La historia sobre Sköll y Hati, nos habla de esos conceptos clásicos en todo mito: Del bien y del mal, de la luz y la oscuridad, de la creación y la destrucción. Es un relato hermoso de las tierras nórdicas, ahí donde el dios Odín habita como regente, cuidando de sus luces y sombras para que el mundo, el de los hombres y las criaturas inmortales, respire en su equilibrio de siempre. El adecuado.
Hoy te invitamos a conocer la encantadora leyenda sobre Sköll y Hati.
Los lobos Sköll y Hati
Desde el inicio de los tiempos, el hombre siempre ha mirado el cielo con expectación, curiosidad y también con miedo. En las tierras del Norte, cuando observaban al Sol y a la Luna, pensaban que ambos eran perseguidos por dos entidades malignas. Dos lobos: Sköll (repulsión) y Hati (odio).Estas dos criaturas eran hijos a su vez de una bestia terrible llamada Fenrir, un lobo gigante, hijo de Loki y carnicero terrible. Un ser que suele estar aguardando la batalla final, ese duelo titánico que marcará el fin del mundo y el ocaso de los dioses: El Ragnarök. Así pues, cada uno de estos lobos tiene un objetivo particular a la vez que terrible, Sköll persigue al Sol de modo incansable, feroz. Mientras que Hati, ansía devorar a la Luna.
Y esta persecución no termina nunca. Todo Dios y todo hombre y mujer mortal sabe que si alguna vez ocurriera, si en alguna ocasión estos lobos lograran alcanzar al Sol o a la Luna, el mundo quedaría sumergido en una oscuridad total y perpetua. Sería entonces cuando llegaría el Ragnarök. Un día terrible que todos han soñado alguna vez, ahí donde la sangre, la destrucción y la penuria se extiende en un horizonte interminable. El mal se asentaría en nuestro mundo y viviríamos en una oscuridad perpetua.
Los hombres y mujeres de los países nórdicos saben que el mayor peligro se sucede cuando el día, de pronto, se tiñe de negrura. Esos acontecimientos astronómicos en que por ejemplo, la Luna oculta al Sol, y ambos astros son vulnerables: los eclipses. Son momentos idóneos para que los lobos Sköll y Hati adquieran más fortaleza, instantes que aprovecharán para devorar a sus ansiadas presas e iniciar, así, el fin del mundo.
Los mortales, atemorizados ante esta idea, lo que solían hacer era sacar palos, tambores, cacerolas y efectuar el mayor sonido posible. Un estruendo persistente y atronador mediante el cual, asustar a los lobos oscuros y permitir, de este modo, que suelten de sus fauces infernales al Sol y a la Luna. Así que ya sabes, cada vez que alces la vista, recuerda siempre que en ese mundo celestial hay una persecución que no termina nunca, la de los lobos Sköll y Hati para alcanzar a nuestros astros más preciados… Una lucha, que hasta el momento, nunca han ganado.
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