domingo, 18 de enero de 2015
Angra Mainyu
Angra Mainyu ([[Avesta]), también Ahriman o Arimán (enmpersa اهريمن, tr. Ahrimán) es la mala mente del humano.
El nombre no aparece en las inscripciones persas de la Antigüedad. En el Avesta es llamado el hermano gemelo de Ahura Mazda, y el opuesto de Spenta Mainyu. Es considerado como el Satán destructor, la fuente de todos los males en el mundo y, al igual que Ahura Mazda, existió desde la creación del mismo. Ahrimán escogió el mal conscientemente, creó las enfermedades para provocar la llegada de la muerte. Se considera que su mayor maldad fue corromper el fuego puro creado por Ahura Mazda, al que le dio color y le añadió el humo, dándole su característica contaminante. En el día del Juicio Final será destruido por Spenta Mainyu y desaparecerá del mundo para siempre.
Se puede observar una analogía con las creencias cristianas a través del concepto de Satanás, aunque no es igual ya que Angra Mainyu no es un ser ni una entidad, Angra Mainyu se refiere a la mala mentalidad del ser humano, se malinterpreta como el principal agente de la maldad, sin embargo Angra Mainyu no es equivalente al Satanás judeo-cristiano, diferenciándose de este en que, si en el Zoroastrismo existe una permanente batalla entre dos principios (del bien y del mal), en el pueblo de Israel, y posteriormente en el cristianismo, existe un único principio, creador de todo, también de Satanás, el cual rechaza este principio bueno en el uso de su libertad con la cual fue creado. Por lo tanto, en la tradición judeo-cristiana, la realidad es positiva. En cambio, para el zoroastrismo, mediante el equilibrio entre contrarios que supone Angra Mainyu frente a Spenta Mainyu, Zoroastro distinguió los dos polos de una dinámica particular: la creación y la destrucción, contempladas como un todo en Ahura Mazda (Ormuz).
La mitología persa sostenía que el diamante sostenido en su mano por Ahriman (la personificación del mal sobre la tierra) era su símbolo de poder sobre el mundo, una vez que Ormuz dios supremo del bien, hubiera perdido su poder. Sin embargo, Ormuz triunfó sobre Ahriman y, la joya se hundió en un lago.
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