La principal diferencia, sin embargo, con este, es que Abraxas no era un dios benevolente o uno malvado, más bien era ambos al mismo tiempo, te podía bendecir como maldecir. Por lo tanto, para el no existía cielo ni infierno, y eso era lo más interesante pues, lo ponía en nuestro mismo terreno mortal.
Su nombre puede traducirse como “palabra sagrada” al tiempo que hace referencia a los 365 días del año, e incluso se dice que la palabra “abracadabra” se haya inventado para hacer referencia a ese Dios.
Pero, sin importar lo interesante que era para las culturas antiguas, cuando llegó el cristianismo se cambió la imagen que se tenía de él, ya que pasó de ser un Dios todopoderoso a ser un demonio (tal vez por su imagen con animales) y supuestamente habría sido el mismo Jesucristo quien lo habría expulsado del mundo luego de acusarlo de falso Dios.
Por lo tanto, lo poco que sobrevive de este peculiar dios, es su naturaleza bipolar, alguien que podía representar la luz y la oscuridad, el bien y el mal, la sabiduría y la ignorancia a partes iguales. Un dios que, cuando hiciera falta podía ser un demonio, algo sumamente humano y que ningún otro dios ha sido en ninguna otra cultura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario