Los Wayúu no poseen autoridad religiosa constante, sin embargo, poseen shamanes que son mujeres en su mayoría sirviendo de intermediarias entre los espíritus y su comunidad, significando una pertenencia a dos mundos, el de los vivos y los muertos, para ser considerada sagrada e intocable.
La Guajira, tierra de cardones, tuna y cují que crecen entre las piedras de la sabana, donde una gota de agua es la vida misma para todos. Región rodeada por un grandioso golfo que baña sus costas convirtiéndola en una tierra sedimenta de agua dulce.
Su organización mágico- religiosa se ha conocido mediante recopilaciones de sus mitos debido a que los wayuú son excelentes narradores, ya que, disfrutan de relatar y escuchar historias sobre personajes no humanos y están dispuestos a compartirlo a cualquier foráneo de su cultura.
Maleiwa ofreció a los Wayúu todos los medios necesarios para subsistir y estableció sus costumbres esenciales, dicen que este héroe cultural nació de una mujer, con una concepción insólita porque fue preñada por un rayo o trueno.
En su cosmovisión se sitúa Maleiwa que es un héroe cultural indígenacreador y transformó a los Wayuú partiendo desde los animales. Los Wayúu tienen shamanes masculinos y femeninos, quienes para sus curaciones utilizan las técnicas tradicionales: canto con maraca, uso de tabaco, succión de los elementos patógenos, etc.
Los piaches o shamanes entre los wayúu son en su mayoría mujeres, quizá por su menor contacto con la cultura occidental. Ellas se comunican con los espíritus a través de los sueños. Los poderes que ellos les otorgan, les permiten, entre otras muchas posibilidades, curar enfermos, atraer la lluvia, mejorar las cosechas, preveer el futuro y espantar malos espíritus.
El aspecto principal de las creencias wayúu se refiere a las relaciones entre la vida y la muerte, y las diferentes dimensiones que tiene cada una de ellas. Seres sobrenaturales y sobrehumanos actúan cotidianamente en la vida del wayúu, y contribuyen al equilibrio cultural y ambiental de su reproducción social. Todas las actividades del wayúu están regidas por este principio de convivencia con seres que le ayudan o le dificultan resolver los problemas de su vida diaria.
La naturaleza cambiante de la cultura wayúu, y sus bases histórico-culturales de grupos de cazadores recolectores, han influido sensiblemente para que aspectos centrales en la vida religiosa de otros pueblos como el origen, no sean determinantes en sus creencias actuales ni en sus formas rituales.
En tal sentido, Maleiwa, especie de demiurgo en la tradición wayúu, de poca influencia en la vida cotidiana, ha sido hipervalorado e instrumentalizado como Dios padre por los sincretismos religiosos cristianos, al lado de otra figura simétrica, que cumple el papel del mal en esa versión forzada e interesada del mundo sobrenatural wayúu: yoluja o espectro del wayúu difunto que aún no ha consumado su tránsito al más allá, el cual es interpretado como el diablo.
Entre los wayúu hay figuras sobrenaturales, sobrehumanas o deidades que más bien encarnan aspectos de otras oposiciones y dialécticas fundamentales, como las antedichas entre Juyá como generador, la lluvia, la fuerza de la vida, un ser hipermasculino unico y movil que simboliza la imagen ideal del varon andariego y poligamio wayúu, Iwa su hermana, reprersenta las ligeras lluvias de primavera, Mma y sus expresiones diversas, como Pulowi.
Pulowi es fuerza femenina que defiende la naturaleza; está asociada con la sequía y los vientos, y con lugares específicos de la península, que son su residencia; es presa ilusoria para el cazador o pescador demasiado efectivos y los hace a su vez víctimas suyas; es el mar embravecido, o el monte tupido y enmarañado en el cual se pierde el wayúu desprevenido; es venado (Irama, Odocoileus virginianos) o mujer extranjera que seduce al caminante en la vigilia o en el sueño; y siempre está asociado a las entrañas de la tierra o del mar. Son las esposas de Juyá y al igual que las mujeres indigenas, estan fijadas a su territorio familiar.
Otros seres también se vinculan a Pulowi como manifestaciones suyas: los akalakui, enanos de apariencia humana que atacan a los wayúu hasta matarlos; los epeyui o jaguares sobrenaturales, que producen enfermedades; marula, o seres pestilentes que emanan de los cadáveres; o los keeralia:
“El keeralia es como un fuego que habita la salina, tiene forma de lagarto y ojos de candela. Cuando la tarde declina y el sol tiñe los playones de rojo, comienza el dominio del keeralia. Es mejor no andar extraviado en sus terrenos, sobre todo si se es mujer. El keeralia acosa a las mujeres para forzarlas. También acosa a los hombres con sus ojos de fuego para preñarlos. Si encuentra una mujer sola en la noche, el keeralia la penetrará. Cuando el embarazo está muy avanzado, la mujer tiene una barriga enorme y no puede parir, entonces revienta con los hijos del keeralia, que son los lagartos, que son las culebras, que son las iguanas. La mujer forzada por el keeralia muere. A veces en las noches se ve un fuego que se mueve a lo lejos en la extensión de las salinas; son los ojos del keeralia que recorre sus dominios“
Por su parte wanulu en sentido masculino está asociado con Pulowi y se le identffica como su tío materno (recuérdese que su dimensión femenina alude a un tipo de enfermedad entre los wayúu); es el cazador, y los seres humanos extraviados o lejos de su casa son sus presas preferidas. Los ataca con flechas invisibles, hasta producir la muerte de su víctima; un silbido alto revela su presencia. Usualmente su aspecto puede ser un Alijuna (persona no indigena) que anda montando a caballo, vestido de negro y emite un silbido agudo y fuerte.
El Yoluja, espectro del wayúu muerto, una especie de fantasmas deambula por la península y mata animales y gente, los contamina, o los visita en sueños para darles consejos o pedirles compañía junto a su tumba. Su voz es escuchada de modo riguroso por el wayúu. De otra parte, los sueños son sagrados y cruciales en la vida del wayúu. Un Yoluja, al morir por segunda vez, puede convertirse en lluvia o en espiritu dañino en sus narraciones.
Por un sueño se hace un viaje, se cambia de lugar de residencia o se toma una decisión en el comercio, en el trabajo o en los destinos familiares. Son espacio de conversación con los muertos, y lenguajes altamente simbólicos para el wayúu, quien los interpreta rigurosamente en asocio con los suyos.
En sueños los yoluja pueden aconsejar una decisión, o tomar medidas preventivas contra peligros naturales o enemigos, tales como hacerse a una contra o tomar un baño ritual; o aún, ritualizar una maldición contra alguien.
Finalmente, es importante señalar el actual problema religioso de los wayúu, en el sentido del avance de las tareas misioneras católicas o protestantes en su territorio, o de formas religiosas populares imperantes especialmente en Venezuela con cultos sincréticos como el de José Gregorio Hernández y María Lionza. Los agentes de estos últimos empiezan por disputar el lugar y las prácticas curativas tradicionales del Piache, y acaban organizando lucrativos y cínicos negocios de comercio con las creencias wayúu.
Dentro de sus rituales más destacados se encuentran los funerales que constituyen un evento social porque sugiere que sus muertos mueren más de una vez, en el marco de este acontecimiento se sacrifican animales que se reunirán con el difunto en Jepirra, lugar en el cual habitan los muertos y donde gozan del mismo estatus que poseían vivos.
El Jepirra es descrito como una isla en medio del mar, siendo el espacio en el que deambulan por allí los fallecidos hasta que se transforman en Yoluja o sombra, mantendrán durante algún tiempo los mismos rasgos con los cuales los reconocían en vida y después perderán toda característica, éste será el momento preciso en el que podrán volver a nacer.
La poblacion wayúu designa con le termino Ouutsu a la persona especialista en rituales chamanicos. Sus actividades son desempeñadas por mujeres, muchas de las concepciones de enfermedad están ligadas a la presencia de seres sobrenaturales como los Wanulu que con sus flechas invisibles hieren a los humanos y pueden causarles la muerte. Uno de los retos que debe asumir la Ouutsu o mujer chaman es recurrir, a traves de los rituales chamanicos, a sus espiritus auxiliares llamados Aseytuu, para obtener la curacion del pariente, por medio del enfrentamiento o el apaciguamiento del ser sobrenatural que disputa la vida del enfermo a la especialista en rituales chamanicos. Existen además diversos especialistas en practicas terapeuticas o adivinatorias denominadas Emeijut; Anajut Jupu, Epitut, Alatut, Jupula Tepichi Alaajut Unu Asijai. Algunos de ellos se dedican con exclusividad a la atencion de organos como ojos, huesos y dientes, otros se especializan en la curacion de niños y en adivinación a traves de la lectura del tabaco.
Los Wayúu, no concluyen el ciclo de vida con la muerte, ya que la gente continúa relacionada con los huesos del difunto. Los entierros son acontecimientos importantes en los que los parientes del muerto actúan de determinada manera. Esta relación con los muertos tiene su contrapartida en su sentido de pertenencia e identidad, en su noción misma del territorio. ¨Los wayúu son de donde son sus muertos”. Los entierros se hacen en dos etapas: primero se sepulta el cadáver con algunas pertenencias y luego, dos años después, se hace una exhumación del cuerpo, se incinera y se sepulta nuevamente en el cementerio clánico, dentro de ollas de barro o tumbas de cemento.
Así la máxima expresión religiosa es la del culto a los muertos, el segundo entierro sirve de motivo para reagrupar al clan, experimentar la fortaleza y reafirmarse como sociedad guajira.
Los wayúu aseguran que el alma es como la sombra, nos acompaña siempre. Aseguran, también, que esta nos deja en los sueños y que todo lo que nos sucede en ellos le está ocurriendo al alma. Cuando enfermamos, ella deja el cuerpo. Es, entonces, labor de la piache (shaman), con ayuda de sus espiritus, encontrar esa alma y devolverla al cuerpo. Solo así evitará su muerte.
No puedes matar a ningún Wayúu por que será vengado y pagará toda tu familia, no derrames sangre porque en ella está la vida, por eso cuando la derrames, cóbrala. No cojas lo ajeno. No es tuyo, si lo haces tendrán que pagar tres veces más el daño hecho. Esas son las ordenes de Maleiwa
Fuente: Alba Cero
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