Ostara
La diosa sajona Eastre u Ostara, diosa de la primavera, cuyo nombre ha sobrevivido en
la palabra inglesa Easter (Pascua) y en la alemana Ostern (Pascua), es también idéntica
a Frigg, pues también ella era considerada como la diosa de la Tierra, o más bien de la
resurrección de la naturaleza tras su prolongada muerte durante el invierno. Esta
indulgente diosa también fue muy querida por los antiguos teutones, tanto que incluso
después de la introducción del cristianismo guardaban un recuerdo tan agradable de ella
que rehusaron degradarla a la categoría de demonio, como muchas otras de sus
divinidades, y le dieron su nombre a la gran festividad cristiana. Durante mucho tiempo
fue costumbre celebrar este día con el intercambio de huevos coloreados, pues el huevo
representa el comienzo de la vida, por lo que los primeros cristianos continuaron con
este hábito, declarando, sin embargo, que el huevo era también simbólico de la
resurrección. En varias regiones de Alemania se pueden ver todavía altares de piedra,
conocidos como Osternsteine (piedras de Pascua), pues habían sido dedicados a la
hermosa diosa Ostara. Los jóvenes los coronaban con flores y danzaban alegremente a
su alrededor, a la luz de grandes hogueras, una especie de juego popular practicado
hasta la mitad del presente siglo, a pesar de las denuncias de los sacerdotes y de edictos
publicados repetidamente en su contra.
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