Según el mito de la creación de los balineses, al principio no había cielo ni tierra. Después, gracias, a la meditación, Serpiente del Mundo, Antaboga, creo a la Tortuga del Mundo, Bedawang.
Sobre la Tortuga del Mundo estaban dos serpientes enroscadas y la Piedra Negra, la tapa de la cueva que constituye los infiernos, donde no hay ni sol ni luna. La cueva de los infiernos está regida por el dios Batara Kala y la diosa Setesuraya, y es la morada de la gran serpiente Basuki Kala creó la luz y la Madre Tierra, sobre la que se extiende una capa de agua, y sobre el agua una serie de bóvedas o cielos. Existe un cielo intermedio y por encima de él está el cielo flotante, donde vive Semara, dios del amor. Por encima está el cielo azul oscuro, con el sol y la luna, y por encima el cielo perfumado, hermoso y lleno de flores extrañas, y en él habitan Tjak, el ave con rostro humanos, la serpiente Taksaka, que tiene patas y alas, y las serpientes awan, que son las estrellas fugaces. Aún más arriba se halla en cielo de los antepasados, lleno de llamas, y por encima el nivel más alto, la morada de los dioses, bajo la custodia de Tintiya, el ser supremo masculino.
Los dioses crearon Balí, un lugar llano y desolado, pero cuando la vecina Java cayó en manos de los musulmanes (largo proceso que duró desde 1250 hasta 1600), los dioses hindúes, molestos se trasladaron a la primera y en cada uno de los cuatro puntos cardinales construyeron montañas de altura suficiente para su elevado rango. En el centro erigieron el volcán Gunung Agung, ("Gran Montaña"), también llamado "Montaña Cósmica" y "Ombligo del Mundo"
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