En la mitología celta, el mundo de los muertos está en una zona indeterminada más allá del océano, al sudoeste, en un lugar donde apenas hay sol, pero cuyas seducción es tan impresionante que los muertos están en constante alegría, con alegrías muy superiores a las de los vivos.
En contraposición aparecían el Tire Beo, «tierra de los vivos»; Tir N-Aill, «la otra tierra»; Mag Mar, «la gran llanura»; y Mag Meld «llanura agradable», lugares de donde procederían los hombres.
Todas estas zonas en la tradición cristiana se unieron en una única zona, a la que denominaron con el nombre latino de la península Ibérica, esto es Hispania.
A partir del siglo X, en el que comenzaron a aparecer las primeras sagas escritas sobre la historia de Irlanda, era habitual que apareciera Partolón, jefe mítico de los primeros habitante de la isla, y sus compañeros provinieran de la península Ibérica.
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