domingo, 17 de enero de 2016

MITOLOGIA ESLAVA

Los pueblos eslavos no comparten un antepasado común; los une su cultura, basada en una mitología rural que ha pasado de generación en generación a través del folclore.

Posiblemente originarios de los Cárpatos o tierras cercanas, y después de crecer hasta incorporar tribus de todo el este de Europa, los eslavos no fueron reconocidos como un pueblo diferenciado hasta el siglo VI.  Actualmente, se dividen en tres grandes bloques: sur, oeste y este, y se extienden desde los Balcanes hasta Rusia.  Estos bloques se dividen en numerosos enclaves étnicos en los que se incluyen rusos, polacos, checos ucranianos, bielorrusos, serbios, croatas, macedonios, eslovenos, búlgaros, cachumbos y eslovacos. Aunque cada uno de ellos posee su propia lengua, por lo general, los hablantes de una lengua eslava comprenden gran parte de lo que se dice en otra lengua eslava.

FUERZAS CONTRARIAS

La mitología eslava no nos ofrece un entramado coherente de dioses, sacerdotes y ritos religiosos. Más bien se considera una tentativa de hallar sentido a las caprichosas fuerzas de la naturaleza (tormentas, inundaciones y sequías) ante las que los antiguos eslavos, agrupados en pequeños núcleos familiares, se encontraban indefensos. En los mitos predominan las fuerzas contrarias al caos y el mal por un lado y la benevolencia y el orden por el otro.

Chernobog es el portador de la destrucción. Su nombre es una combinación de la palabra cherry, que significa “negro” y bog, que significa “dios”. Vive entre las sombras y en la noche. Por el contrario, Byelbog, de byely, que significa “blanco”, es el dios de la luz y de las fuerzas creativas. Sólo se deja ver durante el día, y suele representarse como un anciano benevolente de barba blanca que protege a aquellos que se encuentran en peligro.

 
El Dragón de Cracovia, Polonia, extraido de comografia Universalis de Sebastian Munster (1498-1552

Según la leyenda…. Hace mucho tiempo, el pueblo de Cracovia vivía aterrorizado por un dragón. El sabio Krakus embadurnó a una oveja con sulfuro y se la dio  a comer al dragón. El sulfuro quemó al dragón, que bebío agua hasta que estalló.

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