Las Perseidas, conocidas como las Lágrimas de San Lorenzo (por coincidir su máxima actividad con la festividad de San Lorenzo) se podrán ver con total claridad este próximo miércoles y jueves. Esta lluvia de meteoros tiene lugar cuando diminutos fragmentos de polvo provenientes de la cola del cometa periódico Swift-Tuttle atraviesan nuestra atmósfera. Este cometa da una vuelta alrededor del sol cada 130 años.
Las Perseidas entran en la atmósfera a una velocidad de 59 km/segundo- mucho más rápidas que las Gemínidas que impacta a 35 km/segundo, por lo que se trata de meteoros rápidos y brillantes aunque su tamaño es muy pequeño.
Es precisamente el contacto con la atmósfera, lo que produce la combustión que genera un bólido o estrella fugaz, un destello que dura menos de un segundo y que es lo que se puede observar desde la Tierra. Se da la circunstancia de que las Perseidas han sido observadas durante siglos, pero no fueron reconocidas oficialmente a mediados del siglo XIX y es una de las lluvias mejor estudiadas.
Hasta aquí lo científico porque las Perseidas algún que otro mito. Entre ellas, una perteneciente a la tradición cristiana y otra más pagana, relacionada con la mitología griega.
San Lorenzo
Las Perseidas reciben el nombre nada casual de Lágrimas de San Lorenzo, porque precisamente su llegada coincide con el día en que se recuerda el martirio de este santo cristiano (10 de agosto de 258). San Lorenzo fue quemado vivo en una parrilla, en la ciudad de Roma.
Por si no fuera poco, el cometa que las provoca las Perseidas, el Swift-Tuttle, se perdió de la vigilancia de los astrónomos por imprecisiones cometidas en la estimación de su órbita. Incluso se creyó que se había desintegrado. Lo que ocurría e que el período en el que el cometa lograba completar su órbita no era de 120 sino de casi 130 años. Para alivio de los científicos, volvió a reaparecer en 1992.
Constelación de Perseo
El nombre de Perseidas se debe a la zona del cielo de donde parece que salen los meteoros por un efecto de perspectiva (radiante), que se encuentra en la constelación Perseo.
Si buceamos en la mitología griega, Perseo es el hijo de Zeus, quien, enamorado de la ninfa Dánae, tuvo que metamorfosearse para poder entrar en la habitación donde estaba recluida su amada y engendrar a su futuro vástago. La forma que eligió el dios fue, precisamente, una lluvia dorada... Después, ya mayor, Perseo tiene amores con la princesa Andrómeda, que es la constelación que se ubica a su lado. Incluso la salvó de un monstruo marino que estaba a punto de devorarla. No fue la primera vez, porque previamente ya le había cortado al cabeza a Medusa, famosa por convertir en piedra a quienosara mirarla.
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