Las hadas son seres muy habituales en el
folclore europeo, quizás incluso desde épocas prerromanas. Son
conocidas en la mayor parte de culturas de muy diversas regiones de todo
el mundo. En muchas leyendas se cuenta que las hadas tenían una
misteriosa reina que gobernaba sabiamente sus dominios.
Algunas
diosas muy conocidas están relacionadas con las hadas. Una de ellas es
la famosa reina Morrigan o Morgana. Otra es Danu, diosa madre céltica.
Pero la más misteriosa de todas las supuestas reinas de las hadas es
seguramente la Reina de Elfame, a la que podríamos asociar con la diosa
escocesa Nicnevin.
En el folklore
escocés y del norte de Inglaterra, el nombre “Reina de Elfame” viene a
significar lo mismo que “Reina del País de las Hadas.” Se desconoce
cuándo apareció en la historia o las leyendas por primera vez este
personaje, pero se la menciona en diversos antiguos relatos mitológicos y
también en algunos documentos de juicios por brujería.
‘El príncipe Arturo y la Reina de las Hadas’ (c. 1788), óleo de Henry Fuseli. (Public Domain)
Legendarios encuentros con la Reina de Elfame
No resulta fácil hallar documentos escritos que hablen de la Reina de Elfame, aunque de hecho sí que aparece en la leyenda de Tomás el Rimador (‘Thomas the Rhymer’) (c.
1220 – 1298.). Se cuenta de él que era un terrateniente y además una
especie de profeta del lugar, y que habitaba en las regiones fronterizas
de Escocia. El relato de Tomás el Rimador narra la historia de
un hombre que fue ayudado por la Reina de Elfame y volvió de su
estancia con ella con el don de la profecía. En una de las versiones de
este texto, esta mítica criatura es la reina de un reino de nombre
desconocido. En la traducción de Tomás el Rimador realizada por Robert Grave, dice la reina:
No soy la Reina de los Cielos, Tomás
Ese nombre no es el mío
No soy otra que la Reina del bello Elfame
Ven y caza en mis dominios
Ese nombre no es el mío
No soy otra que la Reina del bello Elfame
Ven y caza en mis dominios
La
Reina de Elfame aparece en numerosos procesos por brujería. Por
ejemplo, se la menciona en un juicio del año 1597 en el que cierto Andro
Man fue acusado de practicar la magia. Durante su confesión, el hombre
afirmó haber mantenido una relación íntima con la Reina de Elfame. Según
su testimonio, durante más de treinta años fue su amante y estuvo
aprendiendo de la reina de las hadas. Andro Man declaró haber tenido
varios hijos con la reina, y que ella le había concedido los dones de la
sabiduría y la curación. Además, según una leyenda basada en la ya
citada balada de Tomás el Rimador, el acusado afirmaba asimismo haber
sido raptado por la reina de las hadas para mantener relaciones sexuales
con ella.
La Reina de Elfame conoce a Tomás. (Public Domain)
Este
personaje solía tener encuentros asimismo con mujeres. Se cuenta por
ejemplo que se apareció ante dos mujeres acusadas de brujería: Bessie
Dunlap e Isobel Gowdie. Bessie declaró que la Reina de Elfame vino a
ella por primera vez cuando estaba dando a luz. Según las dos mujeres,
la reina las visitó en muchas ocasiones. Supuestamente les enseñó a
curar tanto a humanos como a animales.
La leyenda de la reina de
las hadas sirvió de fuente de inspiración para muchos artistas y
escritores famosos. El personaje, por ejemplo, aparece en obras de
Shakespeare y de sus discípulos. Todas las hadas que encontramos en sus
textos pueden relacionarse con la Reina de Elfame.
‘Lily Fairy’ (‘El hada del lirio’), óleo de Luis Ricardo Falero (1888). (Public Domain)
La diosa que reinaba sobre las hadas
La
reina escocesa de Elfame recuerda a la diosa noruega Freyja y sus
atribuciones, vinculadas a la magia, los nacimientos y la curación. Se
describe a esta diosa como una joven y bella mujer capaz de robar el
corazón de cualquier hombre.
“La llegada del Rey y la Reina de las Hadas” – E. Stuart Hardy. (CC BY NC 2.0)
No
obstante, la Reina de Elfame está probablemente basada en la diosa
Nicnevin, también conocida como Nicneven y Nicnevan. Su nombre
significa, “hija de lo divino.” Nicneven es una deidad protectora cuya
festividad está conectada con las celebraciones de otoño, en especial
Samhain. En las leyendas célticas Nicnevin era capaz de comunicarse con
los espíritus de los difuntos y se la relacionaba con la magia y la
brujería. Esta diosa era asimismo una de las deidades inspiradoras de la
tradición druídica. Se creía de ella que podía conceder la sabiduría y
el conocimiento de la magia.
Sir Walter Scott la describe así en sus Cartas sobre Demonología y Brujería:
(...) una mujer gigantesca y maligna, la Hécate de esta mitología, que cabalgaba sobre las tormentas y comandaba las caóticas huestes bajo su siniestro estandarte. Esta bruja (en todos los sentidos lo opuesto a la Mab o Titania de los mitos celtas) era llamada Nicneven en aquel sistema tardío que mezcló las creencias de celtas y godos sobre este personaje. El gran poeta escocés Dunbar es el autor de una apasionada descripción de esta Hécate cabalgando a la cabeza de brujas y ‘buenos vecinos’ (concretamente las hadas), hechiceras y elfos, indistintamente, en la espectral víspera de la misa de Todos los Santos. En Italia hemos oído cómo las brujas se reúnen a las órdenes de Diana (en su triple aspecto de Hécate, sin duda) y Herodías, encabezando ambas conjuntamente a su horda, pero volvamos a las creencias más sencillas acerca de las hadas, conservadas por los celtas antes de que fueran conquistados por los sajones.
En el
folclore escocés, Nicneven estaba considerada la Reina de las Hadas,
aunque también era bien conocida en otras regiones del mundo celta. En
ocasiones su descripción presenta ciertas similitudes con la diosa
griega Hécate, aunque por lo general es considerada un hada de los mitos
escoceses. Su leyenda está llena de contrastes, y algunos han llegado a
tildarla de ‘diosa diabólica’.
El Renacimiento de las hadas
La
Reina de Elfame también aparece habitualmente como uno de los símbolos
del País de las Hadas, un hecho considerado importante por aquellos que
siguen aún en la actualidad un sistema de creencias pagano. Aunque el
cristianismo no permite a sus seguidores creer en las hadas, muchos
sacerdotes consideran que estas criaturas podrían representar a los
ángeles de la tradición cristiana.
Las
hadas se popularizaron en el arte del siglo XIX. En aquella época
aparecieron en numerosas novelas, óperas, poemas y pinturas. En el siglo
XX, con la creciente popularidad de las novelas y películas de
fantasía, las descripciones de la Reina de Elfame y su corte comenzaron a
ser aún más frecuentes.
Gente de
muchas regiones del mundo cree realmente haber visto hadas en alguna
ocasión. Hay incluso quien construye casas para la Reina de Elfame y su
corte. No importa lo diferentes y avanzados que nos sintamos en
comparación con las gentes de la antigüedad, ya que parece que aún
albergamos en nuestro ser la necesidad de creer en la existencia de
espíritus benéficos en nuestro mundo actual.
‘Toma
el bello rostro de una mujer, y adórnalo dulcemente con mariposas,
flores y joyas. Ya que tu hada está hecha de las cosas más bellas,’ óleo
de Sophie Gengembre Anderson conocido también como ‘La Reina de las
Hadas’. (Public Domain)
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