y entregó su
piel en agradecimiento a Eetes. El rey colgó la piel dorada en una
encina consagrada a Ares, y colocó a un dragón para vigilarlo.
Éste es el Vellocino de Oro, que sería buscado por los Argonautas al mando de Jasón.
Éste es el Vellocino de Oro, que sería buscado por los Argonautas al mando de Jasón.
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