La festividad romana de Natalia Solis Invicti
Mitra fue uno de los dioses solares más venerados que renacían en el solsticio de invierno. El culto de Mitra se difundió mucho más allá de Persia, su país de origen, y se extendió sobre todo en Roma, en Grecia, en Egipto y en Asia Menor. Su fiesta, el solsticio de invierno, en Roma se llamaba Natalia Solis Invicti, o el "Nacimiento del Sol Invencible". No es por casualidad que algunos de los ritos que lo rodean sean similares a los ritos judeo-cristianos que rodean a Jesús. Mitra nació en una caverna un 25 de diciembre de una madre virgen. Vino del cielo y nació en tanto que hombre para redimir los pecados del mundo. Era conocido como “El Salvador”, el Hijo de Dios, el Redentor, el Cordero de Dios… Con sus 12 discípulos viajó por países lejanos enseñando una doctrina de amor e iluminación para los hombres. Fue enterrado en una tumba de la cual resucita (acontecimiento que era celebrado alegremente todos los años…)
La fiesta de Brumales era una fiesta pagana dedicada al sol, llevada a cabo en el solsticio de invierno, fue sostenido por lo general el 25 de diciembre. La fiesta de Saturnalia empezaba el 17 de diciembre y duraba 7 días, en honor a Saturno, el dios de la semilla y del vino. Tales fiestas tenían características muy similares a la que hoy conocemos como Navidad. Al final de la Saturnalia, el 25 de diciembre, se celebraba el nacimiento del Sol —Natalis Solis Invictis (nacimiento del sol invencible)— personificado en el dios Mitra. Aunque el culto a Mitra tenía orígenes persas (el dios Mitra), se convirtió en la religión dominante en Roma, especialmente entre los soldados.
La Navidad cristiana reemplaza Natalia solis invictis
El emperador Constantino I había sido un seguidor fiel de las tradiciones paganas concernientes al dios Sol. Su conversión al cristianismo se debe a una supuesta visión que tuvo cuando vio una cruz frente al sol e iba con su ejército y escuchó una voz que le dijo «con este signo vencerás» (in hoc signo vinces, «con este signo vencerás») Esto fue motivo para llevar el símbolo de una cruz en su estandarte y ganar la batalla del Puente Milvio.
La fiesta de Navidad empezó a celebrarse como una fiesta cristiana a partir de esa época, ya que anteriormente era imposible por motivo de las persecuciones religiosas que sufrió el cristianismo. En el año 336 apareció por primera vez tal fiesta en el calendario romano, y gradualmente fue entrando en las tradiciones oficiales de la Iglesia cristiana, hasta que en el siglo V, queda ordenada oficialmente, eclipsando del todo a la fiesta del Sol invictus. La práctica del mitraísmo, como la de todas las religiones paganas, fue declarada ilegal en el año 391 por el emperador Teodosio.
La tradición de dar regalos navideños viene de los paganos romanos que tenian esa costumbre durante la fiesta de Saturnales, un festival en honor al dios Saturno. También fue una fiesta de Año Nuevo, donde se daban regalos en nombre de los seres queridos que habían muerto en el año anterior. Los primeros exploradores y conquistadores romanos llevaron esta tradición a través de Europa, donde permaneció y se transmitió en la celebración de Navidad.
La Rueda del Año es a menudo simbolizada por la corona. Existe una amplia evidencia arqueológica para apoyar el hecho de que las guirnaldas se han utilizado de esta manera simbólica durante más de 4.000 años. Su círculo no tiene principio ni fin, lo que ilustra que la Rueda del Año es también así, con cada cosa en su tiempo de volver a su punto de origen y desde allí viajar, una y otra vez. Coronas llegó a ser usado en la Navidad a través de la influencia de los paganos escandinavos que les colgaban en Yule (víspera de Año Nuevo) para conmemorar un nuevo comienzo del ciclo continuo movimiento de la vida. La profusión de esta decoración en esta época del año es un resultado directo de la práctica pagana de la creación de estas coronas a partir de materiales naturales para decorar las casas y altares para celebrar el Año Nuevo.
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