Mopso es un lapita hijo de Ámpico y Cloris, nacido al norte de Tesalia
cerca del río Titareso. Como sucede con casi todos los adivinos de la
mitología, a veces se le hace hijo de Apolo, y en otras ocasiones se le
confunde con otro adivino de igual nombre, pero hijo de Tiresias.
Participó en las dos grandes aventuras de su época: la Cacería del
Jabalí de Calidón, y la Expedición de los Argonautas. Tiene el don de
hablar con las aves, y a través de ellas emitir vaticinios.
"Llegó también Mopso el Titaresio, a quien mejor que a nadie le había
enseñado el hijo de Leto los presagios de las aves." (Apolonio de
Rodas. El viaje de los argonautas)
En la Cacería de Calidón es uno de los primeros en hacer frente al
animal, y el "clarividente Ampícida" invoca a Apolo para que le ayude en
su tiro.
"Febo, dice el Ampícida, si te he venerado y te venero, concédeme que alcance el blanco propuesto con un tiro infalible. El dios asintió a sus ruegos en lo que pudo: el jabalí resultó tocado, pero sin herida. Diana había quitado el hierro al proyectil durante el vuelo de éste; lo que llegó era una vara sin punta." (Ovidio. Metamorfosis)
Según Ovidio Mopso también participa en la lucha desarrollada durante la boda de Piritoo contra los centauros.
"Y no vayas a creer que el Ampícida Mopso sólo sabía cantar profecías: a un disparo de Mopso sucumbió Hodites y en vano intentó hablar porque tenía la lengua clavada a la barbilla y la barbilla a la garganta." (Ovidio. Metamorfosis)
También será Mopso quien comunique a los demás la transformación de Ceneo en ave, pues él conoce el lenguaje de los pájaros, y su autoridad no es puesta en duda.
Luego se embarca en el Argos donde junto a Idmón conforma el dúo de
adivinos de la expedición. Se decía que un oráculo había vaticinado su
muerte en Libia, pero como el viaje le llevaba en dirección contraria,
el adivino se embarcó sin temor.Cacería de jabalí. Fresco micénico de Tirinto 1300 a.C. Atenas |
"Febo, dice el Ampícida, si te he venerado y te venero, concédeme que alcance el blanco propuesto con un tiro infalible. El dios asintió a sus ruegos en lo que pudo: el jabalí resultó tocado, pero sin herida. Diana había quitado el hierro al proyectil durante el vuelo de éste; lo que llegó era una vara sin punta." (Ovidio. Metamorfosis)
Según Ovidio Mopso también participa en la lucha desarrollada durante la boda de Piritoo contra los centauros.
"Y no vayas a creer que el Ampícida Mopso sólo sabía cantar profecías: a un disparo de Mopso sucumbió Hodites y en vano intentó hablar porque tenía la lengua clavada a la barbilla y la barbilla a la garganta." (Ovidio. Metamorfosis)
También será Mopso quien comunique a los demás la transformación de Ceneo en ave, pues él conoce el lenguaje de los pájaros, y su autoridad no es puesta en duda.
"Entre ellos se destacaba Mopso el lapita, el cual, como hacía poco que una vieja cigüeña le había presagiado su muerte en los desiertos de Libia, estaba totalmente convencido de que sobreviviría a este viaje, ya que le llevaba en dirección contraria. Pues Mopso alegaba que podía entender el lenguaje de las aves, aunque reconocía que algunas veces hablaban de manera tan insensata como los humanos. Su insignia era el estornino y tenía la punta de su lengua partida por un cuchillo." (Robert Graves. El Vellocino de oro)
Mopso se convierte en un curioso compañero de viaje con su peculiar indumentaria y su costumbre de hablar a los pájaros.
"Aquí el adivino Mopso, certera garantía de su padre Febo, ocupa su lugar; a su alrededor una gran túnica blanca colgando hasta el purpúreo coturno le golpea los pies, una red ciñe su frente y en la punta del yelmo el laurel del Peneo." (Valerio Flaco. Argonáuticas)
El Augur. B. Rode. 1761. Londres |
"Un alción revoloteaba sobre la rubia cabeza del Esónida, vaticinando con aguda voz el cese de los vientos asaltantes. Captó Mopso, al escucharla, la voz favorable del ave costera. Y luego un dios le hizo dar vuelta y se posó, surcando veloz el aire, sobre la popa del navío."(Apolonio de Rodas. El viaje de los Argonautas)
Al punto entiende el mensaje Mopso, despierta a su capitán y le comunica el augurio. Tiene que subir al monte Dídimo a aplacar a la madre de todos los dioses, y cesarán los vientos. Efectivamente tras cumplir las indicaciones del adivino los argonautas pudieron continuar su viaje.
A la muerte de Idmón será su compañero adivino quien sumido en el dolor traslade su armadura desde la nave para vestir el cadáver del querido camarada.
"Mopso con lagrimas lleva la armadura de Idmón desde la noble embarcación."(Valerio Flaco. Argonauticas)
Al pasar los argonautas frente a la tumba de Esteneleo, un compañero de Heracles que muriera durante la lucha contra las amazonas, su espíritu pudo salir del Inframundo con permiso de Persefone para contemplar el paso de los navegantes. Los argonautas quedaron sobrecogidos cuando vieron al muerto vestido para la guerra con su casco con cuatro penachos. Pero fue Mopso quien los tranquilizó.
"Interpretando el prodigio, Mopso el Ampícida les exhortó a arribar y a propiciarle libaciones." (Apolonio de Rodas. El Viaje de los Argonautas)
Ya en la Cólquide los argonautas discuten las acciones que deben emprender, mientras unos son partidarios de una acción directa, otros prefieren recabar buscar ayuda en las mujeres de la corte. Una paloma que huye de un halcón se refugia en brazos de Jasón, mientras el ave de presa queda ensartada en uno de los palos del barco. Mopso interpreta el augurio de forma favorable a los que buscan la solución pacífica, y así zanja la discusión.
Cuando más adelante se suma al grupo que acompaña a Jasón a entrevistarse con la princesa Medea, una corneja le recrimina al adivino que acompañe al joven. Mopso entiende que deben dejar ir a Jasón solo al encuentro de Medea, y así se lo comunica. El encuentro de los dos jóvenes será decisivo para la expedición.
Pero los sabios consejos del siempre atinado Mopso encontraron su fin en el desierto de Libia, como el oráculo le había vaticinado.
"Allí también en el mismo día el cruel destino arrebató al Ampicída Mopso, y no escapó a la amarga fatalidad con sus vaticinios. Porque no hay ningún escape de la muerte. Allí se escondía entre las arenas, evitando el ardor del mediodía, una serpiente terrible, indolente en dañar por su gusto a quien no la hostigara, y que tampoco podía atacar de frente a quien escapaba de ella." (Apolonio de Rodas. El viaje de los Argonautas)
Víbora de la arena. |
"Mopso al avanzar puso la planta de su pie izquierdo sobre la espina dorsal de la serpiente. Al instante aquella se revolvió con dolores y le mordió su carne hincando sus dientes entre la tibia y pantorrilla.
Medea y las demás mujeres dieron un grito. Él se llevó la mano a la mortal herida con valor, bien que no le atormentaba un dolor excesivo: ¡Desgraciado! Ya se deslizaba bajo su piel un sopor enervante, y sobre sus ojos se vertía una gran oscuridad. En seguida dobló sobre el suelo sus apesadumbradas rodillas, mientras se le escapaba la vida sin remedio. sus compañeros le rodeaban y el héroe Esónida, asombrados de tan densa y triste fatalidad. Ni siquiera muerto iba a quedar breve tiempo ya bajo el sol. Pues el veneno pudría en seguida por dentro sus carnes, y una espuma de podredumbre rezumaba de su piel. En seguida con unos azadones de bronce excavaron con premura una profunda tumba."(Apolonio de Rodas. El Viaje de los Argonautas).
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