En la mitología guaraní, TAU representa al espíritu del Mal.
Este monstruo se enamoró de una hermosa doncella.
TAU, que tenía poderes infernales, con el propósito de
conquistar a KERANA, así se llamaba la doncella, se transformó en un
apuesto y gallardo joven. La visitó asiduamente siete días. Finalmente
intentó secuestrar a la hermosa joven. Pero fue defendida por el
espíritu del bien llamado ANGATUPYRY.
Ambos, el bien y el mal, se trabaron en feroz cómbate durante siete días.
Finalmente TAU con sus poderes sobrenaturales, venció al espíritu del bien ANGATUPYRY y se llevó a KERANA.
Este acontecimiento produjo honda tristeza a la raza.
ANGATUPYRY maldijo al endemoniado TAU para que sus descendientes se
convirtieran en monstruos.
Y así sucedió.
Nacieron:
· TEJU JAGUA,
· MBÓI TU’Ĩ,
· MOÑÁI,
· JASY JATERE,
· KURUPI,
· AO AO y
· LUISÕ.
Todos fueron sietemesinos. El más temible es Luisõ: Hombre-lobo.
Hay relatos que tratan de precisar el ambiente y que nos dicen
que KERANA mientras dormía en su hamaca una siesta calurosa fue raptada
por TAU, luego el nacimiento monstruoso de sus siete hijos que llegaron
con la marca del mal.
En el museo mitológico de Capiatá, su creador, el célebre y
fecundo escultor don Ramón Elías, hombre talentoso y de viva
imaginación, esculpió magistralmente el rapto de KERANA por el maléfico
TAU.
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