Cuenta
el mito griego que cierto día el dios Zeus estaba observando la tierra
cuando de pronto divisó a una hermosa mujer de nombre Leda, Reina de
Esparta y esposa de Tíndaro. El Señor del Olimpo, al quedar deslumbrado
por la belleza de la mortal, decidió bajar a la tierra en forma de cisne
y bajo esa apariencia cortejó a Leda, quien cayó en los encantos del
ave. Producto de ello, Leda puso dos huevos de donde nacieron sus hijos.
De uno de los huevos nació Castor y Clitemnestra, hijos del rey
Tíndaro, y del otro huevo nacieron Polideuco (Pólux para los romanos) y
Helena, hijos de Zeus. Ambos hermanos gemelos (Castor y Polideuco),
conocidos como los Dioscuros, se convirtieron en formidables soldados
que, entre otras proezas, se unirían luego a la compañía de Jasón y los
Argonautas. Sin embargo, ambos hermanos se terminarían separando ya que
en un enfrentamiento con sus primos y rivales, conocidos como los
Afarias, Idas asesina a Castor y Polideuco mata a Linceo. Esto llevaría a
Zeus intervenga fulminándolos, aunque por su condición de semidiós
Polideuco sobrevive al poderoso rayo del dios.
Con
la finalidad de mantener alejados a los hermanos Zeus se compadece y
acepta que pasen seis meses en el Olimpo y otros seis meses en el
Inframundo. Una vez fallecido Polideuco, Zeus coloca a ambos en el
firmamento, naciendo así la constelación de Géminis, o los Gemelos.
El Cahuelche es un ser similar a una tonina, y su dueña es la Huenchur, administradora de las tempestades y las mareas.
También ayuda a avisar el arribo de el Caleuche o bien de la Pincoya.
Cuando el mansaje tiene relación con un anuncio fatal, como la
aproximación de la muerte de alguno de los habitantes del mundo
terrestre que viva junto al mar, es enviado el Cahuelche. El cual llega
hasta muy cerca de la casa señalada, y frente a ella emite sonoros
llantos, aviso que es de inmediato causa inquietud entre los moradores
del hogar quienes pues estos saben perfectamente su significado.
Todos hemos oído alguna vez la expresión “caer en los brazos de Morfeo” y relacionamos a este dios griego con soñar. A pesar de esa familiaridad con su nombre es uno de los dioses
más desconocido ya que son muy pocos los mitos y leyendas sobre su
figura. En Supercurioso os hemos hablado de otros personajes de la
mitología griega prácticamente ignorados y cuyas historias, sin embargo,
han marcado nuestra cultura. Uno de esos casos es el de Hermafrodito, el hijo de Afrodita que dio nombre al hermafroditismo, otro es el de la ninfa Eco, por la que el fenómeno acústico recibe su nombre. En esta ocasión queremos acercarnos a Morfeo, el dios del sueño y a tres de los mitos que hablan sobre él.
Índice de Contenido
Antes de empezar es necesario aclarar que Morfeo es el dios del sueño no en el sentido de que produce somnolencia o ganas de dormir, que sería el cometido de su padre, Hipnos, sino el dios del sueño como el que induce a “imaginar cosas o sucesos que se perciben como reales mientras se duerme”.
3 Mitos sobre Morfeo, el dios del sueño o dios de los sueños
Morfeo
era hijo de Hipnos, el dios que personifica e induce al sueño, y de
Pasítea, una de las cárites o gracias, que representa las alucinaciones y
también los alucinógenos. Algunos autores hacen a Nix, la Noche, la
madre del dios Morfeo. Hipnos era el hermano gemelo de Tánatos, el dios
de la muerte sin violencia. Hipnos y Pasítea tuvieron mil hijos
conocidos como los oniros. Estos enviaban los sueños a los humanos a
través de dos puertas, una hecha de cuerno y otra de marfil según si
eran verdaderos o falsos.
El dios Morfeo, según el mito, es el jefe de los oniros y tiene el cometido de que nada perturbe el sueño de su padre, Hipnos. El dios del sueño
duerme en una cama de ébano en el interior de una cueva rodeado de
flores de adormidera que utiliza para provocar sueños en los hombres
cuando los toca con ellas.
Los hermanos de Morfeo, el dios del sueño o dios de los sueños
Entre los oniros, los tres más poderosos son Morfeo, Fobétor (Iquelo) y Fantaso.
Este trío de hermanos eran los únicos que podían aparecer en los sueños
de los reyes y gobernantes, dejando la tarea de hacer soñar a los demás
mortales, habitualmente, en manos del resto de sus hermanos, menos
importantes. Morfeo podía tomar cualquier forma humana
que quisiera para aparecer en los sueños y se le representaba con alas.
Con ellas viajaba de manera rápida y silenciosa a cualquier punto de la
tierra en que se le necesitase para inducir e introducirse en los sueños
de los hombres, tomando especialmente la forma de seres queridos y
liberándolos por un tiempo de los pesares con que los dioses afligen a
los humanos. Es el mensajero de los sueños.
Fobétor,
el segundo oniro, aparecía en los sueños pero únicamente podía tomar la
forma de animales, especialmente monstruosos como dragones, víboras o
hienas. Era el portador de las pesadillas y en ocasiones provocaba
sueños proféticos. Se le representaba como un espíritu de alas oscuras
semejante a un murciélago. El tercer hermano, Fantaso, era el encargado
de las cosas inanimadas, relacionadas fundamentalmente con la
naturaleza, como árboles, agua, rocas, etc. Todo aquello que no tenía
alma era su reino en el mundo de los sueños.
El mito de Morfeo y Alcíone
Aunque Morfeo no es el protagonista de este mito, juega un papel principal en el desenlace del mismo.
Alcíone
era hija de Eolo y se casó por amor con Céix. Un día Céix embarcó para
consultar el oráculo de Apolo a pesar de que Alcíone se oponía
advirtiéndole de los peligros del mar. El barco naufragó y el hombre
pereció ahogado. Alcíone oraba todos los días a Hera para que hiciera
regresar a su marido y la diosa que sabía que estaba muerto, pidió a
Hipnos que se lo hiciera saber en sueños. Morfeo
tomó la forma del esposo. Desnudo y chorreando agua, le comunicó que
había fallecido. Alcíone, desesperada, se suicidó en el mar y los
dioses, conmovidos por tan gran amor, los convirtieron a ambos en martín
pescador para que pudieran continuar su vida juntos.
Iris, la esposa de Morfeo
Algunos autores consideraban que el dios Morfeo
no tenía pareja ya que su trabajo por toda la tierra le ocupa todo su
tiempo. Sin embargo, otros señalaron que la pareja de Morfeo, el dios del sueño,
es Iris. La diosa del arcoíris era la mensajera preferida de Hera y fue
la encargada de pedir a Hipnos que mandara a Morfeo a visitar a Alcíone
con la forma de su esposo para hacerle saber que había fallecido.
Iris
era la diosa del arcoíris que anunciaba el fin de las tormentas
sellando un pacto entre humanos y dioses. Se la representaba como una
joven con alas doradas y una túnica multicolor con la que iba dejando un
rastro en forma de arcoíris. Tenía acceso libre a todos los rincones de
la Tierra y del mar e incluso podía acceder al inframundo. Compartía
con Morfeo algunos atributos como las alas y la habilidad de hacer
dormir, aunque únicamente a los perjuros, con el agua del río Estigia
que portaba en un jarrón. El castigo de Zeus
Zeus
castigó a Morfeo por las diversas ocasiones en que había avisado a los
mortales, a través de los sueños, de acontecimientos que estaban por
venir y de los que no debían saber nada. Zeus, enfadado, le lanzó uno de
sus rayos fulminándolo.
Como dato extra añadiremos que de Morfeo, dios del sueño, hizo derivar el farmacéutico alemán Friedrich Sertürner el nombre de la “morfina”, cuyo principio activo descubrió y aisló en la primera década del siglo XIX.
El
mundo subterráneo (metnal en yucateco, olontic en tzotzil o xibalbá en
quiché) era residencia de varias deidades vinculadas con la muerte, la
fecundidad y la germinación. El dios principal de este reino posee
nombres que señalan su naturaleza cadavérica: Ah Puch (El Descarnado), Kisin (El Flatulento), Yum Kimil (Señor de la Muerte)
o Kimi (Muerte). También puede poseer nombres calendáricos: Hun Ajaw
(Uno Señor), Hun Came (Uno Muerte) y Vucub Came (Siete Muerte).
Se
le representó con la imagen de un cuerpo humano esquelético, o bien
mostrando signos de putrefacción como vientre hinchado, emanación de
aromas fétidos por la nariz o por el ano, puntos o partes oscurecidas
que indican la descomposición de las carnes, collares o pulseras
formados por cascabeles en forma de ojos con las cuencas vacías y un
tatuaje parecido a nuestro signo de porcentaje (%) en el rostro o en el
cuerpo.
Se trata de un
ser andrógino que al igual que los humanos realiza actividades rituales y
cotidianas propias de ambos sexos, por lo que se le observa
en actos como fumar tabaco, presenciar sacrificios, quebrar un árbol o
una cuerda, danzar frenéticamente en el inframundo, copular con la diosa
lunar o confeccionar textiles en un telar de cintura.
En
la escritura jeroglífica, un cráneo descarnado representa el número 10
(lahun), y uno de los 20 días del calendario ritual era kimi o kame
(muerte). Además, un mascarón descarnado, como manifestación de
Itzamnaaj, era el portal del inframundo.
Ah Puch , Dios de la Muerte
Tiene
por cabeza una calavera, muestra las costillas desnudas y proyecciones
de la columna vertebral; si su cuerpo está cubierto de carne, ésta se ve
hinchada y cubierta de círculos negros que sugieren la descomposición.
Accesorios imprescindibles del vestido del dios de la muerte son sus
ornamentos en forma de cascabeles. Estos aparecen algunas veces atados a
sus cabellos o a fajas que le ciñen los antebrazos y piernas, pero más a
menudo están prendidos de un collar en forma de golilla. Estos
cascabeles de todos tamaños, hechos de cobre y a veces de oro, se
encontraron en considerables cantidades durante el dragado del Pozo de
los sacrificios de Chichén Itzá, se supone que en el lugar donde habían
sido arrojados con las víctimas inmoladas. Ah Puch, la antítesis de
Itzamná, tiene como él dos jeroglíficos de su nombre, y es, después de
éste, la única deidad que se distingue de esta manera. El primero
representa la cabeza de un cadáver con los ojos cerrados por la muerte,
el segundo la cabeza del dios mismo, con la nariz truncada, mandíbulas
descarnadas y como prefijo un cuchillo de pedernal para los sacrificios.
Un signo que se encuentra asociado frecuentemente al dios de la muerte
es algo parecido a nuestro signo de tanto por ciento %. El dios de la
muerte era la deidad patrona del día Cimí, que significa "muerte" en
maya. En el caso de Ah Puch, estamos frente a una deidad de primera
clase, como lo prueba la frecuencia de sus representaciones en los
códices. Como jefe de los demonios, Hunhau reinaba sobre el más bajo de
los nueve mundos subterráneos de los mayas, y todavía hoy creen los
mayas modernos que bajo la figura de Yum Kimil, el Señor de la Muerte, merodea en torno a las habitaciones de los enfermos en acecho de su presa.
Ah
Puch es una deidad malévola. Su figura está asociada frecuentemente con
el dios de la guerra y de los sacrificios humanos, y sus constantes
compañeros son el perro, el ave Moán y la lechuza, considerados como
criaturas de mal agüero y de muerte.
Hieródulas
o Hieródulos, eran mujeres y hombres dedicados a la prostitución al
servicio de un santuario dedicado a un dios. Eran personas libres que se
entregaban voluntariamente a un templo, y el dinero conseguía éstos paraba a las arcas de su dios.
En
la antigua Babilonia, gran cantidad de hieródulos eran presos de guerra
que los reyes entregaban al servicio de los dioses (un tributo
entregado, un favor concedido). También era costumbre entregar a los
hijos varones durante un tiempo para servir como esclavo sagrado y a las
hijas, para que sacrificasen su castidad como ofrenda a los dioses hasta el momento de contraer matrimonio.
En
Grecia, sólo los templos dedicados a la diosa Afrodita poseían
Hieródulas o Hieródulos, en Corinto había más de un millar de
prostitutas (heteras) hieródulas trabajando para la diosa y al parecer
arruinando a muchos hombres que acudían al culto.
Hay
que entender que en la antigüedad el acto sexual tenía más de un
significado; no era simplemente el placer por el placer. Tener sexo era
ofrecido como tributo para los dioses, un símbolo de fertilidad debido a la alta mortalidad de los infantes.
Con esa concepción, se brindó honores a una de las diosas más
importantes de la antigua Babilonia: Ishtar, deidad de la fertilidad, el
amor, la belleza y la sexualidad, tenía a su disposición un grupo de
sacerdotisas que practicaban en su honor las artes amatorias… con un fin
sagrado.
Los creyentes venían adorar a la diosa y pedir alguno de
sus favores, y tenían que mantener relaciones sexuales con estas
sacerdotisas. Es importante aclarar que el acto tenía una ritualidad que lo separaba del sexo simplemente por placer.
Después
del encuentro sexual, los visitantes debían dejar algún tributo. Fue
por eso que se les llamó prostitutas sagradas. No obstante, ellas no
cobraban por el acto en sí, ya que tener relaciones sexuales con alguien
era el reflejo de todo acto de creación.
(c)Copyright Carmen Jijón. All rights reserved worldwide.
Inanna es una antigua diosa sumeria, conocida como La Reina del Cielo,
que pervivió los múltiples cambios de las culturas humanas asentadas en
Mesopotamia. Inanna es conocida como una diosa de la sabiduría. Como
diosa del amor, se dice que era compasiva y generosa con los humanos,
aunque también era la poseedora de una poderosa sexualidad, por lo que
se la llamaba "Reina de la Pasión".
Inanna es una de las
descendientes directas de la diosa neolítica conocida como
serpiente-ave, imágenes perennes de trascendencia y profundidad
espirituales. La diosa neolítica representaba a la Gran Madre Universal,
y para esa época todo era concebido a través de esa imagen de la vida,
muerte y renacimiento, ya que el misterio de ese ciclo se vivía
constantemente por la comunión de los seres humanos con la naturaleza.
En especial dado que la relación entre el crecimiento de los granos, el
apareamiento y el nacimiento de los animales y la vida de las personas
era cada vez más íntima gracias a la domesticación de los animales y la
incipiente agricultura. Los animales representaban esas alturas y
profundidades del espíritu que dominaban lo que a los humanos se les
escapaba: el cielo, las profundidades de la tierra, la noche. Atributos de Inanna:
Animales: león, dragón, serpiente, búho
Planeta: Venus
Flores: rosas, brotes de loto
Elemento: aire
Colores: rojo sangre, dorado, plateado, azul cobalto y verde
Gemas y metales: lapislázuli, plata, obsidiana, cornalina y cobre
Tanto
los dragones como las serpientes tenían los atributos del control sobre
el agua y el renacimiento. Hay sellos cilíndricos e himnos que retratan a
Inanna como el dragón, lo que la convierte en una diosa del inframundo.
Su relación con el agua da cuenta de la dependencia de la antigua
Sumeria con los ríos Tigris y Éufrates que eran tanto necesarios como
destructivos. Como tal dan la vida, la sostienen, pero también traen la
muerte. Esta relación insiste en el balance de los principios duales
representados por Inanna, quien contenía tanto la belleza y la vida con
la inminencia de la muerte y el caos.
Sumeria
es una de las primeras civilizaciones conocidas. Se cree que allí, en
los actuales Siria e Irak, nació la primera ciudad, la primera escritura
fonética (cuneiforme), los primeros asentamientos humanos con la
domesticación de animales y agricultura. Eso significa que desde hace
diez mil años aproximadamente, los humanos ya teníamos el clima, la
fauna y la flora que hoy en día conocemos. La cultura sumeria, al
igual que la mayoría de culturas neolíticas sedentarias sufrieron la
invasión de oleadas de salvajes indo-europeos, cambiando para siempre su
modo de vida, su cosmovisión y por lo tanto su religión. Hoy en día lo
que criticamos sobre el patriarcado tiene alrededor de cinco mil años, y
sirvió para desarrollar en los humanos la capacidad de racionalizar,
seleccionar, separar y comprender los componentes individuales de su
mundo, separándonos de la naturaleza, pero llevándonos hacia el
desarrollo de nuestro potencial intelectual. Ahora, con el deseo de
superar esa etapa de análisis y separación podemos ir a la etapa de
síntesis. Podemos ir hacia esos orígenes y descubrir aquello que quedó
sepultado bajo el paso del tiempo y recuperar la sabiduría que
necesitamos para transcender el estado actual de consciencia en el que
estamos. El equilibrio debe ser restaurado y este es el momento de esa
transformación, conociendo los aspectos sombríos (oscuros o luminosos)
de nuestra psique. Existen varios himnos,
tabletas y sellos que cuentan historias y mitos sobre esta diosa. Con la
invasión de los Acadios a Uruk, la primera ciudad como tal de la que se
tiene conocimiento en Occidente, se dieron cambios en algunos aspectos
de la religión, de la cultura y todo lo que las compone. Así Ishtar fue
sobrepuesta a Inanna y se entretejieron sus mitos. Pero hoy quisiera ir a
un aspecto antiguo de la diosa Inanna, quizás anterior a la época de
Uruk (4000 años A.C.) y que es de vital importancia para el desarrollo
actual de lo que llamaremos el camino del Alma.
El mito del descenso a los infiernos:
Inanna baja al
inframundo para enfrentarse con su hermana Ereshkigal para conocer el
misterio de la muerte. Irkalla o kur es la tierra del no retorno, y allí
desciende la diosa. Pero se topa con siete puertas ante las cuales debe
ir dejando cada una de sus joyas y sus prendas o no podrá franquearlas.
La "Reina del Cielo" debe abandonarlo todo para entrar en el reino de
su hermana y se encuentra desnuda en la cámara del trono. Cuando la ve,
Ereshkigal lanza su furia sobre Inanna y la convierte en un cadáver, la
cuelga de un gancho sobre la pared, para que su carne se pudra y se
seque.
Después de tres días,
viendo que su ama no regresa y tal como fue instruida, Ninshubur acude a
los dioses y es atendida por Enki, el sabio padre de Inanna. Enki
produce dos seres: kurgarra y galatur (otros mitos dicen que fue la
misma Ninshubur), que convertidos en moscas, descienden al Averno y al
escuchar a Ereshkigal quejarse de unos terribles dolores de parto,
empiezan a lamentarse igual que ella (mostrando empatía y compasión),
por lo que Ereshkigal les ofrece regalos. Ellos piden el cuerpo que
cuelga del gancho. Le alimentan con comida y agua de la vida e Inanna
renace. Al ascender nuevamente al cielo, le dicen que alguien debe tomar
su lugar nuevamente. Inanna regresa y al ver que su marido Dumuzi, el
pastor, ha usurpado su trono en su ausencia, les dice a los demonios que
se lo lleven. Pero la hermana de Dumuzi llora y se ofrece en su lugar.
Con compasión Inanna declara que ambos, Dumuzi y su hermana, se
alternarán seis meses sobre la tierra y seis en el inframundo (generando
las estaciones), poniéndoles en las manos de la eternidad y haciéndoles
inmortales.
El camino hacia la sabiduría: Reside en descender al
centro de uno mismo, esa oscuridad absoluta y allí poder desprendernos
de todo lo que creíamos ser. Una vez desnudos de nuestras creencias,
apegos o lo que codiciábamos, nos hallamos frente a nuestro verdadero
Ser. Nos sacrificamos a nosotros mismos en el altar del desapego y
renacemos de nuestra propia oscuridad. Es un camino arduo, permanente y
sólo pocos conocen el fin y la meta de ese caminar, pero las recompensas
son muchas; recompensas que sólo puede entender nuestra Alma, ya que
para nuestros cuerpos físico, mental y emocional, tal renuncia resulta
similar a la muerte.
La
Sabiduría no es un pensamiento ni la intelectualización, sino que
reside en un nivel muy profundo y se pone en contacto con nosotros a
través de la intuición. Inanna representa la evolución del Alma a través
de un trabajo duro y a veces de experiencias amargas. Todos, hombres y
mujeres, podemos ponernos en contacto con nuestra parte sabia, poderosa y
valiente, que se enfrenta constantemente con nuestros lugares más
oscuros y allí sanarnos y amarnos. El Arquetipo de la Mujer Sabia, tiene
como una de sus características la apertura al cambio.
Trabajar con la
diosa sumeria Inanna es trabajar la transformación personal y recordar
que somos como el ave fénix: nacemos, morimos y renacemos de nuestras
cenizas, aunque este viaje no se vea en la superficie, sino en el
interior. La sabiduría de Inanna
reside en el balance de los opuestos, en la integridad psíquica frente a
la separatividad, en la comprensión de la unión de los contrarios:
vida/muerte, día/noche, bien/mal, luz/oscuridad, etc. En el equilibrio
de los opuestos reside la verdadera Sabiduría, la que halla dentro de sí
el valor profundo de todo. La búsqueda de la
reinstauración de la Diosa como un camino hacia la Trascendencia es la
reinstauración del polo divino femenino que por mucho tiempo fue negado.
El objetivo es traer hacia nosotros una mayor capacidad compasiva, como
parte de la comprensión de la totalidad y el balance de los opuestos.
De esta manera nos acercamos más a la Sabiduría y actuar con rectitud,
abandonando el temor, para dar los pasos con el valor de morir a
nosotros mismos, para renacer transformados, transmutados, y a lo mejor
más felices, más conscientes y más libres.
La mitología griega dice que el argonauta o, mejor dicho, los
argonautas eran héroes que navegaron desde Pagasas hasta Cólquide
buscando el bellocino de oro, comandado por Jasón. La historia
de los argonautas es muy antigua, un héroe al que se le mandaba a
realizar una imposible misión, pero logra una victoria gracias unos
aliados inesperados. Vamos a saber más de ellos ¿no?
Los argonautas, conoce más sobre ellos
En muchas de las versiones es posible apreciar que Jasón fue elegido
como el gran jefe de la expedición, aunque una tradición minoritaria
dice también que realmente el jefe fue Heracles. Cuando
se produjeron las argonáuticas de Apolonio de Rodas antes de comenzar
el viaje los argonautas aclaramaron a Jasón, la nave zarpó desde
Págasas.
Lemnos
Se trata de la primera etapa del viaje, después de pasar próximos al
cabo Sepíade, donde la expedición llegó a la isla de Lemmos. Allí fue donde se encontraron con una isla donde habitaban mujeres atractivas,
que mataron a todos los hombres cobrándose la venganza el casarse ellos
con las mujeres de Tracia, pues ellas comenzaron a oler mal, provocado
por la diosa Afrodita como castigo por suprimir el culto.
Los argonautas que fueron bien recibidos en aquella isla pasaron a
establecer relaciones amorosas con estas mujeres, por lo que estuvieron
mucho tiempo.
Samotracia
Después de ésto, los argonautas llegaron a la isla de Electra (Samotracia),
en la que terminaron iniciándose en los ritos mistéricos que se
celebraban allí, una tempestad que los trasladó a Sigeo junto a Troya en donde Heracles mata al mostruo marino que había enviado Poseidón.
Vellocino de oro
En el momento que llegaron a Colquide, Jasón informó a su rey de las
intenciones de hacerse con el vellocino de oro, prometiéndole marchar el
rey con él si lograba uncir a dos toros de pezuñas de bronce que
respiraban fuego y arar un campo con ellos, pero la hija del rey, de
nombre Media, se enamoró de Jasón.
Ayudados de Medea, que era hechicera, Jasón obtuvo lo que quería
huyendo con ella y los argonautas, puesto que Eetes quería incendiar el
barco y matar a los argonautas.
Como ves, la historia de los argonautas tuvo sus fases, un capítulo
más de la mitología de la que tantos ríos de tinta se han escrito. Si te
gusta este temática, hay relatos realmente mágicos con los que se puede
disfrutar enormemente. Esperamos que ahora ya sepas qué era ser
argonauta.
El Cuchivilu (Cuchi – cerdo, Vilu – culebra), es un monstruo marino
mitad cerdo y mitad culebra, de apetito voraz, cochino, de actitud
sigilosa y traicionero.
Habita las playas fangosas de Chiloé. Por las noches abandona su cueva,
cerca de un barranco, para ir a comer donde hay cercos de pesca (*) a la
orilla del mar, encontrando peces y moluscos atrapados dejados por los
pescadores.
Siempre deja rastro de sus fechorías, como huellas en el arena y los palos del cerco rotos debido a su desesperación al comer.
A veces se le puede escuchar en las noches con un gruñido similar a un
cerdo común, pero al ir a verlo, o al tratar de encontrarlo, se
desvanece, y sólo puede ser visto por los brujos.
También se dice que después que un corral de pesca es atacado por el
Cuchivilu, deja un hedor sin igual y embruja el lugar impidiendo las
faenas de los pescadores.
Si alguien intenta ingresar al lugar del desastre, es muy posible que contraiga sarna.
La única manera de eliminar el maleficio, es buscar la ayuda de un machi
que por medio de unos cánticos en lenguajes extraños y un ritual de
danzas con abundante humo, aleja el maleficio de este lugar. Este ser es
tan poderoso que no le puede eliminar, pero si alejarlo por un tiempo.
(*) El Corral de Pesca es un ingenioso método practicado por los
habitantes de Chiloé para atrapar peces y mariscos. En la playa se
construye un cerco semicircular de varas, cuya cara convexa queda de
frente al mar, y su cara cóncava mira hacia la tierra. Cuando sube la
marea, el corral queda bajo agua, y cuando la marea vuelve a bajar los
peces que se acercaron hasta la orilla quedan atrapados siendo así muy
fácil recolectarlos.