Una diosa de cabello carmesí, el rostro más hermoso que habían visto en Grecia, hija de Zeus y amante de la pasión. Un nombre. Helena.
Helena de Troya sobresalía desde niña, era muy
hermosa, su belleza era muy conocida en toda la región, tanta era la
atracción que generaba en los hombres que Teseo la raptó.
Según la mitología, Helena era hija del dios
Zeus y su madre era Leda, aunque otras fuentes narran su nacimiento como
una atribución a Némesis, que para evitar a Zeus, se transformó en una
oca, pero el dios tomó la forma de un cisne para unirse a ella en un
encuentro fecundo. Tras el encuentro, Zeus viajó a Esparta y depositó el
huevo fecundado en Leda, quien a la vez se embarazó de dos gemelos,
Cástor y Pólux de Tindaro, quien fungió como padre de todos. Entonces,
el nacimiento de los gemelos sucedió al mismo tiempo que el de Helena.
Teseo, atraído por su inigualable belleza la capturó para hacerla suya y sodomizarla, unos días más tarde, los hermanos de Helena tuvieron que ir a rescatarla y la devolvieron a sus padres.
Cuando Helena alcanzó la edad para desposarse,
Tindaro, su padre, estaba muy confiado en que algo bueno saldría de la
avalancha de pretendientes que la joven tenía; pero siguiendo un consejo
de Odisea, propuso que los hombres se disputaran el amor de su hija, el
que sobreviviera de las afrentas resultaría el elegido, así Helena se casó con Menelao.
Mientras Helena estaba casada con Menelao, Paris,
el heredero menor de la casa de Troya, había tenido que intervenir en
un pleito entre las diosas Atenea, Afrodita y Hera, se debía decidir
quién era la más hermosa. Para ganar la atención del joven, cada una de
las diosas trataba de manipularlo ofreciéndole bienes y fama. Atenea le
ofreció la prudencia y victoria en todas sus batallas: Hera le ofreció
Asia y Afrodita el amor de Helena. Paris premió con una manzana de oro la hermosura de Afrodita.
Para buscar su “premio”, Paris se embarcó hacia Esparta y mientras Menelao estaba ausente por haber partido al funeral de Carteo, robó a Helena y se la llevó a Troya. Cuando Menelao supo de esta afrenta le declaró la guerra a Troya.
De acuerdo con los relatos de Herodoto, los vientos
en el mar hicieron que la nave de la pareja hiciera una escala en Egipto
donde fueron recibidos por el rey Proteo que no sabía para ese momento
lo que ocurrió en Esparta. A pesar de lo que se dice en algunas fuentes,
Heroto cree que este monarca retuvo a Helena hasta que Paris regresara por ella tras la guerra de Troya.
Así Esparta y Troya fueron a la guerra. Por siete
años, los griegos sitiaron Troya. Las tropas griegas saquearon varias
ciudades cercanas y se mantuvieron así hasta que idearon la construcción
de un caballo de madera hueco, en el que se metieron hasta que
los troyanos aceptaron meter el animal a su terreno, ahí los enemigos
saquearon y vencieron la guerra.
Algunas fuentes señalan que Helena regresó a manos de los griegos, otras que se reunió con Paris en Egipto y algunas más que ni Paris ni Helena regresaron jamás a Troya, sino unos impostores.
Algunos de los sobrevivientes de la guerra en Troya
llegaron a una nueva colonia donde 300 años más tarde se fundó el
Imperio Romano.
La Guerra de Troya al igual que la figura de Helena
forman parte de la mitología griega, y aunque algunos historiadores
creen que en efecto, la mujer existió, no se puede decir quién era ni si
el conflicto inició por su causa.
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