Roma y Rómulo y Remo
Probablemente la leyenda más
conocida sea la de Rómulo y Remo, los gemelos de la mitología que
fundaron la ciudad de Roma. Estos hermanos nacieron de la unión entre la
princesa Rhea Silvia y el dios romano de la guerra, Marte. El rey tenía
miedo de que los hermanos lo destronaran algún día por lo que les
abandonó en el río Tiber. Los gemelos fueron encontrados por una loba
que cuidó de ellos hasta que un pastor los encontró. Años más tarde,
mataron al rey y decidieron crear una nueva ciudad.
Cracovia y el dragon
En Polonia, a los pies de la
montaña Wawel, vivía un terrible dragón. Nadie sabía de dónde venía o
como había llegado ahí, pero aterrizaba a la población. Nadie fue capaz
de desafiar a aquella bestia hasta que un joven zapatero liberó la
ciudad de su pesadilla. Utilizó una mezcla de azufre y alquitrán y la
escondió dentro de la piel de un cordero, el dragón murió de inmediato
al ingerir aquella mezcla mortal. Así fue como el joven zapatero, se
casó con la princesa del reino y liberó a Cracovia.
Antwerp y el gigante
La leyenda del puerto más grande de
Bélgica comienza con un gigante llamado Druon Antigoon, que vigilaba el
río Scheldt, que cruza la ciudad. El gigante, guardián del río, pedía
un peaje a todo aquel que cruzara el río y cortaba la mano a todo aquel
que se negara. Un día, el gigante probó su propia medicina cuando un
joven soldado llamado Brabo le cortó su mano. Gracias a él, la ciudad de
Antwerp fue creada.
Liubliana y el monstruo
Esta leyenda está basada en la
mitología griega, su héroe mitológico Jasón y sus camaradas se
detuvieron cerca del nacimiento del río Liublianica, al darse cuenta de
que ahí vivía un monstruo. Ese monstruo, que era el dragón de Liubliana
fue derrotado por Jasón. Hoy en día tiene su morada en la cima de la
torre del castillo, en el escudo de la ciudad.
Vilna y el lobo de acero
Un buen día, el Gran Duque de
Lituania fue a cazar, se le hizo tarde y pasó la noche en el bosque.
Soñó que en la montaña, un enorme lobo de acero lo miraba y aullaba tan
fuerte como si tuviera cientos de lobos aullando dentro de él. La mañana
siguiente, un pastor pagano le explicó lo que aquello significaba: el
acero del lobo implicaría que esa ciudad se convertiría en la capital y
los aullidos que el nombre de aquella capital sería conocido en todo el
mundo.
Lisboa y Odiseas
Odiseas viajó durante 10 años
luchando contra monstruos del mar, gigantes y todo tipo de criaturas. Un
día, fue sorprendido por un rayo de luz que se convirtió en fuego al
llegar a la tierra. Cuando Odiseas llegó al origen de aquello, fue
encomendado una misión por el dios Zeus, tenía que construir una ciudad
en el punto exacto del impacto, y aquel fue el comienzo de la ciudad de
Lisboa.
Nápoles y las sirenas
Antes de que Nápoles se conociera
por su nombre, se llamaba Partenopea. Su nombre procedía de una de las
tres sirenas. Partenopea intentó seducir al héroe griego Odiseas
(mencionado en la leyenda anterior), pero no lo consiguió y murió por
desamor. Su cuerpo fue encontrado en las costas de la isla Megaride, y
en el lugar de su tumba se creó la ciudad de Partenopea, más tarde
llamada Nápoles.
Atenas y la diosa Atenea
Cuando Atenas fue creada, la Diosa
de la Guerra y la Sabiduría Atenea y el Dios del Mar, Poseidón, se
convirtieron en sus guardianes. Los ciudadanos debían decidir quién se
convertiría en su defensor y para ello, cada uno debía aportar un
regalo, y ganaría el mejor. Poseidón regaló un caballo al pueblo, y
Atenea regaló un olivo. Los ciudadanos optaron por el regalo de la diosa
Atenea, lo que la convirtió en su guardián y dio su nombre a la ciudad.
Zagreb y el caballero sediento
Cuenta la leyenda que hubo una vez
un joven caballero merodeando por el monte Medvenica, que al cabo de las
horas estaba extremamente cansado y sediento. Pasaba por ahí una bonita
mujer, que le preguntó si necesitaba ayuda. Él le preguntó por agua y
ella sugirió que rascara la superficie. Así lo hizo, y encontró el agua.
El caballero le estuvo tan agradecido que le pidió la mano en
matrimonio y prometió que construiría una ciudad en ese lugar.
Varsovia y la sirena
Una sirena nadaba en el río Wisla
cuando fue capturada por un pescador. Cuando oyó su voz, se enamoró de
ella y decidió capturarla para entretener a la gente. Un día, un joven
pescador, la rescató de aquel infierno y la sirena le prometió que le
ayudaría cuando lo necesitara. Desde ese momento, la sirena se convirtió
en el símbolo de Varsovia.
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