
El término indigetes proviene del latín Indiges para designar a Júpiter Indiges que, de acuerdo con el historiador romano Livio, fue el nombre otorgado a Eneas una vez que fue deificado.
Georg Wissowa (1859-1931), filólogo alemán, también utilizó mucho este concepto confundiendo Indigetes con Indígenas y quien además escribiría un libro titulado “Religion und Kultus der Römer” (1902) en el que hablaba precisamente de todas estas deidades. Actualmente esta interpretación de “Dioses Indígenas” ya no es aceptada, por lo que el origen y significado del término sigue siendo incierto. Aunque Indigetes se sigue interpretando como dioses autóctonos o dioses menores.
Algunos afirman que estos dioses eran muy similares a los ángeles de la guarda e incluso a algunos demonios tentadores, lo anterior de acuerdo a la forma como interactuaban con los mortales, por esta razón, al principio de este post mencionamos que eran poderes que controlaban el destino de Roma. La mayoría de los Indigetes son de sexo femenino y son dioses menores, entre los más destacadas encontramos a Ops, diosa de la fertilidad y la tierra; Jano, dios de las puertas, los comienzos y también los finales, y a Quirino, dios del estado romano que en sus orígenes era el dios de la guerra sabino.

Otros Indigetes son:
- Cardea, diosa de la salud.
- Fabulinos, dios que enseñaba a los niños a hablar.
- Liberalitas, diosa de la generosidad, especialmente en la época de las cosechas.
- Orbona, diosa de la fertilidad que era invocada por aquellas parejas que querían tener a su primogénito.
- Pomona, diosa de la fruta, jardines y huertos.
- Rusina o Rurina, diosa protectora de los campos.
- Terminus o Término, dios protector de los límites o las fronteras.
- Volumna, diosa de las guarderías.