lunes, 9 de febrero de 2015
SERES MITOLÓGICOS ASTURIANOS: EL BASILISCO
Este mito, llegó a Asturias a través del CAMINO A SANTIAGO DE LA COSTA , su figura mitad gallo, mitad serpiente aparece con frecuencia en los capiteles románicos, con la finalidad de ahuyentar a los malos espíritus para que no penetrasen en el recinto sagrado, sin embargo su procedencia es de Oriente.
Este mito aunque temido por su maldad, es cobarde y con frecuencia huye y se oculta….
Plinius el Mayor nos cuenta que el Basiliscu nace de un huevo puesto por un gallo viejo e incuvado por un sapo o una culebra venenosa, su cuerpo está cubierto de escamas negras y amarillas para avisar de su peligro. La cabeza sostiene una cresta en forma de corona de la que le viene el nombre (basilisco=pequeño rey).
En muchas aldeas asturianos se cuenta que el gallo cuando cumple los siete años pone un huevo (en Tíos – LENA – dicen que es puntiagudo y y carece de yema), que es incubado entre el estiércol por un sapo, del que nacerá una culebra muy venenosa denominada Basiliscu.
Se dice que con su mirada mata a la gente y lo que hay que hacer, es poner un espejo y al reflejarla en él, el Basiliscu muere. También huye con el canto de un gallo.
Hay zonas asturianas en que cuentan que del fatídico huevo no tiene yema o es negra, de él nacían una legión de MALINOS .
Según la imaginación y la fantasía de los pueblos, el basiliscu cambia de forma y los hay con patas, alas, cabeza de hombre y otras formas de cuerpo
En la Inglaterra del siglo XV cuentan que los basiliscos se reproducían con tal velocidad, que había hombres cargados de espejos destinados a matar los basiliscos.
En Argentina nace de un huevo pequeño que pone la gallina, tiene forma de víbora con cresta de gallo y el momento de destruirlo es al nacer, bien destruyendo el huevo o quemándolo en su primera etapa, pues creen que inicialmente es un gusanillo colorado que tarda un año en hacerse basiliscu.
Cuentan que éste animal trae mil desgracias, mata con su mirada y si hay una madre que amamanta a un bebé, la sorprende cuando duerme, le succiona la leche a, mientras entretiene al nene dándole a chupar su cola.
Este mito, tuvo su mayor auge en la Europa medieval y también en la tradición hebrea donde se habla del misterioso huevo del gallo (versículos del profeta Isaías 59.9).
Hermanado con el mito griego, el basilisco nace del huevo que pone un gallo, en vez de una gallina.
El gallo pondrá el huevo dentro del cuchu (forma asturiana de “estiércol”) y con el calor de este será incubado hasta que eclosione y de él nazca el basilisco. Hay dos versiones diferentes de su aspecto: la 1ª, en la que aparece como una serpiente con cresta de gallo que puede alcanzar varios metros de longitud, y la 2ª, aún más terrible, en la que es un gallo que en vez de plumas traseras tiene una larga cola de serpiente.
En esta segunda apariencia su cacareo resultaba tremendamente dañino para los oídos de cualquier animal o persona que lo escuchase, aunque su poder era tal que tanto en una forma como en otra, podía matar a cualquier ser que le mirase directamente a los ojos.
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