Minta era una hermosa y temperamental ninfa que habitaba el
inframundo como concubina de Hades. Cuando el rey de los infiernos raptó
a Perséfone para convertirla en su legítima esposa, los celos se
apoderaron de ella. Despachada, comenzó a lanzar gritos y amenazas,
haciendo saber a quien quisiera escucharla que ella era más bella que
Perséfone, que reconquistaría a su amante y expulsaría a la intrusa del
palacio de Hades. Pero sus amenazas resultaron estériles.En éste punto
el mito se divide en dos partes: por un lado se dice que Perséfone,
indignada por el atrevimiento de la ninfa, la desmembró y que Hades,
compasivo, la transformó en una planta odorífera. La otra versión nos
cuenta que fue Demeter, madre de Perséfone, encolerizada por la
insolencia de la ninfa, la aplastó y la pateó con su sandalias,
pulverizándola.
Minta resurgió entonces como planta y Demeter, presa del odio, la condenó a la esterilidad.
La bella ninfa Aminta, la manta exigente, había quedado reducida a una triste planta, una planta que produce un olor embriagante y que su ingesta despierta la líbido, incitando a los placeres amorosos. Tanto es así, que en época de guerra, los soldados romanos tenían prohibido su consumo.
Minta resurgió entonces como planta y Demeter, presa del odio, la condenó a la esterilidad.
La bella ninfa Aminta, la manta exigente, había quedado reducida a una triste planta, una planta que produce un olor embriagante y que su ingesta despierta la líbido, incitando a los placeres amorosos. Tanto es así, que en época de guerra, los soldados romanos tenían prohibido su consumo.
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