Un alp, también conocido como trud, mar, mart, mahr, schrat o walrider,
es una criatura del folclore alemán que provoca pesadillas. Este
espíritu siempre es masculino, mientras que su contraparte femenina es
conocida como mara. Lleva un sombrero conocido como Tarnkappe, un objeto
mágico con el que puede hacerse invisible. Aunque actúa de manera
similar a íncubos y vampiros no ha de confundirse con estas criaturas.
Sus
víctimas suelen ser mujeres, a quienes ataca por la noche mientras
duermen, controlando sus sueños y creando horribles pesadillas. De ahí
el término alemán alptraum (elfo del sueño), que significa pesadilla. El
término alpdrücke (presión del elfo) se usa cuando el alp se sienta
sobre el pecho de su víctima y le provoca parálisis del sueño. Beben
sangre de los pezones de hombres y de niños, pero sus presas favoritas
son las mujeres por el sabor de la leche materna. Raramente atacan sexualmente a sus víctimas.
También muestran tendencia por hacer travesuras similares a los elfos, como agriar la leche
o volver a ponerle el pañal sucio a un bebé. Para evitar esto, la madre
debería hacer la señal de la cruz sobre el pañal. También disfrutan
enredando el pelo de los que duermen (elfknots, nudos de duende) o
mordiendo y retorciendo la cola a los caballos. Por la noche se montan
sobre los caballos y los obligan a cabalgar hasta que se agotan
totalmente, y también matan pequeños animales de granja, como gansos, al
presionarlos mientras duermen. Además se les culpa de ser los causantes
de leves enfermedades del ganado y dejar a las vacas secas, pues
también les gusta el sabor de su leche.
Los
alps son conocidos por sus habilidades para cambiar de forma. Pueden
transformarse en gato, cerdo, perro, serpiente o una pequeña mariposa
blanca. Es capaz de volar como un pájaro y montar a caballo. Siempre
lleva su Tarnkappe, que es simplemente un sombrero (o un velo) que le da
poderes mágicos y la habilidad de volverse invisible, y aunque cambie
de forma siempre lo llevará consigo.
Si un alp pierde su sombrero ofrecerá una gran recompensa a cambio de
que se lo devuelvan intacto. También pueden provocar mal de ojo, con su
mirada pueden provocar enfermedades y desgracia. Para librarse de su
maldición habría que arrancarle o dañarle dicho ojo.
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