El carru de la muerte es un carro que vuela por los cielos asturianos buscando a los moribundos para recoger el alma de este cuando fallece, en algunas historias se cuenta que de él baja la Güestia. En otras historias el carro va tirado por dos caballos invisibles y vaga por los caminos con ruedas de corcho para que no se le oiga. Va conducido por el último fallecido de la parroquia, se para enfrente de la casa del moribundo y dice la siguiente frase “sal fulano que aquí lo buscan”.
Carru de la muerte es este un carro que vuela por los cielos asturianos buscando a los moribundos para recoger el alma de este cuando fallece, en algunas historias se cuenta que de él baja la Güestia. En otras historias el carro va por los caminos con ruedas de corcho para que no se le oiga, va conducido por el último fallecido de la parroquia, se para enfrente de la casa del moribundo y dice la siguiente frase invocando el nombre del personaje que habita en la casa y va ha fallecer “sal que aquí te busquen”
Algunos folcloristas dicen que no se ven los caballos que tiran de él y aparentemente no lleva conductor. Pero volviendo a su leyenda podemos tener una idea de que es, puesto que algunos habitantes asturianos lo vieron. La leyenda dice así…
En San Pedro de la Llama, en Ribadesella, vivía una anciana a la que apodaban la Señorona. Los vecinos, se extrañaron de no verla por el pueblo hacía días y fueron a saber de ella, cuando llegaron era de noche y la encontraron acurrucada en el llar, pálida y tiritando de miedo… En cuánto ella los vio les gritó:
¡Ay, probines del corazón, que acaba de pasar la el coche de la muerte por encima de la casa de Pepillo!
Pepillo vivía enfrente de la Señorona, era muy anciano, y, para más INRI, en aquélla ocasión estaba malu.
¿Y vióle usté María?- Le preguntaron.
¡Como ahora te veo a ti!- Contestóles La señorona.
Se armó un revuelo en el pueblo y cuando llegaron las demás mujeres, procuraron animarla. El carro, seguro que no vendría por ella, pues aún no era muy vieja ni tenía grandes enfermedades.
La tía María o como la llamaban, la señorona, se calmó y dado que hacía poco había hecho el Sanmartín con un cerdo enorme que tenía, se puso con otras vecinas a realizar emberzados, plato exquisito, tan exquisito que era una tentación para nuestra señorona.
¡Mi alma que pinta tien esti emberzau! – dijo una vecina.
Anda ponlos a cocer, que vamos probalos – dijo la Señorona.
Metieron los emberzados en una caldera muy grande y siguieron su labor. Al poco rato se levantó la Señorona y sacó un emberzado por los hilos. En aquel mismo momento dijo una de las mujeres comentó que Pepillo había mejorado bastante, y la Señorona partió en dos el emberzado y repentinamente cayó al suelo. Acudieron las mujeres en su auxilio, pero ya la encontraron muerta…
El emberzau mortal, el carru de la muerte, quien lo sabe, pero murió siendo testigo del paso de aquel carru.
FUENTES:
https://donpelayo777.wordpress.com/2015/01/17/seres-mitologicos-asturianos-el-carru-de-la-muerte/
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